Será noticia en 2024: del parón de la economía al asalto del Gobierno al Ibex
Los economistas dibujan un escenario de frenazo económico y riesgos para la seguridad jurídica de las empresas
El 2024 de la economía estará marcado por dos hechos fundamentales: el fuerte parón que experimentará el crecimiento del PIB -mucho mayor de lo estimado hasta la fecha- y una nueva escalada del Gobierno de coalición de PSOE y Sumar en su intervencionismo en las empresas españolas, ahora en las grandes del Ibex 35. Un contexto en el que la incertidumbre y la inseguridad jurídica marcarán doce meses de muchas interrogantes y de nuevos enfrentamientos entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez, las patronales y el tejido productivo.
La economía experimentará un importante frenazo en 2024. Nadie duda de ello. En los últimos dos meses todos los organismos internacionales y firmas de análisis han rebajado el alza prevista para el próximo año: Funcas y la OCDE que han vuelto a reducir hasta el 1,5% la subida del Producto Interior Bruto (PIB), una cifra que el Fondo Monetario Internacional (FMI) sitúa en el 1,7%.
En este contexto, dos hechos desmienten el discurso oficial y optimista del Gobierno. El primero es que se mantiene la tendencia descendente tras el crecimiento del 5,5% en 2022 y probablemente en torno al 2%-2,4% este año, con lo que se neutraliza el relato del Ministerio de Economía respecto de que España sigue boyante; y el segundo es que será imposible cumplir las previsiones del propio Ejecutivo que sigue insistiendo en un crecimiento del 2% para 2024.
Exportaciones e inversión
Los economistas consultados por este diario insisten en que el gran desempeño que se experimentó en el primer trimestre de este año se ha ido difuminando en lo que va de 2023 con unas exportaciones sin crecimiento y una inversión exterior que se ha desplomado un 23%. De hecho, el último dato de PIB del tercer trimestre ya refleja un crecimiento de apenas un 0,3%, que acumula un alza anual del 1,8% y pone en riesgo las previsiones de 2,4% de alza del PIB para este año.
Este comportamiento será similar en el comienzo del próximo año ya que no se espera un repunte de las inversiones, ni de las exportaciones. De hecho, la debilidad de nuestros socios comunitarios, con la eurozona rozando la recesión, acentuará estos fenómenos y podría volver a llevar estos dos indicadores a negativo.
La única duda de los economistas es comprobar la intensidad de este parón. Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente y socio de Freemarket, indica a este diario que todos los análisis que se han hecho hasta ahora subestiman el impacto del endurecimiento de la política monetaria sobre el consumo y la inversión privada , lo que debería reducir aún más las expectativas de crecimiento que la consultora rebaja hasta el 1,3%.
Economía y empleo
Esto dibuja -a su juicio- un panorama preocupante en el que ni las familias, ni las empresas han asumido todavía la subida de tipos (que probablemente no empiecen a bajar hasta mediados del próximo año, según se infiere de las declaraciones de la FED y de el BCE), lo que sumado a unas expectativas más negativas en materia de empleo, la erosión de su renta disponible y el impacto negativo en el consumo privado, generará una desaceleración de la demanda y un claro encarecimiento de los costes financieros.
A esto hay que sumar -indica- el «espejismo estadístico del empleo». Teóricamente el empleo ha crecido porque está distorsionado por un peso enorme de los fijos discontinuos, que son entre 700.000 y un millón de personas, indica. Esto supone una gran diferencia entre el paro estadístico y el desempleo real que seguirá agudizándose en 2024 y que ya comenzará a pasar factura a la estructura macroeconómica de España.
El otro gran condicionante de 2024 será el problema fiscal con el que se enfrentará España. En estos momentos, la deuda pública está en el 109% del PIB y se espera reducir al 106% en 2024, al mismo tiempo que se quiere bajar del 3% de déficit. El problema es que ningún analista se cree las previsiones del Gobierno por el elevado nivel de gasto social prometido para los próximos meses y la inexistencia de un plan de ajustes que ya piden desde Bruselas.
Déficit de la economía
Este diciembre se ha alcanzado un principio de acuerdo para reformar las reglas fiscales de la Unión Europea a partir de 2024, aunque Alemania ha impuesto su agenda logrando una flexibilización mucho menor que la esperada por España. Se mantiene una obligación de reducción anual del déficit del 0,5% del PIB, una reducción de deuda también constante para todos entre el 0,5 y el 1%, lo que obliga a un ajuste incluso cuando los países estén dentro de los márgenes establecidos.
Para el economista Javier Santacruz, la recuperación de las reglas fiscales europeas tendrá un impacto relevante sobre los tres países con mayor déficit estructural: Francia, Italia y España. Incluso desde algunos periódicos ya se apunta a que la Unión Europea exigirá a España recortar 13.500 millones de deuda y 7.000 de déficit al año. Quizás el impacto no se sienta completamente en 2024, pero lo que está claro es que el Gobierno ya deberá esbozar algún plan de ajuste ya en los Presupuestos Generales de este año, de lo contrario tendrá que realizar una fuerte subida de impuestos para equilibrar las cuentas.
En cualquiera de estos dos casos, el impacto en el PIB será duro y puede generar una contracción muy importante del consumo, que sería la puntilla para la economía. En este sentido, Bernaldo de Quirós advierte de que el Gobierno ha dejado pasar la posibilidad de cuadrar las cuentas públicas al utilizar los ingresos extraordinarios del IVA y de los impuestos a la banca y a las energéticas en dar más subvenciones y ayudas.
Prima de riesgo
Según Santacruz también veremos el resurgimiento de la «prima de riesgo», conforme el BCE siga vendiendo cartera de deuda y, desde hace muy poco, también vendiendo deuda española e italiana. A su juicio, en 2024 también deberíamos esperar un ajuste del sector inmobiliario, ya que las subidas de tipos de interés tardan bastantes meses en surtir efecto sobre los precios de la vivienda, lo que puede seguir generando tensiones en el mercado.
Desde el punto de vista de las empresas el Gobierno ha avisado que seguirá aumentado su presión sobre la economía. Se ha hablado de revisar los impuestos a la banca y a las energéticas, aunque la realidad es que se mantendrá un gravamen que en principio solo sería temporal. El último trimestre de 2024 volveremos a tener noticias y probablemente algún cambio, pero lo cierto es que PSOE y Sumar ya han acordado mantenerlos en el tiempo pese a que su justificación ya carece de sentido tras la estabilización de los tipos de interés y la bajada de los precios de la energía.
La SEPI y Telefónica
No obstante, la gran noticia empresarial en 2024 será la vuelta del Estado en Telefónica 26 años. El Gobierno mandató a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a que comprara el 10% de la operadora de telecomunicaciones para «dar estabilidad accionarial» y contener la arremetida de los saudíes de STC. Para ello se gastarán más de 2.000 millones de euros que saldrán de los Presupuestos Generales y que se empezarán a invertir a partir de enero, lo que les garantizará un sillón en el consejo de la compañía, pero con el riesgo político que esto implica.
Pero no será la única gran compañía afectada. Este diario ya informó que los planes del Gobierno pasan por una activa política de inversión en grandes empresas del Ibex, en especial en energéticas. La justificación es la misma: evitar la arremetida de fondos de inversión oportunistas y asegurar su «españolidad». Un plan de ‘renacionalizaciones’ del que tendremos más noticias en 2024 y que confirmará el interés del Ejecutivo de Pedro Sánchez por controlar no solo la economía, sino que también a las empresas.