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Opinión Liberal

¿Qué nos deparará el turismo en 2024?

«Me aventuraría a afirmar que el 2024 será un año bueno, pero con crecimientos inferiores al 2023»

¿Qué nos deparará el turismo en 2024?

Maletas. | Wikimedia Commons

¡Feliz año, queridos lectores. Mis mejores deseos en este 2024!

Hoy les voy a hablar de las tendencias turísticas que se prevén para el 2024. Ya saben ustedes que con el inicio del nuevo año es habitual que consultoras y expertos en turismo lancen una batería de tendencias, de nuevos hábitos y preferencias que consideran serán relevantes. No pretendo hacer predicciones, pues tal como esta el mundo seguro que me equivocaré, únicamente pretendo dar unas pinceladas de cómo veo el turismo en el 2024, con la información que disponemos hoy. 

Si hemos de describir en una sola palabra el 2024, esta sería «incertidumbre». Si bien muchas de las previsiones que he estado leyendo estos días prevén que este año será nuevamente extraordinario para el turismo. Otras son más escépticas y ponen el foco en la situación geopolítica y la compleja situación económica de la Unión Europea, con Alemania en peligro de caer en una recesión técnica y arrastrar a sus socios europeos, -cuyo crecimiento medio a duras penas crecerá el 1%-. En Estados Unidos, dicen los entendidos, el déficit público rondará el 5,7% en el 2024 y repuntará al 6,2% en el 2025. China, otro gran actor mundial, está inmerso en una crisis inmobiliaria que ya está afectando a la demanda. En España las cosas parecen ir bien y el 2023 ha finalizado mejor de lo esperado gracias a los fondos Next Generation y a la recuperación e impulso del turismo. Curiosamente, los ciudadanos españoles afirman que cada vez ahorran más, seguramente consecuencia de la mejora del mercado laboral y al poder adquisitivo que están ganando las pensiones y salarios. 

El 2024 será año de elecciones. En junio elecciones al Parlamento Europeo, tras las cuales veremos si Bruselas continúa siendo tan benevolente con el incumplimiento de déficit y deuda de algunos países o se inicia una fuerte presión contra estos, lo que sin duda alguna afectaría a España. También el 2024 estará marcado por elecciones en Estados Unidos, Reino Unido, India, Corea del Sur, Taiwán y Rusia. Los estallidos bélicos continúan, sumando ya dos años la guerra de Ucrania, con nuevos focos en Israel y Hamás, por lo que es muy probable que los costes de producción sigan aumentando. La transición ecológica continuará imparable con una cada vez mayor concienciación, pero también su adaptación conllevará mayores costes para las empresas. La digitalización continuará su ascenso de forma progresiva, al igual que la inteligencia artificial generativa, que continuará siendo objeto de mensajes apocalípticos pero que se desarrollará a gran velocidad en múltiples aplicaciones. 

¿Y en el turismo, que va a pasar? Pues viendo el panorama expuesto me aventuraría a afirmar que el 2024 será un año bueno, pero con crecimientos inferiores al 2023.

Sabemos que los años en que hay elecciones en diferentes países son de cierta incertidumbre y que la demanda procedente de esos países es más cauta y prudente en sus reservas. Deberemos también seguir con precisión el comportamiento económico de nuestros principales mercados emisores. La compleja situación económica en Europa, principal mercado emisor para España, me lleva a pensar que nos podemos encontrar con menos alegrías de las previstas. Estados Unidos posiblemente crecerá, tras haber cerrado un gran 2023. A los americanos les entusiasma Europa; referente de cultura, tradiciones, ciudades con vida, y España continuará escalando posiciones en el ranking de destinos europeos elegidos por la demanda americana. El turismo asiático, que aún no se ha recuperado respecto al 2019, crecerá este próximo año y las previsiones podrían ser mayores si se consolida una buena conectividad con ese continente. India va a ir reemplazando a China como el mercado de viajes emisor más popular del mundo, por lo que hay que trabajar y analizar bien las particularidades de esta demanda y las expectativas de los indios con respecto a España.

Los conflictos bélicos en determinadas partes del mundo beneficiarán a España como destino turístico seguro al reducirse la competencia con otros destinos que -lamentablemente- se ven inmersos o muy próximos a zonas en situación de guerra. 

En relación con la oferta, el turismo urbano seguirá creciendo. Escapadas a ciudades para adentrarse en su cultura y gastronomía serán una clara tendencia. Los viajes en tren se incrementarán debido a las mayores frecuencias y conexiones de la alta velocidad. Las ciudades también se verán beneficiadas por el auge y recuperación del turismo de congresos, grandes exposiciones, espectáculos y conciertos, que contribuirán al alza. Nuevas ciudades españolas de tamaño medio apostarán por incrementar su oferta alojativa y cultural para atraer a visitantes y diversificar su economía.

«Las experiencias, la capacidad de ofrecer a nuestros clientes auténticas vivencias, va a ser el gran reto del 2024»

El segmento de sol y playa seguirá siendo un producto sumamente atractivo, pudiendo alcanzar una mayor competitividad si se acometen las reconversiones necesarias en determinados municipios afectados por una crónica obsolescencia. El cambio climático y las variaciones de las temperaturas favorecerán que la temporada en destinos de sol y playa pueda alargarse, pero también pueden provocar una disminución del turismo urbano en ciudades afectadas por fuertes olas de calor en la época estival. 

En el sector del alojamiento, la planta hotelera seguirá creciendo y reposicionándose, adaptándose a la nueva demanda que busca la experiencia, lo autóctono y local por encima de otras prestaciones, aliándose con la restauración para ofrecer experiencias gastronómicas de primer nivel. La demanda de apartamentos y viviendas turísticas también seguirá creciendo como una alternativa al alojamiento hotelero, con una clientela fiel que opta por un alojamiento sin restricciones, que le permita una mayor libertad e inmersión con el ecosistema local. 

Las experiencias, la capacidad de ofrecer a nuestros clientes auténticas vivencias, va a ser el gran reto del 2024. Los clientes quieren experiencias que les permitan huir de lo icónico para adentrarse en un mundo de autenticidad y vivir su estancia como locales. Les invito a conocer Liiffe (www.liiffe.com), que tuve la oportunidad de probar en un reciente viaje a Sevilla y que considero como una de las mejores propuestas de experiencias con sentido, ideadas por locales que te permiten conocer el destino desde otra perspectiva, eludiendo las atracciones y ofertas habituales, trasladándote a un entorno de plena autenticidad. Todas las experiencias relacionadas con el relax, yoga, bienestar, meditación tendrán protagonismo en esa tendencia clara a alcanzar una vida sana sustentable en el día a día, con cuerpo y mente en perfecto equilibrio. También veremos un crecimiento de las experiencias activas y al aire libre, como excursiones por la naturaleza, ciclismo, senderismo, acampada. Experiencias que han perdurado tras el covid. 

Respecto a la IA, las funciones habilitadas como la personalización inteligente, el servicio al cliente automatizado y el reconocimiento facial, serán cada vez más frecuentes en la industria de viajes. También veremos cómo se incrementa el aprovechamiento de herramientas de inteligencia artificial, incluidos chatbots y asistentes virtuales, para brindar servicio al cliente en tiempo real. Para la mayoría de las empresas, la IA y la automatización avanzada serán una gran oportunidad para impulsar la eficiencia operativa. 

Respecto a la sostenibilidad veremos iniciativas corporativas más grandes tendentes a mejorar la sostenibilidad, la diversidad, la equidad y la inclusión con propósitos más elevados. Planes que buscan colaborar en el crecimiento de un turismo más regenerativo. La demanda será cada vez más sensible y exigente con las empresas y el cumplimiento de criterios sostenibles. 

También se prevé en el 2024 que haya más empresas fundadas por mujeres en el sector de viajes. Si bien las mujeres todavía representan una proporción exigua en la creación de empresas de viajes, su presencia será cada vez mayor. También en el 2024, veremos diferentes tipos de innovaciones en experiencias de viaje adaptadas a las mujeres, y nuevas certificaciones de alojamientos que pongan el acento en los servicios y requerimientos que demandan las mujeres, como las amenities pensadas para ellas, zonas comunes para hacer networking, o espacios para practicar meditación y yoga.  

He dejado para el final lo que ya es un hecho. Pese al incremento de precios e incertidumbres, el ocio y el turismo se han convertido en algo imprescindible, en una necesidad vital. La gente continuará viajando y la demanda mundial se incrementará con el ascenso a las clases medias de muchos ciudadanos de países emergentes. La optimización del tiempo libre, la reducción de la jornada y el teletrabajo también influirán en este aumento. Asimismo, la escala de valores de las nuevas generaciones también tendrá mucho que ver. Los jóvenes ya no quieren vivir para trabajar, sino trabajar para vivir y disfrutar, y los viajes serán protagonistas de ese disfrute. Por el algo el turismo es la industria de la felicidad!

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