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Nutrición

Los beneficios de las crudités: cómo y cuándo es mejor consumir las verduras crudas

Convertido en snack sencillo, en su esencia podemos encontrar más virtudes de las que presuponemos

Los beneficios de las crudités: cómo y cuándo es mejor consumir las verduras crudas

Dos boles con verduras crudas | ©Freepik.

Una alimentación saludable es clave para mantener un bienestar óptimo. Consumir verduras y hortalizas es fundamental para obtener los nutrientes necesarios que nuestro cuerpo requiere. Estos alimentos están repletos de vitaminas, minerales y otros compuestos beneficiosos que ayudan a prevenir enfermedades y a mantenernos en forma. Tanto que, en una preparación elemental como las crudités, podemos encontrar un sinfín de propiedades.

Las verduras y hortalizas son una fuente rica en vitaminas como la A, C, K y varias del grupo B. Además, aportan minerales esenciales como el potasio, magnesio y calcio, que son cruciales para la función muscular, la salud ósea y el equilibrio de electrolitos. Asimismo, contienen pocas calorías, lo que las convierte en aliados perfectos para quienes buscan mantener o perder peso sin sacrificar la nutrición.

Los antioxidantes presentes en las verduras también juegan un papel vital en la protección contra el daño celular y el envejecimiento. Estos compuestos ayudan a combatir los radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como las cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Por estas razones, incorporar una variedad de verduras en nuestra dieta diaria es esencial.

Qué son las crudités

Las crudités son un plato sencillo y saludable compuesto por verduras crudas. Esta preparación es popular en muchas culturas y se suele servir como aperitivo o acompañamiento. Las verduras utilizadas en las crudités varían, pero comúnmente incluyen zanahorias, apio, pimientos, pepinos, rábanos, y brócoli. Lo que sí es cierto es que las crudités son más difíciles de digerir que las verduras cocidas o asadas. Por este motivo, conviene que su consumo no sea en la cena, sino en los almuerzos o comidas.

Crudités variadas
Dependiendo del tipo de crudité o del momento de consumo, pueden no ser tan beneficiosas. ©Freepik.

La clave de las crudités está en la frescura de los ingredientes. Al no someterse a procesos de cocción, las verduras mantienen intactos sus nutrientes, textura crujiente y sabor natural. Se suelen acompañar con salsas ligeras como hummus, guacamole o yogur, lo que potencia su sabor sin añadir calorías innecesarias, como ya te contamos en THE OBJECTIVE.

Ventajas de ingerir crudités

Ingerir crudités ofrece múltiples beneficios para la salud, avalado por numerosa literatura científica. Al consumir las verduras crudas, se preservan sus nutrientes esenciales, como las vitaminas y enzimas, que a menudo se pierden durante la cocción. Estas enzimas facilitan la digestión y mejoran la absorción de los nutrientes, contribuyendo a una mejor salud gastrointestinal.

Verduras crudas
Prácticamente cualquier verdura u hortaliza se puede consumir a modo de crudités. ©Freepik.

Las crudités también son bajas en calorías y altas en fibra, lo que ayuda a mantener la saciedad y a controlar el peso. Sin embargo, es importante considerar que algunas personas pueden tener dificultades para digerir ciertos tipos de verduras crudas. Por ejemplo, quienes padecen de síndrome del intestino irritable (SII) o ciertas intolerancias alimentarias pueden experimentar molestias gastrointestinales. No obstante, consumir verduras crudas a ciertas horas del día puede no ser recomendable para todos. En la noche, la digestión puede ser más lenta, lo que podría causar incomodidad o indigestión en algunas personas.

Cómo preparar y acompañar las crudités dentro de una dieta saludable

Preparar crudités es sencillo. Para empezar, selecciona una variedad de verduras frescas y de temporada. Lava y corta las verduras en tiras o rodajas delgadas para facilitar su consumo. Para un toque especial, puedes marinar algunas verduras como los pimientos o el calabacín en una mezcla de aceite de oliva, limón y hierbas aromáticas como romero, tomillo u orégano.

Acompañar las crudités con salsas saludables puede mejorar tanto el sabor como el valor nutricional del plato. El hummus es una opción excelente, rico en proteínas y fibra, que complementa perfectamente las verduras crujientes. El guacamole, hecho con aguacates, añade grasas saludables y un sabor cremoso. Para una opción más ligera, una salsa de yogur con hierbas es ideal y aporta probióticos beneficiosos para la flora intestinal.

Incorporar crudités en tu dieta diaria es una manera fácil de aumentar el consumo de verduras frescas. Pueden ser una opción de snack saludable entre comidas, un acompañamiento ligero para el almuerzo o una entrada refrescante para la cena. La clave está en la variedad y en combinar diferentes tipos de verduras para asegurar una ingesta equilibrada de nutrientes.

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