Así es el primer spray nasal efectivo contra la depresión

Casi 40 millones de personas en Europa, de todas las edades, padece trastorno depresivo mayor (TDM). Esta es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo y, en el peor de los casos, puede llegar a ser mortal: quienes la padecen tienen un riesgo de suicidio 20 veces mayor que el resto de la población.

Aunque ha habido avances en el tratamiento de esta enfermedad, los medicamentos antidepresivos que hay hasta el momento pueden tardar entre cinco y ocho semanas hasta conseguir un efecto completo. Además, un tercio de las personas que padecen TDM ni siquiera llegan a responder a ellos.

Es precisamente para estos casos de resistencia a los fármacos que el Ministerio de Sanidad ha dado el visto bueno a la obtención de precio y reembolso de Spravato (esketamina para pulverización nasal). Este es el primer y único tratamiento que hay aprobado en España para el trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento (DRT).

Este nuevo tratamiento, de la farmacéutica Janssen, está recomendado para pacientes que no han respondido a, como mínimo, dos tratamientos antidepresivos diferentes en el episodio depresivo que están atravesando.

Hasta el momento no existían tratamientos aprobados para la DRT: «Esketamina constituye una innovación que viene a dar respuesta a una necesidad médica no cubierta», explica el jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebrón de Barcelona, Josep Antoni Ramos-Quiroga, a El Confidencial.

«A partir de ahora podemos ofrecer un tratamiento a las personas que sufren las depresiones más graves, aquellas que tras varios tratamientos no acaban de mejorar», señala Ramos-Quiroga. Además, añade que «los antidepresivos estándar tienen un mecanismo de acción que tarda entre cuatro y ocho semanas en empezar a tener resultados, y esta terapia aporta un mecanismo de acción que, a las horas de su administración, ya permite ver resultados positivos». «Hasta hoy no contábamos con antidepresivos que hubieran demostrado su eficacia en estas depresiones graves», concluye.

Un fármaco que actúa sobre la corteza cerebral

La esketamina es un isómero de la ketamina y actúa sobre la corteza cerebral. Concretamente, afecta al sistema glutamatérgico. La aprobación como tratamiento intranasal está basada en datos de un programa de ensayos clínicos en personas con DRT en el que participaron más de 1.600 pacientes, incluidos españoles.

Hubo un total de cinco ensayos fase III, que incluyeron tres estudios a corto plazo, un estudio aleatorizado de prevención de recaídas y un estudio de seguridad a largo plazo. Los datos obtenidos han demostrado que el tratamiento con esketamina mediante pulverización nasal, sumado a un antidepresivo oral de nuevo inicio, está asociado a una mayor reducción de los síntomas depresivos.

Todo esto se ha comparado con un antidepresivo oral de nuevo inicio más un placebo de pulverización nasal, en pacientes adultos de entre 18 y 64 años. El fármaco tuvo eficacia desde las primeras 24 horas de su aplicación. Del total de los pacientes tratados, aproximadamente el 70% respondió al tratamiento.

Además, presentaron una reducción de síntomas de alrededor el 50%. El tratamiento continuado con esketamina para pulverización nasal, combinado con el antidepresivo oral, consiguió también una reducción del riesgo de recaída en un 70% entre los pacientes que lograron una respuesta estable. En el caso de quienes alcanzaron una remisión estable, este porcentaje fue del 51%, en comparación con el tratamiento continuado con antidepresivo oral combinado con placebo para pulverización nasal.

Según Ramos-Quiroga, esta terapia es un cambio de paradigma a la hora de hacer frente a las depresiones más graves. «Estamos hablando de depresiones que no han respondido a varios tratamientos previos y, por lo tanto, esto va a cambiar la forma de hacer las cosas con pacientes que requieren una estancia media en el hospital de aproximadamente un mes», asegura.

Este nuevo tratamiento también supondrá un cambio en el tiempo que tendrán que estar ingresados los pacientes: «Ahora, en pocas horas, días, podemos reducir las estancias hospitalarias, con lo que esto conlleva para su calidad de vida y de ahorro para el sistema sanitario».

Durante los últimos 50 años, los tratamientos antidepresivos convencionales han estado dirigidos a los neurotransmisores monoaminérgicos, incluidos los ISRS y los IRSN (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina).

La vía intranasal aumenta la rapidez de acción

La forma de administrar este nuevo fármaco, por vía intranasal, supone un gran potencial para el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso central. Esto se debe a su rapidez de acción, la potencial reducción de efectos secundarios sistémicos y la autonomía para el paciente.

«Esketamina está diseñado para que el paciente se lo pueda autoadministrar bajo supervisión sanitaria, siendo eficaz a partir de las 24 primeras horas, reduciendo los síntomas depresivos en el día 28 y el riesgo de recaídas, y con un perfil de tolerabilidad favorable. Esta vía de administración es mucho más amable, ya que es un dispositivo similar al que se utiliza para la rinitis», señala Ramos-Quiroga.

Lo de administrarlo bajo supervisión médica, recalca el doctor, es fundamental: «Es muy importante que se administre en un entorno sanitario porque uno de los efectos adversos puede ser el aumento de la tensión arterial, y este control por parte de los profesionales sanitarios permite una intervención adecuada en caso necesario».

Las personas con depresión tienen un mayor riesgo de suicidio

Algunos de los síntomas que es necesario mostrar para obtener un diagnóstico de TDM son: pérdida importante de peso, insomnio, falta de energía, sentimientos de inutilidad o de culpa. Hay que presentar cinco o más de alguno de estos síntomas durante al menos dos semanas y, además, es imprescindible tener un estado de ánimo deprimido o falta de interés o placer por todas o casi todas las actividades.

Uno de los retos a los que hay que hacer frente a la hora de abordar esta enfermedad es que uno de cada tres pacientes no responde al tratamiento con antidepresivos convencionales. Además, los pacientes con depresión presentan un mayor riesgo de suicidio: hasta 20 veces más que el resto de la población.