Comer huevos en verano: cómo conservarlos y cocinarlos para reducir el riesgo a cero
El huevo es un alimento muy nutritivo, pero también muy delicado, por eso hay que tomar precauciones
El huevo es uno de los alimentos más consumidos, también en verano. Y lo cierto es que razones no faltan, ya que, además de ser ideal para adelgazar, es el alimento más nutritivo que existe después de la leche materna: es rico en proteínas, contiene vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales, además proporciona antioxidantes y ácidos grasos que benefician la salud, entre ellos la cardiovascular, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO). Además, es particularmente bueno para mantener un peso correcto y para dormir mejor, tal y como han reflejado numerosas investigaciones.
Sin embargo, con la llegada del verano y las altas temperaturas hay muchos que dudan sobre si es bueno o no comer huevo en esta época del año. Lo vemos a continuación.
Hay riesgos por comer huevo en verano, pero son mínimos
El consumo de huevos en verano suele bajar ligeramente porque todavía no tenemos muy claro cuán de seguro es. Es cierto que es un alimento sometido a estrictos controles sanitarios: tanto en las gallinas –desde el momento en que nacen hasta que terminan su vida–como en el propio alimento.
En España, en concreto, están plenamente implantados desde hace años los Programas Nacionales de Control (PNC), que se actualizan anualmente por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y que incluyen protocolos y controles obligatorios para todo criador de gallinas ponedoras.
Por eso en nuestro país los brotes de salmonela –una toxiinfección alimentaria que también puede darse en otros alimentos, no sólo en los huevos– son muy raros y, cuando se producen, se aíslan y neutralizan muy rápidamente.
A pesar de ello, el riesgo existe, ya que las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias en muchos alimentos básicos como este y hay que tener mantener todas las precauciones posibles.
Precauciones que debes seguir al consumirlos en verano
El huevo, como hemos visto, es un alimento muy nutritivo, pero también muy delicado. Por eso, y muy especialmente durante el verano con las altas temperaturas, es muy importante una correcta manipulación y conservación para poder disfrutar de sus excelentes propiedades en su totalidad. Los expertos de Pazo de Vilane aportan unos consejos clave para que este verano podamos disfrutar de los huevos con las mejores garantías, tanto nutricionales como sanitarias:
- No es necesario lavar los huevos. La cáscara es un excelente escudo protector natural. Es mejor revisar en busca de alguna grieta o rotura. En tal caso, hay que tirar el huevo roto.
- Respetar su cadena del frío y muy especialmente ahora, que nos enfrentamos a las altas temperaturas. Por eso, después de hacer la compra, es importante no dejarlos al sol o en lugares donde haga mucho calor.
- Los huevos siempre en el interior de la nevera (no en la puerta) y en su propia caja. Haciéndolo así los protegemos de los cambios bruscos de temperatura que se producen al abrir y cerrar el frigorífico.
- Para evitar que se nos caigan trocitos de la cáscara dentro del recipiente y contaminar el interior del huevo, debemos cascar el huevo en el borde de un recipiente distinto al que vayamos a utilizar para batirlo. Por el mismo motivo, a la hora de separar la yema de la clara, es mejor no hacerlo con la propia cáscara, sino ayudándonos de una cuchara o un cuenco.
- El huevo es un alimento que puede cocinarse de muchas formas, una de las más sencillas es cocerlo. Ahora en verano hay muchos platos como el salmorejo o la ensaladilla que incorporan este alimento; por eso a veces, para ahorrar tiempo, cocemos los huevos y los utilizamos a medida que los necesitamos. Sin embargo, hay que ser cuidadosos con los tiempos de conservación para evitar problemas. En este sentido, un huevo cocido (si se ha cocinado fresco) puede conservarse en el frigorífico durante una semana, siempre que se mantenga con la cáscara. De hacerlo sin ella, lo recomendable es comerlo en el mismo día y mantenerlo refrigerado hasta su consumo.
- Por seguridad alimentaria, no debemos esperar más de dos horas para guardar un huevo cocido en el frigorífico una vez se haya cocinado, ni dejar platos sin refrigerar cocinados con huevo (en cualquiera de sus elaboraciones).
- Antes de cocinar los huevos debemos lavarnos bien las manos. Además, debemos asegurarnos de que las superficies y utensilios que vamos a utilizar están también limpios, tanto antes como después de manipularlos.
- Las altas temperaturas solo son necesarias a la hora de cocinar los huevos (para hervirlos, freírlos o cuajarlos). Al ser un alimento muy delicado no debemos dejarlo nunca al sol o expuesto a focos de calor, como, por ejemplo, cerca de una ventana o durante largas horas en el interior de un coche.