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Un estudio usa sangre por primera vez para probar la absorción de productos menstruales

Las investigadoras concluyen que el disco menstrual es el método más adecuado para las reglas abundantes

Un estudio usa sangre por primera vez para probar la absorción de productos menstruales

Los tampones y las compresas absorben menos sangre que el disco menstrual. | Natracare (Unsplash)

Un estudio científico ha utilizado por primera vez sangre humana para analizar la absorción de distintos productos menstruales como los tampones, las compresas o la copa.

El estudio, elaborado por investigadores del departamento de Medicina y el departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón y publicado en BMJ Journals, ha utilizado unidades de sangre caducadas para llevar a cabo una comparación entre tampones, compresas, copas y discos menstruales y ropa interior especial para la regla y registrar así el volumen de absorción de cada uno de ellos.

Hasta ahora, según explican los expertos citados por varios medios británicos, lo que se utilizaba para este tipo de investigaciones eran soluciones salinas o incluso simplemente agua, líquidos que nada tienen que ver en consistencia con la sangre menstrual. Además, los tampones son los únicos que se deben someter a pruebas reguladas por la industria para determinar su capacidad de absorción, para lo que se utilizan estos materiales.

La sangre utilizada tampoco tiene la consistencia y densidad de la menstrual, que se expulsa junto a tejido endometrial. Sin embargo, los investigadores apuntan que esta opción se aproxima más a la realidad. «Aunque no somos capaces de medir directamente la absorción de sangre de menstruación, las células rojas que hemos usado son al menos una aproximación más real de su viscosidad que la mezcla salina», defiende Bethany Samuelson, una de las encargadas del estudio.

El disco menstrual, el que más absorbe

El resultado del estudio muestra que los discos menstruales, una opción poco conocida todavía, son el producto que más sangre es capaz de absorber. De los 21 que han probado, el disco Ziggy fue el que más sangre contuvo, un total de 80 mililitros. Un método que es similar a la copa menstrual, pero que se coloca en horizontal justo debajo del cérvix y que permite incluso mantener relaciones sexuales sin necesidad de quitárselo.

Además de este disco menstrual, el estudio ha analizado compresas de dos marcas y distintos niveles de absorción, compresas para sangrado tras el parto, tampones de la misma marca con niveles de absorción distintos, copas menstruales de la misma marca y de tamaños distintos, discos menstruales de cuatro marcas diferentes y tres pares de ropa interior con distintos tamaños.

Tras la Ziggy Cup se sitúan los tampones y las compresas para flujo abundante, así como las copas menstruales, que absorben cantidades similares, entre 20 y 50 mililitros de sangre. Por último están las bragas menstruales, que tan solo soportan unos tres mililitros.

«El estudio ha encontrado una variedad considerable en la capacidad de los distintos productos menstruales», concluyen los investigadores, que apuntan que «conocer la capacidad de los productos menstruales nuevos puede ayudar a los médicos a calificar mejor las pérdidas de sangre por la menstruación e identificar qué personas pueden beneficiarse de una evaluación o un tratamiento de seguimiento».

Muy pocos estudios sobre la menstruación

A pesar de que aproximadamente un 26% de la población tiene la regla, con alrededor de 800 millones de personas en el mundo menstruando cada día, la investigación sobre este proceso ha sido escasa a lo largo de la historia, según señalan las autoras del estudio en un editorial al que se enlaza desde la publicación principal.

Entre 1941 y 1950 solo se publicó un estudio sobre este tema. Desde entonces, se han contabilizado solo 400, una cifra bastante inferior a los realizados sobre otros temas, como la disfunción eréctil, sobre la que se han realizado 10.000 estudios en el mismo periodo de tiempo.

«Aunque la menstruación está considerada como un signo de salud vital y un proceso fisiológico dentro del grupo en edad de reproducción, está asociado habitualmente con el estigma y la normalización del dolor. Estos factores, junto a los vacíos en la literatura científica, contribuyen a la transformación de lo que debería ser una experiencia saludable y rutinaria en una experiencia angustiante para una gran parte de la población mundial», señalan las cuatro autoras.

En este editorial, piden una mayor investigación sobre la regla y argumentan que no solo supondrá un mayor conocimiento de un proceso que las mujeres viven, de media, unas 400 veces en su vida, sino que una mayor cantidad de información «puede ofrecer nuevos caminos para la detección del cáncer por el virus del papiloma humano» y mejorar la detección de otras enfermedades como la diabetes.

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