Santander y Bankinter copan el 43% de las sicav que han sobrevivido al golpe de Sánchez
Ambos bancos han mejorado su cuota en este segmento en diez puntos tras la desaparición del 78% de estas firmas
La presidenta del Santander, Ana Botín. | Europa Press
Dos bancos se han quedado con gran parte del negocio de las sociedades de inversión de capital variable (sicav) que han sobrevivido al golpe del Gobierno presidido por Pedro Sánchez a este tipo de instrumentos. Santander y Bankinter copan el 43% de las firmas que se mantienen vivas tras la desaparición de casi el 80% por el hachazo fiscal impuesto por el Ejecutivo.
Los datos recabados por THE OBJECTIVE en la patronal Inverco ponen de manifiesto el dominio de estas dos entidades en este segmento de actividad, que se ha reducido considerablemente. Santander y Bankinter, aunque como el resto han perdido la gestión de buena parte de los vehículos que tenían antes del cambio normativo, han ampliado su cuota de mercado. En diciembre de 2021 controlaban el 33% de estos instrumentos, con lo que han mejorado su posición en 10 puntos porcentuales.
El Santander, con ello, ha mantenido el liderazgo al tener en la actualidad la administración de 127 sicavs de las 510 existentes. El banco, eso sí, hace casi dos años tenía en cartera 399 instrumentos que son utilizados por grandes patrimonios y fortunas para llevar a cabo sus inversiones. Bankinter, por su parte, conserva 92 de las 356 que tenía antes del golpe fiscal.
Otra de las entidades que destaca en este segmento de negocio es el andorrano Andbank, que dispone de 60 sociedades de este tipo tras las modificación tributaria, siendo además uno de los que menos vehículos ha perdido en el cambio, ya que con anterioridad contaba con 99.
En cambio, algunos bancos han perdido prácticamente toda la posición que tenían. El caso más llamativo es el de BBVA, que tan solo gestiona 4 de 262, cediendo prácticamente todo el terreno. Banca March también se ha quedado con un peso limitado, con 11 sicavs en cartera, aunque administra la segunda mayor del mercado por patrimonio.
El 78% de las sicavs ha desaparecido tras el hachazo fiscal
El Gobierno modificó la ley del impuesto sobre estas sociedades a mediados de 2021 para que entrara en vigor a partir de 2022, con el fin de poner mayores exigencias para que pudieran acceder a la fiscalidad especial y tuvieran que pagar más. Exigió para ello la determinación de un número mínimo de 100 accionistas y que se computaran exclusivamente aquellos con una participación mínima de 2.500 euros (o 12.500 euros en el caso de las sicavs por compartimentos). Cumpliendo estos requisitos podrían seguir abonando un gravamen del 1%, de los contrario pasarían al régimen general del 25%
La mayor parte de las sicavs ha decidido liquidarse al no cumplir tales condiciones y evitar así el mazazo tributario. En concreto, el 78%, ya que antes de la entrada en vigor de la nueva normativa había 2.307 vehículos de esta categoría.
Algunos grandes millonarios españoles han decidido simplificar el número de estas sociedades y las sicavs más relevantes se mantendrán en las mismas condiciones. Alicia Koplowtiz o la familia Del Pino, dueños de la constructora Ferrovial que recientemente se ha trasladado a Países Bajos, han reducido el número de vehículos de inversión, y el fundador de Pronovias, Alberto Palatchi, mantiene la más grande del mercado, con un patrimonio de casi 1.000 millones de euros. También sigue operativa la firma de los March, Torrenova, que supera los 900 millones de euros en activos, al igual que la compañía unificada por Koplowtiz, cuyas inversiones se aproximan a los 600 millones.
El hachazo tributario aplicado por el Gobierno ha tenido un limitado efecto recaudatorio. Hacienda únicamente ha conseguido que 87 de ellas -un 4% de las que existían antes del cambio impositivo- no vayan a cumplir con los nuevos requisitos para seguir tributando al 1% y vayan a verse obligadas, a partir de ahora, a abonar más a las arcas del Estado.
El golpe a las sicavs es solo una de las medidas que ha impulsado el Gobierno de Pedro Sánchez para elevar la carga fiscal a las clases altas y a las empresas. Otra de las decisiones adoptadas ha sido el lanzamiento del Impuesto a las grandes fortunas, aquellas que ingresas más de tres millones. Y ha aprobado un gravamen especial para la banca y las energéticas, con el fin de que aporten a las arcas públicas 3.000 millones de euros en dos años ante el aumento de sus ingresos.
