Calviño encrespa a los empresarios con un informe sesgado que denuncia sus ganancias
Las patronales piden al Gobierno que se ocupe más de la productividad y el empleo, y se preocupe más de la deuda
Calviño y Garamendi, en un acto en la CEOE. | Europa Press
A 19 días de las elecciones generales, la vicepresidenta primera del Gobierno y responsable de la Economía del país, Nadia Calviño, ha suscitado un nuevo malestar entre el mundo empresarial, un sector que no concibe que a estas alturas de legislatura el Ejecutivo de Pedro Sánchez presente ahora el primer informe del Observatorio de márgenes empresariales, ya que, a su modo de ver, no es más que otro forma de perseguir y de intervenir a las empresas, «en lugar de crear un marco para que los márgenes empresariales sean buenos y se cree empleo», afirmó ayer Antonio Garamendi, presidente de CEOE. Por cierto, se trata de un malestar que no ha compartido el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, quien ha dicho que espera contar pronto con la colaboración en este Observatorio de «CEOE y de Cepyme».
Este lunes, el Ministerio de Asuntos Económicos, en colaboración con la Agencia Tributaria y el Banco de España daba a conocer los resultados del primer informe trimestral del Observatorio de Márgenes Empresariales, y del que se desprende que dichos márgenes se situaron en el primer trimestre de este año 2023 en niveles similares a los registrados antes del estallido de la pandemia en la mayoría de los sectores. Se trata de un informe incompleto, en fase incipiente, y del que no se pueden extraer conclusiones relevantes que no se conocieran ya por bases de datos e informes analítcos, como los del último editado por el Banco de España, pero que según los empresarios, persigue denunciar las ganancias de las empresas.
Así, y dada la heterogeneidad de los márgenes, bien entre sectores y dentro de mismo sector, el informe sí destaca que, mientras los márgenes de las empresas energéticas se muestran «anómalamente elevados», y por tanto, superan los registros prepandemia, los que afectan a la cadena alimentaria, y que sufrieron en 2021-2022 el encarecimiento de las materias primas y la consiguiente caída del 25% de sus márgenes, aún permanecen en niveles inferiores a su media histórica, pese a que se habrían recuperado algo recientemente.
El Observatorio de Márgenes Empresariales -en el que no se incluye ni la información de empresas de autónomas ni tampoco las financieras– es una reivindicación sindical, de la que ya dio cuenta en el mes de marzo THE OBJECTIVE. Entonces, este diario desveló la pretensión de los sindicatos de que el Estado promoviese que la Seguridad Social generara un listado de empresas con convenios colectivos y esos datos finalmente se cruzaran con los de la Agencia Tributaria. En definitiva, una herramienta útil para la negocación salarial de los agentes sociales. Apenas un mes más tarde, era la vicepresidenta del Gobierno quien desde Washington hacía el mismo planteamiento que el de los sindicatos, anunciando la creación de un Observatorio de Márgenes Empresariales con el objetivo de mantener la competencia efectiva en los mercados de bienes y servicios y una distribución adecuada de las rentas.
El miedo intervencionista de los empresarios
Apenas dos meses y medio más tarde, el primer informe del Observatorio -en el que se recogen márgenes empresariales de 2019 antes de la pandemia y de la crisis energética, el efecto shock covid sobre el sector turístico y, el efecto shock energético sobre la alimentación y la energía- ha caído como un jarro de agua fría en el caso de las patronales. Este lunes, el presidente de la organización empresarial CEOE, Antonio Garamendi, pedía al Gobierno que se preocupara antes por las cuentas del Estado y por la deuda pública que va a haber que devolver.
Miguel Garrido, vicepresidente de CEOE y presidente de CEIM también se pronunciaba de igual modo al respecto, criticando un observatorio que es su opinión es un disparate. El responsable de la organización empresarial madrileña ha afirmado que «el Observatorio es conceptualmente un disparate. Es una intervención más, una más, a las que ya nos tiene acostumbrados este Gobierno».
En su opinión, la vicepresidenta Nadia Calviño debería trabajar para mejorar la productividad de la empresa española y «dejar en paz a las empresas». En este sentido, subrayó que buscar fórmulas para mejorar la productividad empresarial tendría que ser «lo que le quitara al sueño» a la vicepresidente primera. «Ahí sí que tendría sentido, a lo mejor, poner un Observatorio, como tienen por cierto muchos países de nuestro entorno, para ver qué factores influyen en la productividad y trabajar para mejorarlos, porque, por lo demás, ya estamos en un sistema que obliga a tener transparencia, a comunicarlos», apuntó.
Lorenzo Amor, otro vicepresidente de CEOE, y además responsable de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), mantiene que que un observatorio de márgenes empresariales sin autónomos es de todo «menos representativo» de la realidad económica y empresarial de España.
Una herramienta importante para la inversión
Fuentes del Banco de España justificaron este trabajo, calificado de incipiente por los datos recogidos hasta ahora. Mantienen que el análisis de los márgenes empresariales sirve, entre otras cosas, para conocer qué inversiones a futuro han hecho estas empresas y qué pasa con las inversiones dos o tres trimestres después. Inversiones que sirven para crear empleo y para crear PIB, determinan.
No en vano, afirman estas mismas fuentes, el Banco de España está satisfecho con el trabajo del Observatorio de Márgenes, pero solo como primer ejercicio, sobre todo teniendo en cuenta que los márgenes empresariales tienen mucha volatilidad, y por tanto, son aspectos muy técnicos que todavía no se conocen bien. Y es que afinar con los márgenes empresariales va a ser difícil y «vamos a cometer errores, sí o sí», puntualizó.
