La dirección de la CEOE respalda que Garamendi pueda optar a un tercer mandato

A falta de que la Asamblea General de la CEOE dé su beneplácito el próximo mes de julio, fuentes de la organización empresarial adelantan a THE OBJECTIVE que, este miércoles, tanto el Comité Ejecutivo como la Junta Directiva de la patronal acabarán respaldando la modificación de los estatutos de la Confederación de Empresarios, cambio que concluye la limitación que hasta ahora obliga al presidente de la patronal a no estar en en el cargo más de dos mandatos seguidos.

Fue en abril de 2014 cuando el entonces presidente de la patronal, Juan Rosell, determinó en el artículo 18 de los estatutos de la CEOE que la persona designada como presidente de la Confederación solo podrá ejercer el cargo, como máximo, durante dos mandatos consecutivos de cuatro años cada uno. Una actuación que, en breve, parece que dejará de ser efectiva, algo que por otra parte ya demandaban algunas voces desde dentro de la patronal, como ha podido conocer THE OBJECTIVE.

Cabe recordar que la última revisión de estatutos de la CEOE tuvo lugar en el año 2021.

En esta ocasión, además de eliminar el tope de tiempo de mandato, la propuesta de reforma va mas allá en clave electoral, y también quiere incluir -explican fuentes de la patronal a THE OBJECTIVE– otros cambios, como impedir que se presente un candidato sorpresa de última hora o que la urna que se instala en la sala de votaciones -aun cuando solo hay un solo candidato, y lo normal es que salga por aclamación popular- desaparezca.

Un cambio en los estatutos de la CEOE

En estas circunstancias y con este fundamento, el principal beneficiado del retoque estatutario será el actual presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, cuyo mandato expira en noviembre de 2026, ya que éste es su segundo mandato.

Fuentes de patronal consultadas por THE OBJECTIVE abordan la continuidad del mandato de Garamendi con naturalidad, defendiendo que un cambio de este tipo hace más flexible que un presidente pueda continuar su labor en momentos puntuales como una pandemia, donde el cambio de mando podría acabar afectando de forma negativa al trabajo acumulado y al clima empresarial. En esa línea, otras fuentes subrayan lo justo de la medida, teniendo en cuenta que los estatutos no prohiben que se presenten otros candidatos a la elección de nuevo presidente, luego la concurrencia está garantizada.

Con otra templanza, otras voces destacan «el ruido interno que hay en la CEOE, y del que no han dado cuenta los medios de comunicación», por una decisión de este calado. Califican la determinación del ejecutivo y empresario vasco de inoportuna e innecesaria en el tiempo en el que estamos, a muy pocas semanas de unas elecciones legislativas. Añaden, por el contrario, que la propuesta que Garamendi llevará, primero a la Comisión de régimen interno, y luego al Comité y a la Junta Directiva, acabará siendo aprobada porque nadie se atreve dentro de la patronal a llevar la contraria al que manda. Además, sostienen, si bien la idea de promover estos cambios ahora podría ser perjudicial para los intereses del presidente de la CEOE -por la exposición de la noticia en fechas electorales-, el propio proceso, con la campaña, los mítines y los debates ayudan paradójicamente a que las críticas a Garamendi se diluyan y se desvanezcan en un abrir y cerrar de ojos.

En la CEOE también se baraja otro argumento, y es que no todas las patronales que configuran la Confederación de Empresas Españolas tienen limitado el tiempo de mandato, por lo que no es inadecuado plantear un debate que está entre las paredes de la CEOE, y que no es otro que homogeneizar a todos los organismos.

Los críticos

Según ha podido conocer THE OBJECTIVE, una de las propuestas que se elevará a los órganos directivos de la CEOE será la posibilidad de establecer un calendario tope de presentación de candidatos, de manera que no aparezcan nombres de última hora. De ser así, el movimiento que se dio en la última convocatoria en la que Garamendi salió con una victoria arrolladora, la candidata Virginia Guinda, vicepresidenta de Foment del Treball, igual no habría tenido ocasión de participar en el proceso de elección del presidente de la organización empresarial.

Precisamente Foment del Treball, presidida por Josep Sánchez Llibre –con sede también en Madrid-, es una de las patronales que más críticas ha sido con Antonio Garamendi por cuestiones como la falta de representatividad de las patronales sectoriales y territoriales o, la reforma laboral pactada con el Gobierno y los sindicatos.

Y la reforma del mercado de trabajo, de Yolanda Díaz, aún sigue acarreando discrepancias internas, tal y como ha podido comprobar THE OBJECTIVE, al que le llega que la patronal fue relativamente laxa con el Gobierno de Pedro Sánchez, y no le quedó otro remedio que acordar la reforma laboral, porque el Ejecutivo les estaba chantajeando, apuntan. Por cierto, se trata de una reforma -dejan caer- tras la que, de cambiar el color de Gobierno el próximo 23-J, se podría pedir otra contrarreforma.