La filial turca de BBVA vuela en Bolsa y duplica su valor desde el giro de Erdogan
Las acciones de Garanti se dispran de 25 a 56 liras en solo dos meses y medio tras la vuelta del régimen a la ortodoxia
El giro de la política económica y monetaria del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, tras ganar las elecciones a finales de mayo, no solo ha espantado los peores presagios para BBVA, sino que está provocando que la cotización de su filial Garanti esté volando en Bolsa. Desde que revalidó el cargo el mandatario las acciones de la franquicia del grupo español se han más que duplicado, al pasar de las 25 liras por acción a las 56 liras. En concreto, se han disparado un 120%.
El rally se ha producido, principalmente, en las tres últimas semanas, cuando los títulos de la división otomana de BBVA ha registrado una subida de un 55%, como consecuencia de las mejores perspectivas sobre la evolución del país por el cambio de rumbo del régimen que entierra, por el momento, la catástrofe para los intereses del grupo español, según los expertos consultados por THE OBJECTIVE.
El panorama ha virado de manera radical y las alertas emitidas por las casas de análisis e, incluso, por los supervisores -como el Banco de España– se han desvanecido, aunque todavía los riesgos siguen existiendo. Hace unos días la agencia de calificación Moody’s señalaba en un informe que «el cambio hacia políticas más ortodoxas, previsibles y basadas en reglas, es positivo para los créditos y llega antes de lo que esperábamos». Por ello, abría la puerta a una mejora del rating.
Hay que tener en cuenta que Erdogan ha nombrado a un nuevo equipo económico y ha colocado en el Banco Central a una reputada economista para mover fichas y taponar la elevada inflación que sufre el país y que tantas pérdidas está ocasionando a BBVA. Desde que ganó los comicios y realizó el giro, los tipos de interés han escalado del 8,5% al 17,5% con el fin de frenar la escalada de precios, frente a la política de bajadas de las tasas en el último ejercicio a pesar de que el IPC llegó a superar el 80% el pasado otoño.
BBVA suma aún minusvalías de 1.000 millones pese al rally
En este nuevo escenario, la cúpula de BBVA respira algo más aliviada, confiando en que las medidas adoptadas surtan efectos y su apuesta decidida por Turquía empiece a dar grandes frutos. El grupo presidido por Carlos Torres ha invertido 9.000 millones en el país tras cerrar en la primavera de 2022 la adquisición de un 36% del capital de Garanti y situar su participación en un 86%. Esta compra lo hizo a 15 liras por acción, por lo que desde entonces han avanzado un 273%.
Por el momento, el desplome de la lira impide a BBVA contabilizar plusvalías latentes. La moneda otomana aún no está visibilizando el giro de Erdogan y su cambio frente al euro se mantiene en mínimos históricos (0,034). Con ello, el valor de las acciones que el banco tiene en su filial asciende, pese a volar desde finales de mayo, a poco más de 8.000 millones. Es decir, que acumula unas minusvalías cercanas a los 1.000 millones de euros en la actualidad.
Para BBVA, Turquía es su tercer mayor mercado y 2018 se ha convertido en su mayor dolor de cabeza por las diferentes crisis e incertidumbres del país, aunque en todo momento la cúpula ha confiado en las posibilidades de negocio y crecimiento que se podían producir a medio y largo plazo. Solo en 2022 y 2023, como consecuencia de la hiperinflación, el grupo ha dejado de ganar más de 2.000 millones de euros. El ejercicio pasado, las ‘pérdidas’ sumaron 1.495 millones, cantidad que hay que sumar los 711 millones del primer semestre del actual.
BBVA, en su último informe de resultados, muestra la mejora de la situación al indicar que en Turquía «hay incipientes señales de cambios de la política económica, en general, y de la política monetaria, en particular, desde las elecciones generales realizadas en mayo de 2023, que apuntan a una gradual corrección de las actuales distorsiones macroeconómicas, especialmente de las elevadas necesidades de financiación externa».
Aún así, es consciente del entorno y asegura que «la situación sigue siendo inestable, caracterizada por una fuerte depreciación de la lira turca, una elevada inflación, un significativo déficit comercial, el agotamiento de las reservas de divisas del banco central, y un elevado coste de la financiación externa». Asimismo, destaca que «los recientes terremotos de febrero de 2023 han profundizado las dificultades económicas de Turquía».
Además, añade BBVA, que dichas catástrofes y la respuesta del Gobierno a las mismas han presionado a la inflación, así como a las cuentas externas y fiscales. «La persistencia de estas condiciones económicas desfavorables en Turquía podrían resultar en un potencial deterioro en el poder adquisitivo y la solvencia de nuestros clientes (tanto particulares como empresas)», advierte la entidad, provocando de esta manera pérdidas.