BBVA se refuerza en Turquía con un fondo extra de 1.000 millones gracias a Erdogan
Su filial Garanti se acoge un cambio normativo de principios de 2023 para hacer una hucha con la revalorización de los inmuebles y elevar sus ratios de capital
BBVA va a reforzar su solvencia en Turquía, en plena crisis inflacionista del país y de turbulencias financieras a nivel mundial, con la creación de un fondo de reserva extraordinario por importe de 1.000 millones de euros al cambio actual (20.893 millones de liras). Este colchón adicional, que será indisponible y, por tanto, no distribuible a los accionistas con dividendos, permitirá a la filial otomana del grupo español, Garanti, fortalecer de manera sustancial sus niveles de capital.
La configuración de esta hucha se someterá a su aprobación a la junta general que celebrará la franquicia a mediados del próximo mes de abril. Fuentes de BBVA señalan a THE OBJECTIVE que este fondo es fruto de un cambio legislativo promovido por el régimen de Recep Tayyip Erdogan a principios de 2023.
Tras la modificación legal, las entidades del país pueden actualizar al alza el valor de diferentes activos físicos en cartera a la inflación, principalmente inmuebles en propiedad, y anotarse el ajuste. Las mismas fuentes sostienen que BBVA se ha acogido a dicha opción, que le obliga eso sí a transferir dicho importe a las reservas indisponibles.
BBVA reflejará con mayor exactitud los activos
En una economía con hiperinflación como la turca esto es relevante, de ahí el volumen del fondo que va a constituir Garanti, debido a que dichos activos constan en los balances a un valor desactualizado. Están contabilizados a coste de adquisición en vez de a valor de mercado, que en un entorno de inflación muy elevada es mucho mayor. Ahora, con el cambio, su reflejo será más real.
Turquía ya permitía desde hace tiempo a otras empresas llevar a cabo este tipo de ajustes, que ha extendido a los bancos y la filial de BBVA va a aprovechar. Fuentes del grupo añaden que esta práctica está en vigor en otros mercados y recuerdan, por ejemplo, el caso español, donde en épocas pasadas se ha utilizado este mecanismo.
La solvencia de máxima categoría de Garanti se situó en el 11,5% a finales de diciembre del año pasado, un porcentaje se verá incrementado con su adhesión al cambio legal y a la creación de esta hucha extraordinaria, que le servirá para capear en una mejor posición los retos y desafíos a los que se enfrenta.
BBVA lleva varios ejercicios sufriendo en Turquía. El año pasado, como consecuencia de la inflación disparada, el grupo dejó de ganar unos 1.500 millones de euros. Una merma de beneficios que se asemeja casi a lo que el banco obtuvo en nuestro mercado.
Los precios en el territorio del Bósforo llegaron a superar en 2022 el 80%. En los últimos meses se han controlado algo y en febrero avanzaron al 55%. Esta situación y otros desequilibrios hacen pensar a BBVA que la rentabilidad que obtenga por su negocio en Turquía descienda a la mitad en 2023, con lo que el fortalecimiento del capital gracias a la medida adoptada por Erdogan es un auténtico alivio.
La filial se ha marcado como objetivo para el presente ejercicio un retorno sobre recursos propios de al menos el 28%, frente al 51% cosechado en 2022. Este ratio es clave, ya que de él dependen los beneficios que obtenga Garanti con los que poder afianzar la solvencia y para que BBVA vaya recuperando vía dividendos la inversión de 9.000 millones hecha en su aventura otomana.
El pasado mayo el grupo que preside Carlos Torres culminó su oferta de compra de acciones, con la que amplió su presencia en el capital de la franquicia al 86% y en la que desembolsó 1.400 millones. Un dinero que salió de la desinversión hecha meses antes en Estados Unidos, cuando se desprendió de la filial norteamericana.
BBVA confía que en que, en el medio plazo, su filial turca remonte por completo, una vez la economía del país haya puesto fin a sus desequilibrios más relevantes. Hasta entonces, y para anticiparse a los acontecimientos, ha puesto en marcha distintas medidas.
Entre ellas, ha protegido toda la inversión ampliando las coberturas ya existentes y ha extremado la vigilancia a través de un análisis más exhaustivo y temprano del desarrollo de la economía y los efectos que pudiera tener sobre la filial. También ha acelerado la limpieza del balance con venta de préstamos morosos.