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La otra cara del dinero

La economía perjudica seriamente la salud

Un estudio revela que España tiene unos niveles muy bajos de bienestar financiero y una alta ansiedad económica

La economía perjudica seriamente la salud

Billete. | Wikimedia Commons

¿Le duele el bolsillo? ¿Le angustian los extractos bancarios? Diga: «La economía va como 33 motos». Hummm… Es usted español, ¿verdad? ¡Ajá! Todos los síntomas apuntan a una exposición excesiva a la economía. O economías: la que ya le escarmentó en su momento, la que sufre ahora y, sobre todo, la que ve venir. 

El diagnóstico del estudio Cigna 360-Vitality es claro: España obtiene una puntuación de 24/100 con respecto al bienestar financiero, muy por debajo de los niveles óptimos. La principal causa de la ansiedad económica sigue siendo el coste de vida (47%), seguido por la incertidumbre sobre el futuro (38%) y las finanzas personales (38%). 

El CIS corrobora el examen del paciente nacional: el 40% de la población califica como mala o muy mala su situación económica. Mientras, los expertos le van poniendo nombres al cuerpo que se nos queda. Los que más éxito van teniendo son «ansiedad económica» y «estrés financiero». Que lo sepa.

Para colmo, el asunto se recrudece con una temporada alta de infecciones: no solo de gripe viven nuestros malestares. Los analistas recuerdan que estamos escalando la cuesta de enero, un concepto de rancio abolengo al que ahora se le añade últimamente otro de exportación: lo peor de lo peor comenzó el lunes pasado, el Blue Monday, tercero del mes más empinado, tras el subidón (de alegría y gasto) de las Navidades. 

Nada nuevo bajo el sol. Ahora solo somos más conscientes. El 67% de la población mundial afirma que el coste de vida y la inflación están encareciendo demasiado la capacidad para mantenerse saludable, según el estudio de Cigna. El análisis epidemiológico afina por tramos de edad: sabemos, por ejemplo, que la generación Z (70%) y la de los millennials (72%) son las que muestran una mayor predisposición a experimentar estrés financiero. 

Mal rollo que confirma el informe «Lo que importa al consumidor actual 2024» del Instituto de Investigación de Capgemini: «Los consumidores han mantenido una preocupación por su situación económica personal en un contexto de inflación creciente, aunque se haya ido reduciendo ligeramente a lo largo del año pasado». 

«Entre los tratamientos sugeridos no se menciona el uso del voto para corregir ciertas derivas enfermizas en nuestra economía»

Centrándose en la sintomatología de la variante patria, destacan que los consumidores españoles nos tomamos «muy en serio el encarecimiento del coste de vida» y ya estamos «actuando para minimizarlo». Así, el 62% de los encuestados de nuestro país reconoce que pasa más tiempo comprando en diferentes tiendas físicas para encontrar ofertas y descuentos (tampoco viene mal un poco de ejercicio), y el mismo porcentaje opta por la compra de marcas blancas, frente a la media global del 56%.

Además, un nuevo virus acaba de inocular nuestras zozobras: tres de cada diez consumidores españoles conocen y han utilizado la IA generativa en sus compras, un 10% superior a la media global (20%). Cualquier cosa por ahorrar un euro. Pero… a cambio, a un 56% les preocupa la suplantación de personas para dar reseñas falsas o engañosas y la posibilidad de crear falsificaciones. O sea, más estrés.

«El síndrome de ansiedad financiera puede tener un impacto significativo en la salud física y emocional, y puede manifestarse a través de una serie de síntomas que afectan el bienestar general. Alteraciones del sueño, preocupación constante, cambios de humor, aislamiento social y dificultad para concentrarse, así como algunos síntomas físicos como dolores de cabeza, tensión muscular o problemas gastrointestinales son las consecuencias más habituales del estrés financiero», según María Sánchez, e-Health Manager de Cigna Healthcare en España.

Desde Cigna dan algunas recetas. Primero, vigilar el descanso: «El ciclo entre el estrés financiero y el sueño puede ser un círculo vicioso: el estrés interrumpe el sueño y la falta de sueño puede aumentar la sensibilidad al estrés». Por eso recomiendan, «además de adoptar hábitos de sueño saludables, como establecer una rutina para acostarse y levantarse», abordar las preocupaciones financieras «mediante la planificación, el establecimiento de presupuestos y, si es necesario, buscar asesoramiento profesional».

Para evitar el riesgo cardíaco se impone «un control sobre los ingresos y los gastos. Establecer un presupuesto de forma clara y realista permite tomar decisiones financieras más informadas y reduciendo la incertidumbre y, por consiguiente, la ansiedad. Hay que tener en cuenta también que es importante revisar y ajustar regularmente estos presupuestos para asegurar que se mantengan actualizados y acorde a los gastos».

Para las cefaleas y dolores de cabeza constantes, recomiendan el yoga o la respiración profunda… siempre combinado, de nuevo, con la planificación financiera. Y respecto a los problemas digestivos recuerdan la «comunicación entre el cerebro y el sistema gastrointestinal, conocido como el eje intestino-cerebro, que puede ser influenciado por el estrés emocional». 

Entre los tratamientos sugeridos no se menciona el uso del voto para corregir ciertas derivas enfermizas en nuestra economía. Eso ya que se lo mire cada uno en casa.

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