La guerra en Gaza pone en jaque a BBVA en Turquía: su filial se hunde el 13% en Bolsa
La franquicia vuelve al foco de incertidumbre ante las dudas sobre el conflicto y la participación del régimen de Erdogan
El consejero delegado de BBVA, Onur Genç. | BBVA
El conflicto entre Israel y Hamás en Gaza ha devuelto la incertidumbre a BBVA en Turquía y está poniendo en jaque la recuperación de su filial Garanti, que en los últimos meses había espantado los peores fantasmas por el giro monetario y económico dado por el presidente Recep Tayyp Erdogan. Este cambio había dado alas a la franquicia otomana del grupo español y las expectativas de mejoras eran mucho más claras, pero la alegría ha durado poco en el cuartel general del banco, que mira con preocupación los acontecimientos.
El principal temor sobre el impacto que pueda tener la guerra en Oriente Próximo, según los expertos consultados por THE OBJECTIVE, es la participación que pueda adoptar Turquía, uno de los apoyos internacionales que tiene Hamás y uno de los países que históricamente ha mantenido con Israel cierta enemistad. En función de los acontecimientos, el efecto sobre la economía turca será más o menos intensa en un momento en que los analistas estaban volviendo a confiar en la república del Bósforo.
Por el momento, Erdogan ha sido uno de los mandatarios internacionales que ha ofrecido su intermediación para que la guerra no vaya a más y haya pronto un acuerdo de reconciliación, pero también ha sido uno de los que han criticado con mayor dureza los ataques de Israel contra la población civil de Palestina.
Caída a plomo de la franquicia de BBVA en dos semanas
Las dudas son tales que la cotización de Garanti se ha desplomado un 13% en Bolsa desde el estallido del conflicto. Las acciones de la filial de BBVA han pasado de valer casi 52 liras a poco menos de 45 liras en apenas dos semanas, lo que evidencia el miedo de los inversores. En la jornada del viernes bajó más de un 3,5%.
Algunos expertos sostienen que la caída a plomo de los títulos responde en parte a la subida meteórica experimentada en los últimos meses y que en este periodo de incertidumbre están recogiendo beneficios. Pero subrayan la presión a la está sometida la división turca de BBVA en la actualidad y que continuará si no se llega a una resolución pacífica en la región.
Desde que Erdogan ganó las elecciones a finales de mayo y puso en marcha su giro en sus políticas para contener una inflación disparatada hasta la sesión anterior al atentando de Hamás, Garanti había duplicado su valor en el mercado, ante las mejores perspectivas, que ahora se empiezan a desvanecer.
La cúpula de BBVA se estaba mostrando más confiado últimamente sobre la marcha de la franquicia otomana después de seis años de quebradero de cabeza por una inversión que alcanza los 9.000 millones de euros. Los directivos del grupo, entre ellos el presidente, Carlos Torres, y el consejero delegado, Onur Genç, siempre han apostado, pese a las debilidades y los contratiempos, por Turquía en el largo plazo. Recientemente, Genç aseguraba sobre el país que «ya está viendo algunas señales en la dirección correcta por parte de la nueva administración». Unas palabras que podrían no tener ya sentido debido al polvorín de Oriente Próximo.
Para BBVA, la situación turca es esencial. Su filial es la tercera de mayor peso para el banco español y una mejoría en los próximos meses podría llegar a ser esencial para mantener el crecimiento de los beneficios. Hasta la fecha, la entidad se está viendo impulsada por la subida de los tipos de interés en Europa y por el motor de México, pero a partir de mediados de 2024 los ingresos en España podrían empezar a flaquear por las eventuales bajadas del precio del dinero. Para este año, los vientos para el grupo son de cara y se encamina a cosechar unas ganancias históricas de 8.000 millones de euros en el conjunto de 2023. De esta cifra, Garanti apenas aportará ni un 10%.
BBVA decidió apostar decididamente por Garanti a finales de 2020 en vez de lanzar un órdago para hacerse con el Sabadell, con el que estuvo en negociaciones de fusión. Entonces, el consejo del banco rompió las negociaciones con la intención de aumentar su presencia en Turquía. En mayo de 2022, el grupo español se hizo con un 36% adicional de las acciones de la filial, elevando así su posición de control hasta el 86%, a pesar de que las debilidades económicas del país.
