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Los españoles huyen del euríbor: reducen 56.000 millones de créditos a tipo variable

Empresas y familias amortizan más deuda, transforman sus préstamos a fijo y merman las nuevas contrataciones

Los españoles huyen del euríbor: reducen 56.000 millones de créditos a tipo variable

Símbolo del euro frente al BCE. | Europa Press

Los españoles -tanto hogares como empresas- están huyendo del euríbor con una reducción significativa de sus créditos a tipo variable con el fin de reducir el encarecimiento del precio del dinero. Desde que el indicador empezó a remontar, en marzo de 2022, se han quitado casi 56.000 millones deudas bancarias cuyas cuotas dependen de su cotización.

La disminución de la financiación a tipo variable se ha llevado por varias vías. Una, el cambio a tasas fijas para protegerse de subida del euríbor, que ha pasado en año y medio del terreno negativo a superar el 4%. Dos, la amortización anticipada de la financiación para rebajar costes gracias a los ahorros y los excesos de liquidez acumulada durante la pandemia. Y tres, la menor demanda de créditos, que está provocando una disminución de las nuevas operaciones.

Según los últimos datos del Banco de España recopilados por THE OBJECTIVE, los préstamos variables han descendido, en concreto, 55.725 millones, pasando de los 662.551 millones de marzo del ejercicio pasado a 606.626 millones de agosto del presente. Con ello, su peso sobre la deuda total que acumulan de las familias y las empresas ha caído del 54,5% al 51,2%.

Una merma del 8% de las deudas que dependen del euríbor

La reducción, en términos porcentuales, alcanza el 8% en dicho periodo y los expertos auguran que seguirá, aunque el ritmo será más pausado, debido a que el dinero embolsado durante la covid empieza a decaer y, a priori, el grueso de las refinanciaciones que implican una transformación de las tasas a fijo se ha ha hecho.

El volumen de deuda, debido a la oleada de amortizaciones y de la bajada en picado de las nuevas operaciones, se ha contraído un 2,4%. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que debido a los repagos anticipados la cancelación de préstamos para la vivienda son superiores a las nuevas contrataciones. Y que el saldo para los créditos inmobiliarios de las familias se sitúa en mínimos de 2006, bajando del medio billón de euros por primera vez desde entonces.

La banca se muestra confiada en que a partir de mediados de 2024 la concesión se acelere y ayude a crecer su negocio, una vez el BCE inicie el camino de bajadas de los tipos. El euríbor entonces empezará a dar un respiro a las familias y a las empresas y éstas volverán a elevar la demanda de financiación.

Por el momento, la bajada del negocio bancario está viendo compensada por unos mayores ingresos por el encarecimiento de las cuotas. Además, la morosidad se mantiene bajo control, con un pequeño avance y con un primer susto en las hipotecas, con lo que no se están viendo obligadas a materializar provisiones adicionales.

Pero, dentro de 12 meses, una vez recogidos los frutos de la escalada del euríbor, su facturación se verá mermada y las entidades, en dicho contexto, podrían enfrentarse a pérdidas por insolvencias. En el sector se da por hecho que la morosidad aumentará tarde o temprano, aunque lo hará previsiblemente sin grandes sobresaltos. Por lo tanto, será crucial que incrementen la financiación para mantener a flote los márgenes operativos y la cuenta de resultados.

Los supervisores están pidiendo desde hace tiempo al sector, que aprovechen la época de vacas gordas que están viviendo por el euríbor y realicen dotaciones extraordinarias. Sin embargo, el sector todavía no lo ve conveniente, a la espera de acontecimientos. Es más, los bancos han mermado su hucha contra impagos.

El mercado apunta a que el euríbor podría cerrar 2024 en torno al 3% o por debajo del mismo de dicho umbral, aunque la incertidumbre es máxima. Los analistas consideran que la velocidad de descenso dependerá de coyuntura económica y la inflación. No se descarta que Europa entre en recesión y que el BCE se vea obligado a reducir los tipos de interés antes de lo previsto. Y a este factor se une la inestabilidad que está provocando la guerra en Gaza, que de extender podría presionar al petróleo y, por tanto, a la inflación, lo que supondría un retraso en el camino de vuelta en la política monetaria.

En este escenario y con las dudas en el ambiente, los bancos han vuelto a potenciar la contratación de hipotecas fijas. Desde que el euríbor comenzó su ascenso las entidades estaban más volcadas en originar hipotecas variables para defender sus balances, pero ahora que los tipos han llegado a su pico las entidades vuelven a los préstamos con intereses inamovibles de por vida.

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