Esta es la hormona que no te deja adelgazar: como detectarla y reducir su efecto
Conocer algunos trucos para mantener sus niveles bajos puede ayudar a la hora de perder peso
Algo sobre lo que no hay lugar a dudas es que perder peso es algo realmente difícil. No solo influyen en ello factores biológicos, sino también los culturales, sociales y psicológicos. El que más lo hace, no obstante, es el hambre. Esta sensación puede aumentar cada vez más, sin que haya aparentemente un tope.
Aunque esta sensación no es dolorosa, sí que es incómoda e intensa, lo que puede llevar a comer grandes cantidades sin que sea realmente necesario. Pero algo que no todo el mundo sabe es que el 100% de la sensación de hambre no depende de la psicología: es un proceso mediado por hormonas. De todas las que intervienen en este proceso, una de las más importantes es la grelina.
Esta es un compuesto químico que produce, principalmente, el estómago. Está, además, muy vinculado a la conocida como hormona del crecimiento, ya que estimula su producción por parte de la hipófisis. Aparte de esto, es la que se encarga de comunicar al cerebro la sensación de hambre. Es decir, al producir esta hormona, el estómago puede mandarle un mensaje al sistema nervioso central de que es hora de darle de comer.
Son muchos los trabajos científicos que han probado que una gran parte de quienes han intentado hacer dieta han vuelto a su peso original en un año, o incluso menos. Este proceso es debido al apetito, pero también a las hormonas que regulan el metabolismo; estas son las que intentan mantener y volver a recupera el peso perdido.
El proceso que llevan a cabo es bastante simple: cuando el organismo no recibe toda la energía a la que estaba acostumbrado, empieza a emitir estas hormonas, que lo que hacen es aumentar mucho más el hambre; esto, a su vez, dificulta mucho más el poder adelgazar.
La función principal de la grelina, por tanto, es aumentar la sensación de hambre. Los efectos de esto, por tanto, son lógicos: aumenta el consumo de comida y, por tanto, de calorías; estas, a su vez, incrementan la cantidad de grasa almacenada. De esta forma, un estudio que han publicado investigadores del Departamento de Endocrinología de la VU University, en Holanda, han investigado esta hormona y sus efectos.
Puede parecer que esta hormona solo es negativa, pero la realidad es bastante opuesta. Está diseñada para que, en aquellos tiempos en los que el ser humano no tenía acceso a una fuente de alimento constante, las personas pudieran consumir toda la energía que necesitaban tras periodos de hambre.
Es decir, es una hormona diseñada para poder sobrevivir. Además, también desempeña un papel fundamental en la regulación de los ciclos del sueño, de la sensación del gusto y del metabolismo de los carbohidratos, como aparece detallado en un estudio sobre esta hormona.
Evolución de los niveles de esta hormona
La grelina llega a su nivel máximo justo antes de una comida, cuando el estómago está vacío. Después de haber ingerido los alimentos, el órgano deja de segregarla debido a que ya se siente lleno. El problema es que el organismo es capaz de acostumbrarse de una forma muy rápida a diversos factores, entre los que están los niveles de algunas hormonas.
En el momento en el que una persona empieza a hacer dieta, el cuerpo, que estaba acostumbrado a una segregación concreta, nota una carencia. Esto hace que los niveles de grelina empiecen a aumentar en gran cantidad.
Por ejemplo, un estudio que elaboraron investigadores de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, descubrió que a los sujetos de estudio les aumentaban los niveles de grelina hasta un 24% tras una dieta de 6 meses de duración. En otra investigación, en el que la dieta a la que estuvieron sometidos los participantes fue solo de 3 meses, los niveles de grelina aumentaron de 700 a 1.322 pmol/litro.
Cómo detener la evolución de la grelina
Después de todos estos estudios y esta información, parece lógico que la única forma de que funcione una dieta es controlando la segregación de grelina. Por suerte para quienes tengan como propósito perder peso, existen algunos métodos para conseguir esto:
- Priorizar el sueño: dormir de forma deficiente, como han probado ya diferentes estudios, está relacionado con el hambre, la segregación de grelina y el ganar peso corporal.
- Aumentar la masa muscular: hay multitud de estudios e investigaciones científicas que aseguran que el aumento del tejido muscular magro guarda relación con unos niveles menores de segregación de esta hormona por parte del estómago.
- Consumir proteínas: el estómago es incapaz de determinar por sí solo si lo que recibe son hidratos de carbono, grasas o proteínas. Por ello, y según señala un estudio de la Universidad de Tel Aviv, las dietas altas en este macronutriente aumentan la sensación de saciedad. Esto es porque disminuyen los niveles de grelina que emite el estómago.
- El ciclo de las calorías: un estudio de la Universidad de Oxford explica que los periodos de alto consumo calórico pueden disminuir la emisión de las ‘hormonas del hambre’. Es más, descubrieron que, en un periodo de dos semanas en el que el consumo calórico aumentó entre un 29 y un 45% en los participantes, los niveles de grelina disminuyeron un 18%. Este hecho, sumado a un aumento de la actividad física para contrarrestar los efectos de las calorías, puede ser una estrategia muy buena para conseguir adelgazar.