Caixabank pierde otros 100.000 clientes y suma ya 600.000 en poco más de un año
La entidad no logra contener la marcha de usuarios desde que absorbió Bankia, en marzo de 2021, aunque eleva el número que tiene más de un producto contratado
Caixabank no logra taponar la huída de clientes desde que absorbió Bankia. El grupo ha perdido otros 100.000 clientes y suma ya una fuga de 600.000 desde que en marzo de 2021 integró la extinta entidad nacionalizada. Según los datos recopilados por THE OBJECTIVE, la entidad cuenta en la actualidad con 18,5 millones de usuarios en nuestro país, una cifra que contrasta con los 19,1 millones con los que empezó a operar el nuevo grupo fusionado.
La nueva pérdida, sufrida en el segundo trimestre del año, es inferior a la de principios del ejercicio, cuando se dejó en el camino 200.000 clientes. De esta manera, las consecuencias de la operación se están aminorando. Hay que tener en cuenta que todos los bancos que materializan una fusión en los primeros meses pierden clientela por distintos motivos. Y, de acuerdo con las cifras, Caixabank no ha sido una excepción.
La entidad, pese a ello, sigue siendo líder a nivel nacional. No solo en número de usuarios, sino también en cuota en los principales nichos de actividad financiera, con porcentajes de mercado que van desde el 24 hasta el 33%. El segundo banco con el mayor número de clientes es Santander, que cuenta con casi 14 millones. Es decir, que el grupo catalán cuenta aún con mucha ventaja sobre su principal competidor.
Caixabank aumenta la vinculación
No obstante, tanto Caixabank como el resto del sector están más centrados en intentar vincular más a los usuarios que ya tienen que en captar nuevos, aunque en todo momento lanzan campañas para ampliar la base a través de distintos productos, como las cuentas sin nómina o las hipotecas.
En el caso del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri y gestionado por Gonzalo Gortázar, la vinculación alcanza el 69,4% del total. Un porcentaje que, según la entidad, es 3,5 puntos porcentuales superior al de junio de 2021. Por tanto, los usuarios de Caixabank han estrechado sus lazos comerciales con la contratación de nuevos productos.
La fuga de clientes, asimismo, no ha tenido un impacto negativo en el volumen de actividad del grupo, ya que la cartera de crédito aumentó un 3,2% en el último año debido a la concesión de préstamos. Caixabank resalta, en este sentido, que en hipotecas la formalización creció 58% en tasa interanual, hasta rozar los 6.000 millones. Aunque ha experimentado este ascenso, su cuota en el segmento de la vivienda sigue a la baja ya que otros rivales están elevando con más fuerza los créditos suscritos, como Bankinter o el Santander.
También en el mundo empresarial Caixabank ha visto como el negocio crediticio ha aumentado desde junio de 2021. El volumen total lo incrementó en un 5%, un alza que, en ese caso, sí ha permitido arañar algo de mercado a sus competidores, hasta mejorar su cuota al 23,9%.
La pérdida de usuarios del grupo se ha producido en un momento convulso no solo para la entidad, sino para todo el sector. El banco, como el resto de sus competidores, han llevado a cabo significativos recortes de personal y de plantilla para adaptarse al nuevo entorno cada vez más digital y a la necesidad de reducir los costes operativos. En Caixabank, además, estos ajustes han venido motivados por la fusión, ya que ésta provocaba duplicidades de puestos y de red.
La entidad, en este periodo, ha ejecutado prácticamente por completo el ERE para 6.452 trabajadores y ha clausurado unas 1.500 sucursales. Se trata del mayor ERE de la historia de nuestro país. Tan solo quedan por salir un centenar de personas, que lo harán a lo largo de lo que resta de año.
La operación ha conllevado, además, una compleja integración tecnológica con el fin de unificar los sistemas, lo que ha supuesto ciertas complicaciones con los clientes. Unos clientes, los procedentes de Bankia, que en muchos casos han visto cómo sus comisiones aumentaban hasta los 240 euros si no estaban vinculados.
El sector, tras haber despedido a unos 19.000 trabajadores en menos de dos años, está ahora reforzando sus plantillas con el objetivo de mejorar la atención, principalmente de mayores y en el ámbito rural. Algunos bancos, como BBVA, han puesto en marcha contrataciones de personal para tal fin.