'Lies of P': ¿Es el videojuego de Pinocho el más difícil del año?

Los juegos tipo soul de supervivencia son los más difíciles debido a la complejidad que conlleva ir eliminando jefes finales en cada uno de los capítulos. Un verdadero ejercicio de entrenamiento, práctica y rapidez de reflejos. Un examen de paciencia para los muy jugones que en muchas ocasiones llega a desesperar al jugador, viendo la dificultad de eliminar un determinado enemigo intentándolo una y otra vez sin resultado positivo, pero con una gratificante satisfacción cuando logramos reducirle después de haber caído eliminados más de diez veces e ir probando la forma en que atacamos y esquivamos golpes mortíferos. Esto es lo que vamos a encontrar en Lies of P, que convierte la novela de Pinocho en una distopía victoriana.

La ciudad sufre la amenaza de marionetas y seres mecánicos como en Atomic Heart, convirtiendo las calles en lugares desiertos por recomendación de las autoridades. Los que recuerden el videojuego Bloodborne otro soulslike de culto, tendrán un referente en cuanto a los escenarios; callejuelas oscuras, humedad en los suelos empedrados, neblina, y una ciudad llamada Krat inspirada en un antiguo Londres de maravillosos edificios victorianos y grandiosos palacios repletos de estancias que engrandecen el título dándole un halo de misterio extraordinario. Los antiguos muñecos de porcelana y los juguetes mecánicos de latón reflejan ese misterio y ese miedo a que, en cualquier momento, cobren vida y nos ataquen rebelándose ante sus mismísimos creadores. 

Pinocho es una marioneta viviente de aspecto adolescente y pecoso rostro a quien le gustaría ser humano. Su objetivo es encontrar a su padre creador, Geppetto, y ayudar con el acuciante problema de la rebelión de las marionetas y los humanoides mecánicos. Para ello dispone de un brazo izquierdo anatómico denominado «brazo de legión», con posibilidad de adaptarle apósitos para convertirlo en arma —ya sea emitiendo electricidad, provocando explosiones o capturando enemigos—. Una serie de mejoras que iremos adquiriendo conforme avancemos en la historia.

El brazo derecho es el que se encarga de manejar las armas de hoja que podremos afilar gracias a nuestra amoladora, con empuñaduras y cuchillas que también podremos ir combinando a medida que enriquezcamos nuestro arsenal. Dispondremos de dos armas a la vez, que podremos escoger dependiendo del momento y de la efectividad que deseemos en los golpes. Pero no olvidemos que en estos juegos es fundamental que el personaje, que se ve en tercera persona, deba mantener el peso de sus bolsas de transporte lo suficientemente bajo como para que pueda moverse con un mínimo de agilidad y escabullirse lo más rápido posible de los contundentes ataques del enemigo. Podremos ir almacenando los objetos que encontremos, así como las armas y sus piezas intercambiables, para gestionar ese equilibrio entre la contundencia en los ataques y la agilidad en los movimientos, porque Pinocho no es precisamente una gacela ni moviéndose ni corriendo, a pesar de su esbelta figura.

Repetir como clave para ganar

La energía de la que dispone, le viene de una misteriosa materia azul denominada «ergo». Es su sangre, lo que mantiene viva su alma y además es la moneda de cambio de la historia. Cada vez que caigamos derrotados podremos volver a ese preciso sitio para recoger el ergo del que disponíamos antes de la muerte. Y es que volveremos una y otra vez hasta que el enemigo de turno caiga a nuestros pies, pudiendo repetir nuevamente el camino para eliminar los enemigos que vuelven a plagar los mismos sitios recorridos, y aumentar así nuestro ergo y poder comprar nuevos útiles al mercader para probar nuevamente en combate al cansino enemigo. Las hogueras azules, lugares donde recargar nuestro número de vidas o «ps», también recuerdan a Bloodborne, aunque aquí son denominadas «Stargazers» y están dispuestas en su mayoría al principio y final de cada uno de los capítulos. 

En cuanto al combate, los más jugones han de olvidarse de las esquivas y del corre que te pillo ante los jefes finales. Aparte de usar el arma adecuada para cada uno de los enemigos, deberemos practicar el «parry», los bloqueos, que son, al fin y al cabo, la clave del éxito ante un bestiajo que nos saque diez cabezas. Así, si bloqueamos en el momento justo antes de recibir un impacto, se activará un bloqueo perfecto, no recibiremos daño y solo consumiremos aguante.

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Podemos usar bloqueos perfectos para destruir el arma de un enemigo o infligirle el estado de aturdimiento. Momento en el cual podemos efectuar un golpe certero ayudándonos del denominado arte de fábula, disponible para los ataques especiales de nuestra arma tanto en hoja como en empuñadura. Las artes de fábula las iremos encontrando conforme avancemos la historia y cada arma dispondrá de ellas dependiendo del número de bloques que se irán rellenando mientras efectuemos ataques al enemigo. Hay artes de ataque, de defensa y de utilidad.

A lo largo de la aventura encontraremos muñecos «sparrings» con los que podremos rellenar los espacios de fábula antes de enfrentarnos a un duro jefe ahorrándonos un montón de golpes de ataque y evitando la pérdida de ergo al principio del enfrentamiento. A pesar de que en la mayoría de los capítulos nos encontraremos solos ante el peligro, cuando lleguemos al Hotel Krat encontraremos personajes que nos guiarán en nuestros objetivos además de proporcionarnos mejoras para las armas y objetos útiles, como un reloj de bolsillo que hace retroceder el tiempo. Otros personajes que aparecerán a lo largo de la aventura nos harán preguntas a las que podremos responder diciendo la verdad o mintiendo. El cómputo final de verdades o mentiras nos llevará a disfrutar de uno de los tres finales alternativos que podemos encontrar en el juego. Un buen juego solo apto para jugones con paciencia.

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