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La otra cara del dinero

Profecías económicas para 2024 (con especial atención al cristal con que se mira)

Los inversores ven el año con optimismo por los datos macroeconómicos, y los consejeros de las empresas negro

Profecías económicas para 2024 (con especial atención al cristal con que se mira)

Dinero en unas manos. | Wikimedia Commons

Atención a la pirueta: vamos a recapitular las recapitulaciones del año 2023 en materia económica y a prever el resultado de las previsiones para 2024. Aunque tampoco es para tanto. Lo primero tampoco tiene tanto mérito: los expertos hacen balance como todo el mundo; lo interesante es ver cómo y preguntarse por qué. Lo segundo, en realidad, no es más que la deducción de los diferentes estilos con que nos lanzan sus inevitables (para eso les pagan) profecías.

El BlackRock Investment Institute sintetiza este doble movimiento en un solo informe. Véase el título: «Tres lecciones de 2023 para 2024». Extraen tres lecciones del año recién finiquitado para configurar el nuevo enfoque de inversión para el que estamos empezando a descorchar. 

Para empezar, aseguran que «el hecho de que los mercados cambien de un relato económico a otro» no les dan «nuevas pistas sobre dónde acabaremos». Vaya, la primera en la frente. Se explican: «Este no es el clásico ciclo económico y el contexto lo es todo». O sea, que cualquiera sabe… 

Gráfico Blackrock. Blackrock

Aunque, curiosamente, aseguran que la incertidumbre viene preñada de buenas noticias: «La mayor dispersión está generando oportunidades». Pero, ojo, eso «requiere de pericia y precisión. Así que atentos a la tercera gran no-pista, que concreta las dos anteriores refiriéndose al Tema: «El entusiasmo en torno a la inteligencia artificial ha apuntalado la rentabilidad de las bolsas estadounidenses, demostrando que las megafuerzas son ya relevantes en la actualidad y no solo en el futuro».

Palabro al canto. Especialmente atractiva si se acaba de ver toda la miniserie de Obi-Wan Kenobi. La definición, por supuesto, no soporta las expectativas friquis: «Las megafuerzas son otra forma de dirigir las carteras y, en nuestra opinión, pensar en componentes básicos de carteras que trasciendan las clases de activos tradicionales». Pues eso, que la IA está cambiando el panorama. Se puede ver (más o menos, lo nuevo es lo que tiene) en este gráfico. Y que la fuerza de ChatGPT nos acompañe…

Gráfico Blackrock. Blackrock

Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, ofrece una visión más ampliamente descriptiva en su informe «2023 en 10 hechos». El clásico método de los highlights, que en su caso comienza con la sorpresa al alza del crecimiento de EEUU: «Se esperaba que la mayor economía del mundo se estancara al entrar en 2023. De hecho, este año volverá a crecer por encima de su potencial, cerca del 2,5%». Lo que contrasta con China, donde «ocurrió todo lo contrario. Las esperanzas de la reapertura duraron poco y la economía se estancó».

La continuación de la desinflación completa el podio de acontecimientos: el IPC pasó de cerca del 10% en la zona euro a menos del 2,5% y del 6% al 3% en EEUU. «Todos los componentes bajaron, aunque los servicios básicos no se desaceleraron tan rápidamente como los demás», matiza.

Desde ahí avanza Thozet, no muy sorpresivamente que digamos, con los tipos de interés oficiales de los mercados desarrollados, que «alcanzaron su nivel más alto en 23 años y se mantuvieron en ese nivel», y los misterios de la renta fija, que se debatió «entre los temores de recesión, las esperanzas de recuperación y la desinflación». 

Aunque en el sexto punto de su lista, matiza que la volatilidad de la renta fija y variable. La de esta última volvió a los niveles previos a la crisis, mientras que la de la renta fija se mantuvo en niveles récord, «una deriva habitual a medida que avanzaba el ciclo alcista». Lo que le da pie para recordar que los mercados de renta variable desarrollados «avanzaron, alcanzando máximos históricos» y, en concreto, los estadounidenses se vieron «notablemente favorecidos por los siete magníficos y los valores de tratamiento de la obesidad, que subieron un +100% (¡sólo Bitcoin lo hizo mejor, con un +160%!)». 

En la recta final, Thozet sostiene que «la dispersión fue el tema clave del año». Por eso no ganamos para sustos: ¡aquí no hay quien se concentre! «El aumento del coste del capital y el cambio radical de las narrativas a lo largo del año mantuvieron en vilo a los mercados». Aunque, entre tanta zozobra, hubo éxitos bien detectables: «El carry fue el motor de rendimiento más favorecido este año, y con razón. Los mercados de crédito con grado de inversión y de alto rendimiento en euros rindieron un 7,5% y un 12% respectivamente este año».

Y cierra el decálogo del año difunto con un poco más de pimienta: «La correlación entre la renta variable y la renta fija experimentó alocadas oscilaciones, pasando de ser agradablemente negativa, cuando se hundieron algunos bancos regionales estadounidenses, a ser positiva en el peor de los casos, y en el mejor, cuando el año terminó con un rally de todo tipo».

Gráfico Carmignac. Carmignac

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Pero ampliemos el campo de batalla apartándonos un poco de los gestores de activos. La consultora Korn ferry, por ejemplo, ha sondeado las perspectivas de unos tipos muy interesantes a nuestros efectos: los que más mandan en las empresas. 

En su informe «Suddenly Doom & Gloom?», constatan que, pese a que «en sus últimos dos meses, 2023 tuvo una buena cantidad de buenas noticias», una encuesta revela que el 53% de los CEO «esperan que las condiciones económicas empeoren en la primera mitad de 2024». Pesimismo que «contrasta marcadamente con los inversores que los apoyan, el 94% de los cuales espera que las cosas mejoren en el corto plazo». Para hacérselo mirar… 

EEUU está en el centro de esta diferencia tan marcada. A las dos guerras en las que tiene intereses importantes y las preocupaciones persistentes de que la inflación no haya sido completamente controlada, se unen las próximas elecciones presidenciales. «Todo eso hace que los líderes [empresariales] sean cautelosos», según Alan Guarino, vicepresidente de la práctica de CEO y Servicios de Junta Directiva de Korn Ferry.

Gráfico Teneo .«Vision 2024 CEO and Investor Outlook Survey», de Teneo

Doug Charles, presidente de la consultora en el continente americano, cree que los directores ejecutivos han estado en un «modo reactivo» durante los últimos cuatro años. Tras la pandemia, muchas empresas contrataron a destajo e hicieron grandes inversiones de capital para mantener el tipo en el regreso del consumo, y el despegue de ChatGPT chupó más dinero en IA y tecnología por el estilo. Con los balances en la cabeza, mucho CEO se pregunta si los gastos de los últimos cuatro años son sostenibles. «Están en el lado de los costos de la ecuación, tratando de resolver las cosas», dice Charles. O sea: congelación de contrataciones, retraso de planes de expansión, recorte de personal… Y se preguntan si hará falta aún más tralla. 

Los inversores, en cambio, «no viven con estos problemas todos los días», pone el dedo en la llaga Peter Bogin, socio cliente senior en la práctica de Infraestructura y Energía Global de Korn Ferry. Más pendientes de las tendencias macroeconómicas, ven señales propicias para el mercado bursátil y las fusiones. 

Ya lo dijo Ramón de Campoamor en nuestro siglo XIX: «De Diógenes compré un día la linterna a un mercader; / distan la suya y la mía / cuanto hay de ser a no ser. / Blanca la mía parece; / la suya parece negra; / la de él todo lo entristece; / la mía todo lo alegra. / Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira; / todo es según el color / del cristal con que se mira».

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