Estas son las alternativas al café a partir de los 50 años que recomienda Harvard
A pesar de los múltiples beneficios de esta bebida, también puede tener efectos negativos en las personas
Una taza de café caliente | Pixabay
El debate sobre los beneficios o perjuicios del café es una constante en el terreno de la salud. Hace años, la universidad de Harvard, en Estados Unidos, aseguraba que tomar tres tazas diarias de esta bebida podía reducir el riesgo de posibles enfermedades cardiovasculares y neurológicas. Además, también influye en el desarrollo de la diabetes de tipo 2 e, incluso, sus efectos antidepresivos pueden disminuir las posibilidades de suicidio.
Pero cada persona es un mundo y, además, los efectos también varían según la edad. Por ello, es posible que a las personas mayores, por diversos motivos, no les siente bien el café. Concretamente, es común que a partir de los 50 años provoque acidez estomacal, nerviosismo e insomnio. Es posible solucionar esto último cambiando el horario de ingesta de la bebida, aunque su efecto puede durara varias horas.
No obstante, para quienes quieran seguir disfrutando de los beneficios del café pero sin sus desventajas, la doctora y experta en nutrición que trabaja para un hospital universitario de la Escuela de Medicina de Harvard, Nancy Oliveira, recomienda cuatro alternativas a esta bebida. La doctora resalta también que el té es «el primo del café» y que la mayoría de los tipos de esta bebida tienen en torno a la mitad de cafeína que el café. Además, provocan menos acidez y tienen propiedades antioxidantes. Es más, de la lista que ha elaborado para Alimente+, dos son variedades del té.
Té matcha
Esta variedad del té puede llegar a contener más cafeína que el propio café, así como muchísimo más que las mayorías de otras variedades de la propia bebida. Es por ello que para algunas personas puede ser excesivo, e incluso aumentar el ritmo cardíaco. Entre sus ventajas destaca que, a diferencia del té verde, su cultivo es a la sombra. Esto evita que su oxidación e incrementa su contenido de polifenoles.
Café de achicoria
Esta alternativa es la que tiene un sabor más parecido al café como tal, aunque es un poco más amargo. Esta bebida, no obstante, no tiene cafeína, por lo que no dará el chute de cafeína que muchas personas buscan. Para quienes quieran conseguir este efecto, la doctora Oliveira aconseja mezclar el café de achicoria con un poco de café tradicional.
Según varios estudios llevados a cabo a este respecto, la achicoria tiene propiedades antiinflamatorias y su inulina, aunque está en baja cantidad en esta forma, también puede favorecer la salud intestinal. Para los alérgicos al polen, no obstante, no es recomendable esta bebida. La planta de la achicoria proviene de la misma familia que la ambrosía y, por tanto, podría provocar alergias.
Té yaupon
Cuenta con propiedades como el ácido clorogénico y antioxidantes, que ayudan a reducir inflamaciones y a aumentar la energía. Además, uno de sus componentes es la teobromina, que es muy beneficiosa para incrementar el riego sanguíneo. Aunque el efecto de la teobromina es más lento que el que produce la cafeína, es también más duradero.
Algo importante a tener en cuenta, sin embargo, es que combinar teobromina y cafeína puede subir demasiado el ritmo cardiaco en algunas personas. Además, en caso de tomarlo horas antes de ir a la cama, puede provocar insomnio.
Mate, el sustituto al café que también ayuda con el colesterol
Por último, el también conocido como yerba mate es original de Sudamérica. Tiene tanta cafeína, o incluso más, que el café. Sin embargo, quienes lo toman tienden a sentirse menos nerviosos después de ingerirlo que con el café. Además, hay también estudios que indican que el consumo de mate podría reducir el colesterol y ayudar a perder peso, aunque estas conclusiones no están 100% demostradas.
Pero no todo son beneficios para esta hierba. También hay estudios que señalan que algunos de sus métodos de procesamiento, como secar sus hojas con humo, pueden llevar a la aparición de sustancias potencialmente cancerígenas. Un ejemplo serían los hidrocarburos aromáticos policíclicos. Para solucionar este problema, la doctora Oliveira recomienda el consumo del mate sin ahumar. La preparación de este es mediante el secado de las hojas al aire y es un método más seguro para la salud.
