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El archivo del buitre

La guerra de las productoras de Telecinco se salda con una victoria holgada de Ana Rosa

El origen de la productora de ‘El Programa de Ana Rosa’ y de la productora de ‘Salvame’ obedece a dos modelos de negocio que se han acabado solapando

Entre los distintos análisis mediáticos que se están haciendo en torno a los cambios de programación de Mediaset de cara a la próxima temporada, destaca el que incide en que puede ser el fin de la llamada ‘guerra de productoras’ entre La Fábrica de la Tele y Unicorn, que no dejaba de ser una secuela de la contienda entre La Fábrica de la Tele y Cuarzo. 

La competencia entre productoras que aspiran a cubrir los puestos de dos parrillas tan codiciadas como son las de Antena 3 TV, Telecinco o TVE entran dentro de lo común, lo que no era tan común es que estas productoras usaran sus minutos de emisión para agredir a productores rivales.

Al contrario que en el sector de la prensa en el que las agresiones al competidor son pan de cada día desde la existencia de los mismos, y al contrario que en el sector de la radio donde desde los años noventa existe el estilo del comentarista que ridiculiza a sus rivales, en televisión las agresiones entre programas no han sido nunca nada cotidiano si se exceptúa aquella etapa en la que el operador La Sexta y la Globomedia del periodo 2006-2009 entendieron que era una buena estrategia para hacerse un hueco en el mercado (y, de paso, para sus ajustes de cuentas).

En el origen del conflicto entre la productora para la que trabajaba Jorge Javier Vázquez y la productora propiedad de Ana Rosa Quintana no se puede obviar el origen de cada una de ellas. 

Cuarzo nació como un grupo de profesionales independientes de ningún operador que querían ofrecer servicios a distintos operadores, llegando a producir El Programa de Ana Rosa para Telecinco, Dónde estás corazón para Antena 3 TV o Cuarto Milenio para Cuatro. Imitando el estilo de la propia Globomedia, El Terrat de Buenafuente, Gestmusic…

La Fábrica de la Tele no dejaba, en cambio, de ser una creación de un operador que directamente tenía participación en la misma para tener así ‘fidelizada’ a una productora que difícilmente podía ofrecer productos a otras cadenas nacionales y que, por tanto, su principal aspiración era acaparar el mayor minutaje de su cadena para ser ‘la favorita’. La Fábrica era, a fin de cuentas, al igual que Mandarina, continuadora de aquel proyecto de Atlas-Salta, un modelo de productora cuya paternidad se disputan Javier Bardají y Paolo Vasile en sus distintas etapas de mandamases de Telecinco.

Es ese contexto el que llevó a que lo que hasta entonces sólo era llamado ‘guerra de cadenas’ pasara a ser visto como ‘guerra de productoras’ cuando determinados intercambios dialécticos pasaron a incluir menciones directas a productoras:

«Yo al menos trabajo en una productora en la que nunca los jefes proporcionan cocaína a sus trabajadores para que trabajen mejor cuando están cansados y donde nunca sus jefes han intento abusar sexualmente de una compañera por efectos de la cocaína», lanzó Jorge Javier Vázquez desde La Fábrica de la Tele contra la productora Globomedia allá por el 2007, aireando el clásico coca-rumor que tan repetidamente han lanzado contra esa productora figuras tan dispares como Antonio Albert, Javier Cárdenas o hasta Miguel Ángel Rodríguez. Presentadores de Globomedia también hicieron referencias a la inversa: «Si de algo sabe la productora de ese programa es de cosas muertas», decía Ángel Martín en uno de sus guiones leídos desde La Sexta.

Cuando Risto Mejide decidió declarar la guerra a la productora Gestmusic lo hizo, naturalmente, desde La Fábrica de la Tele, que le puso un programa desde donde pudo sin problemas llamar a Ángel Llacer ‘bufón de la corte de Gestmusic’ y hasta referirse al co-fundador de la productora, Toni Cruz, como ‘jefe-hijo de puta’ mientras colocaba un gran retrato suyo a su espalda. Ningún programa de Gestmusic hizo nada por el estilo a la inversa contra La Fábrica. También La Fábrica de la Tele dedicó piezas a atacar a la productora Mandarina cuando han tenido programas en los que había personajes rivales, como Está Pasando, Vuélveme Loca o Enemigos Íntimos

Pero la batalla más delicada era contra Cuarzo. La Fábrica de la Tele parecía jugar con la ventaja de que su productora era ‘la de la casa’, mientras que Cuarzo era esa productora en la que podía haber ‘intereses cruzados’, como denunció el propio director de La Fábrica, Óscar Cornejo, en una entrevista a RAC1, porque hacía contenidos para otras cadenas. Cuarzo llegó a tener programas que competían directamente con Sálvame Diario y Sálvame Deluxe y los personajes de La Fábrica de la Tele no dudaban en restregar sus triunfos: «¡Si la gente nos prefiere a nosotros, se siente Cuarzo, se siente!», bramó Belén Esteban ante las cámaras en una célebre ocasión. A pesar de que atacar a profesionales que hacían contenidos para su propia cadena en vez de mimarlos era polémico, Paolo Vasile decidió hacer la vista gorda, quizá porque él también hubiera deseado que Globomedia, Gestmusic y Cuarzo hubieran trabajado sólo para él. 

Los tiempos cambiaron: el modelo de una productora propiedad de un grupo de profesionales españoles desapareció y los dueños de las productoras debían escoger entre la opción de vender su productora a una multinacional o quedar fidelizada a una cadena. Por un lado, Globomedia y El Terrat acabaron integrada en el Grupo Mediapro y por otro Gestmusic y Cuarzo acabaron integradas en el gigante Banijay Group Endemol Shine. Parecía que Ana Rosa Quintana se retiraba como productora para ser sólo presentadora, pero su mano derecha Xelo Montesinos, decidió probar el otro modelo, crear una productora fidelizada a la cadena, Unicorn, donde la propia Mediaset tuviera una participación. 

En enero de 2018 Paolo Vasile aprobaba el cambio de Cuarzo por Unicorn para la producción de El Programa de Ana Rosa y, finalmente, la operación quedaba confirmada el julio de 2020 cuando Ana Rosa Quintana tomaba el control de Unicorn al adquirir el 70% de la productora, dejando el 30% restante para Mediaset, eso le permitía a la periodista garantizarse el control de su programa pero a la vez poder fijar su línea dado que es justo en ese momento cuando El Programa de Ana Rosa abandonaba su hasta entonces habitual equidistancia política para adquirir una línea editorial definida.

Cuando en el periodo 2021-2022 La Fábrica de la Tele volvió a su habitual actitud de ‘guerra de productoras’ ahora contra Unicorn por sus diferentes modos de enfocar el caso de Rocío Carrasco parecían no ser conscientes de los cambios en televisión: atacar a Unicorn era, en parte atacar a Mediaset y mientras desde Unicorn no dedicaran minuto alguno a agredir a La Fábrica de la Tele Oscar Cornejo y Adrián Madrid nunca podrían presentarlo como una ‘guerra de productoras’ porque, básicamente, nunca lo había sido.

La Fábrica de la Tele había perpetuado un modus operandi en un momento en que había un nuevo árbitro que ya no tenía ganas de mirar a otro lado.

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