Así serán las rebajas este año: cortas y con promociones agresivas por el 'stock' acumulado

Este domingo arrancan oficialmente las tradicionales rebajas de invierno. Aunque, lo cierto es que, debido a la desregulación de estas en 2012, son muchas las grandes marcas y cadenas que ya han colgado sus carteles de descuentos incluso antes de que finalizase 2023. Una tendencia que, a juicio de la Confederación Española de Comercio (CEC), desvirtúa totalmente el objetivo original de las rebajas – el de dar salida al stock acumulado durante el año – y perjudica a los formatos de comercio más pequeños.

Al margen de lo que hagan las grandes marcas, según sus datos, el 90% de los autónomos y pymes del comercio tienen previsto esperar a este domingo, como es tradición, para iniciar la de rebajas. Sea como fuere, se espera que las promociones estas semanas sean «agresivas», al menos en el sector textil, que viene de una temporada peor de lo esperado -especialmente en las cadenas más pequeñas-.

Rebajas agresivas por exceso de stock

«Las rebajas son una consecuencia o deberían ser una consecuencia de cómo funciona la temporada y hemos tenido una temporada de otoño-invierno floja, muy por debajo de las expectativas que teníamos», asegura Eduardo Zamácola, presidente de la patronal textil Acotex. Según explica Zamácola en conversación con THE OBJECTIVE, el tema climatológico ha afectado bastante en las ventas.

«El invierno ha entrado tarde y las prendas mas invernales como los abrigos no se han empezado a vender hasta ahora, cuando están rebajados», explica. Este retraso en las ventas por las altas temperaturas durante los meses de septiembre y octubre ha provocado que el stock en los comercios, sobre todo en la pequeñas cadenas, sea más elevado que en otras ocasiones lo que augura unos descuentos también más contundentes.

«En teoría hay mucho stock y deben ser unas rebajas buenas. Pero eso es un mal dato para nuestro sector, porque vamos a hacer promociones agresivas y posiblemente logremos tener unas cifras altas, pero las promociones agresivas no son viables porque no hay margen», apunta el presidente de Acotex. No obstante, la cuantía de esos descuentos tendrá mucho que ver con la decisión de cada una de las marcas y de sus necesidades de tesorería.

Según apuntan fuentes del sector la caída de los márgenes en 2023, sobre todo entre las cadenas más pequeñas y el comercio tradicional, ha sido fuerte lo que les dificulta realizar las mismas ofertas que antes. De hecho, según los datos del Barómetro de Acotex, desde el mes de agosto el porcentaje de incremento de ventas ha ido disminuyendo hasta que en octubre se convirtió en un descenso.

Campaña breve

En cuanto a las previsiones que hace para todo el comercio la Confederación Española de Comercio, y tras una campaña de Navidad relativamente positiva, con un ligero aumento de las ventas respecto a 2022, los comerciantes esperan para la campaña de rebajas un aumento del 5% respecto al año anterior.

Por otro lado, y a causa de la espirar de promociones que se han encadenado durante el año para intentar paliar la caída del consumo a causa de la inflación, desde la CEC creen que la campaña, en general, será breve. La confederación considera que las ventas se concentrarán en las dos primeras semanas de la campaña e irán perdiendo impacto progresivamente.

El 40% financiará las rebajas con crédito

De cara a estos días, el comercio de proximidad prevé que el gasto medio por cliente se sitúe en torno a los 75 – 80 euros. Un gasto que desde el comparador financiero Banqmi -portal financiero de iAhorro- elevan hasta los 96,45 euros por persona y apuntan que en un 40% será financiado a través de crédito.

«El problema no está en que se usen tarjetas de crédito, sino de cómo se usan, especialmente si se acumulan las deudas y el pago de intereses se dispara», explica Antonio Gallardo, experto del comparador financiero. Sin embargo, según la encuesta que realiza todos los años el comparador financiero Banqmi sobre las tendencias de compra durante las rebajas de invierno, cada vez son más los consumidores que admiten que no comprarán nada porque «hay otras formas de compra mejores». Concretamente, este año esta opción la eligen un 54,14% de los encuestados, casi dos puntos porcentuales más que el año pasado (52,34%).