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Economía

Moncloa toma el control de EFE para mejorar la desgastada imagen internacional de Sánchez

Tiene una audiencia potencial de 250 millones de personas en el mundo y es la primera agencia de noticias en español

Moncloa toma el control de EFE para mejorar la desgastada imagen internacional de Sánchez

Miguel Ángel Oliver, futuro presidente de la Agencia EFE. | Europa Press

El Gobierno tomó esta semana una de sus decisiones más polémicas desde que comenzó esta legislatura proponiendo a Miguel Ángel Oliver como presidente de la Agencia EFE en sustitución de Gabriela Cañas. Un movimiento que coincide con un momento crítico para Pedro Sánchez que se enfrenta a una fuerte presión popular y mediática y que se ha entrampado en el debate por la ley de amnistía, empeorando su imagen nacional e internacional.

Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE coinciden en señalar que el propósito del nombramiento de Oliver es mejorar la imagen exterior del Ejecutivo y del propio Pedro Sánchez a través de la Agencia EFE. Moncloa sabe que la guerra por el relato se juega en los medios de comunicación y para ello ha reforzado los lazos con grupos afines como Prisa y RTVE y ha extendido su influencia en la empresa de titularidad estatal.

Estamos ante una estrategia meditada que busca tomar el control total de EFE para que juegue un papel clave en la legislatura como altavoz gubernamental, ya no solo a nivel interno, sino en especial de cara al extranjero. EFE es la quinta agencia en el mundo en importancia después de Reuters, Associated Press (AP), Agencia de Noticias Xinhua y France Press (AFP), y la primera en español, lo que le convierte en una pieza clave en el tablero mediático mundial.

Gabriela Cañas, presidenta saliente de la Agencia EFE, durante la celebración del 40 aniversario de los Premios Rea de España de Periodismo.
Gabriela Cañas, presidenta saliente de la Agencia EFE, durante la celebración del 40 aniversario de los Premios Rey de España de Periodismo. | Europa Press

Impacto de la Agencia EFE

Una empresa informativa con 2.000 profesionales de 60 nacionalidades, trabajando 24 horas al día y siete días por semana, desde 180 ciudades de 110 países y con tres mesas de edición en Madrid, Bogotá y Bangkok. La agencia distribuye tres millones de noticias al año que llegan diariamente a más de dos millares de medios de comunicación en el mundo, con una audiencia potencial de 250 millones de personas.

Moncloa decidió hace algunas semanas que debían reforzar la imagen internacional del Gobierno y de Sánchez, mermada considerablemente tras la polémica de la ley de amnistía, el enfrentamiento con Israel por Gaza o los desacuerdos con Italia. Una serie de desencuentros que han hecho perder enteros al presidente de Gobierno que siempre se ha caracterizado por cuidar con mimo su imagen de cara al exterior.

Por ello, el control de los mensajes que emite EFE garantiza difundir una lectura positiva de la gestión de Sánchez para toda Latinoamérica y parte de Asia, además de buena parte de Europa. Y con Miguel Ángel Oliver la fidelidad a La Moncloa está garantizada. Oliver fue un fiel escudero de Pedro Sánchez durante la pandemia como secretario de Estado de Comunicación y tuvo un papel destacado filtrando las preguntas al presidente en las comparecencias públicas, dejando solo las favorables y ocultando las incómodas. El expresentador de Noticias Cuatro también se caracterizó por vetar a medios críticos.

Salida de Fernando Garea

Paradójicamente, Oliver fue el encargado de comunicar a Fernando Garea (el antecesor de Gabriela Cañas en la presidencia de EFE) su cese porque «ya no tenía la confianza de Sánchez», aunque en realidad no se estaban respetando los mensajes enviados desde Moncloa. Duró menos de dos años y conoció su despedido en un restaurante Rodilla.

Garea -experiodista de El País y de El Confidencial– fue nombrado nada más ganar Sánchez la moción de censura e instalarse en La Moncloa, sustituyendo a José Antonio Vera, designado en 2012 por Mariano Rajoy. Empezó su mandato con el objetivo de completar la transformación digital de la agencia, pero fue destituido en 2020. «Una agencia pública de noticias no es una agencia del Gobierno», dijo en su carta de despedida. En ese momento, se especuló también con que Oliver anhelaba el sillón de EFE, pero finalmente se decidieron por Gabriela Cañas, experta en información internacional.

Gabriela Cañas, con una larga trayectoria en El País fue también directora general de Información Internacional en la Secretaría de Estado de Comunicación con José Luis Rodríguez Zapatero entre 2006 y 2008. En 2020 intentó enderezar el modelo de negocio de la compañía y nombró en EFE un equipo de marcado perfil técnico y no político, pero tampoco gustó en Moncloa. Después de tres años, será sustituida por Oliver.

Pérdidas de EFE

Se trata de un nombramiento cuestionado desde todos los sectores, tanto políticos como mediáticos o sociales. Periodistas como Jordi Évole o el propio Fernando Garea han criticado el nombramiento, mientras que el Partido Popular indicó el jueves que esta decisión demuestra que «EFE pasa a ser otra institución a la que el PSOE le coloca un sello sanchista». «Este nombramiento perjudica de igual manera a los trabajadores de la Agencia EFE, puesto que pondrá en cuestión su profesionalidad al estar a las órdenes de un comisario político de Sánchez», concluyeron.

El gran problema es que el baile de presidentes de EFE ha privado a la agencia estatal de un plan de desarrollo que les haga ser rentables y que encauce sus alicaídas cuentas. El interés del Gobierno por controlarla ha generado inestabilidad y un entorno que hace inviable poner en marcha una hoja de ruta a medio y largo plazo, tras soportar pérdidas de 49,1 millones desde que Sánchez está en Moncloa.

Las pérdidas de 14 millones en 2022, sumadas a los nueve millones de 2021, obligaron a la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI) a realizar un préstamo participativo de 15,5 millones para salvar sus cuentas. Del mismo modo, en 2020 y 2021 la empresa estuvo a punto de quebrar debido a sus pérdidas y a su deuda estructural, pero los decretos anticovid impidieron que se declararse en concurso de acreedores.

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