La cuesta de enero se lleva por delante 13.000 millones de depósitos de los españoles

La temida cuesta de enero ha costado este año mucho más que en ejercicios pasados. Al menos, eso es lo que reflejan los datos de los depósitos y cuentas que tienen las familias españolas en los bancos. El dinero que tienen los hogares en las entidades se redujo en 13.000 millones de euros el pasado mes.

De acuerdo con los datos recopilados por THE OBJECTIVE en el Banco de España, los ciudadanos disponen tras esta caída de 991.000 millones de euros, unos recursos que contrastan con el poco más del billón que llegaron a acaudalar en diciembre.

Desde que comenzó la crisis de la inflación, la tasa de ahorro de las familias no ha dejado de bajar. Un hecho que se refleja en la evolución de los depósitos e imposiciones a la vista. Pero no ha sido hasta este enero cuando las carteras se han resentido con tanta fuerza. Entre agosto y octubre de 2022, que fueron los meses en los que las cuentas de las familias se vieron golpeadas, el saldo bajó en conjunto 10.000 millones de euros. Por tanto, 3.000 millones menos.

Causas del desplome de los depósitos

En enero del ejercicio pasado, cuando la guerra de Ucrania todavía no se había iniciado, pero los precios de la energía se se había desbocado, los depósitos registraron un tímida subida. En este 2023, varios factores han provocado un descenso tan acusado, según señalan fuentes financieras.

Por un lado, los precios de la cesta de la compra no han dejado de encarecerse a pesar de la bajada del IVA para los productos más básicos aprobada por el Gobierno. Por otro, el impacto que empieza a tener la remontada récord del euríbor en las hipotecas variables, cuyas cuotas se han disparado un 40% y ya se sitúan por encima de los 1.000 euros mensuales.

Y por último, hay una tercera causa de tal drenaje en los depósitos aunque con una menor influencia y que no tiene relación con el incremento del coste de la vida. Este no es otro que el traslado de una parte del dinero a inversiones alternativas -Letras del Tesoro entre otras- que ofrecen una rentabilidad atractiva en un momento de tipos de interés por encima del 3% y la estrategia de los grandes bancos de no pagar -o abonar muy poco- por las cuentas y las imposiciones a plazo de las familias.

Esta política comercial llevada a cabo por las principales entidades no está siendo bien vista por el BCE, que en distintas ocasiones ha sacado los colores y ha presionado al sector para que incremente los intereses de los depósitos. La última vez que reclamó esto fue este lunes, cuando la presidenta del organismo monetario, Christine Lagarde, hizo un llamamiento en este sentido.

Los grandes bancos se resisten a pagar por las cuentas y las imposiciones a plazo, ya que disponen de liquidez suficiente por el momento y no necesitan acudir a sus clientes para recaudar fondos con los que operar. Con ello, están recogiendo casi por completo la subida de los tipos de interés oficiales y sus márgenes están creciendo sustancialmente. Se estima que las entidades vayan a ingresar 20.000 millones solo por el aumento de las cuotas hipotecarias en dos años.

Pese a la caída de los depósitos en enero de manera relevante y en los meses finales del verano e inicio del otoño, el saldo de las familias ha aumentado interanualmente. En concreto, el volumen de dinero ha avanzado en 32.000 millones.

El pasado mes, el dinero de las empresas también sufrió en golpe duro, pero en su caso la dinámica del exceso de tesorería depende de muchos factores, no solo de los precios. También está vinculada a la inversión y al pago de proveedores, entre otros.

Los depósitos de las compañías no financieras se desplomó en 17.000 millones, hasta poco más de 300.000 millones. En tasa interanual, a diferencia de lo ocurrido en las familias, la evolución de los recursos disponibles también se contrajo. Lo hizo en más de 23.000 millones. Y eso que los bancos a las empresas les ofrecen intereses más elevados por el ahorro con el fin de retenerlos como clientes y que traspasen su tesorería a la competencia.