La pinza de TV-3 y Pablo Iglesias contra Yolanda Díaz... y el precedente de Julio Anguita
Nunca dejará de sorprender la buena sintonía que parece existir entre TV3 y la tribu tuitero-mediática acaudillada por Pablo Iglesias
Los buitres ya andaban un tanto atónitos de que una tribu tan dispuesta a sacar los colores a cualquier medio de comunicación para poder insistir en su ideario de que en España todo el mapa mediático está corrompido (menos ellos) y tan acostumbrada a poner el foco victimista sobre cada episodio de error, censura o despido en los medios del Estado no considerara interesante hacer leña de un episodio tan llamativo como todo lo que supuso las salidas de Manel Vidal y Joel Díaz del programa Zona Franca de TV3. Y es que, por lo visto, es más fácil hacer tuiterazos contra Atresmedia, Mediaset, TVE o la prensa fachoide, que contra TV3, que tan generosamente trata a uno de sus tertulianos estrella y que tan bien trató a colega Roures ‘recortando’ las referencias de Sandro Rosell al Fifagate en aquel célebre reportaje.
El pasado jueves TV3 emitió un gag en su programa Polonia del que los ‘pablistas’ no pueden tener queja alguna. Se presentaba a Yolanda Díaz convertida en una marioneta del Partido Popular de Núñez Feijóo y Díaz Ayuso y también de Vox representada por el Ortega Smith. Yolanda Díaz bailaba al son de un Feijóo que la felicitaba por haber conseguido dividir a la izquierda mientras lloraba Iglesias. Nótese la interesante elección de los guionistas: un Iglesias que ‘sufría’ y ‘sentía’ esa división que, por supuesto, era únicamente culpa de Yolanda Díaz, mientras la citada líder de Sumar era representada sonriendo y compartiendo carcajadas con un Feijóo con el que bailaba y se acaba abrazando encima de una mesa. Y, para que nada falte, los pérfidos Ferreras y Ana Rosa, aplaudiendo la maniobra ‘yolandista’, el argumentario debía ser completo, que era representada como una mujer feliz de entregar La Moncloa a Feijóo.
Los buitres sólo echaron en falta una cosa: que los guionistas de TV3 y todos los tuiteros y satélites de la tropa pablista no hayan utilizado la palabra ‘pinza’. Acusar a Yolanda Díaz de ser la culpable de ‘una pinza’ con el PP y Vox contra Podemos sería la guinda que falta para que el viaje a la nostalgia de los noventa sea tan correcto como se merece.
Y es que en el periodo 1994-2000 el gran acusado de querer fingir «ser de izquierdas» y trabajar en verdad «al servicio de la derecha» era Julio Anguita, el entonces coordinador y líder de Izquierda Unida. Era a él al que todos los humoristas progresista de la época, desde el Gran Wyoming, Moncho Alpuente, Xavier Sardà, desde el Caiga quien caiga de Telecinco a Las Noticias del Guiñol de Canal Plus, pasando por La Parodia Nacional de Antena 3 TV presentaban de manera machacona como el hombre «que baila al son» de José María Aznar y Francisco Álvarez Cascos. Y también con canciones, con parodias y demás trompetería. Y si a Yolanda Díaz la acusan los ‘pablistas’ de ser ‘la favorita’ de periodistas turbios como Ferreras y Ana Rosa, a Julio Anguita le acusaban de ser ‘el bendecido’ por los periodistas ‘criminales’ de la época, que eran Pedro J. Ramírez, Luis María Anson o Antonio Herrero Lima.
El crimen de Julio Anguita y su Izquierda Unida era ‘no tragar’ con las condiciones que le ponía el PSOE de Felipe González en aquel periodo, con tanta sintonía como la que tenía con El País/Prisa en aquella época.
El crimen de Yolanda Díaz y su Sumar es que no parece dispuesta a ‘tragar’ con las condiciones que le ponga Podemos y su ariete visible Pablo Iglesias Turrión (según él, sólo es un soldado de Ione Belarra, que seguro que es la que manda de verdad, aunque fuera Iglesias y no esta quien firmó la tribuna de réplica en Ctxt) aunque eso suponga desafiar a este y a todo su lobby tuitero mediático que este intenta construir con 7NNs, Roures, pandemias, ultimas horas, Tognettis o Afinogenovas.
La gresca ‘Díaz Ayuso’-‘García Egea’ evidencia que los momentos de bronca serios de verdad se producen después de los resultados electorales, en el momento del control de daños. Ese será, se supone, la siguiente escalada, pero no deja de ser curioso que los mismos que tanto dicen loar a Julio Anguita, y tanto pretenden apropiarse de su memoria, sean los mismos que ahora usan los mismos argumentos usados contra este contra la ministra de Trabajo. Ayuda a dibujar cuál hubiera sido su actitud y lo que hubieran dicho de ese califa al que tanto añoran si hubieran estado en primera línea en aquel 1995.
