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La SEPI puede vulnerar el código de gobierno de la CNMV si pide otro consejero en Telefónica

El mercado cree que se incurriría en una clara injerencia política que podría afectar la credibilidad de la cotizada

La SEPI puede vulnerar el código de gobierno de la CNMV si pide otro consejero en Telefónica

María Jesús Montero, ministra de Hacienda y vicepresidenta primera. | Agencias.

El Gobierno puede dinamitar la gobernanza de Telefónica si es que finalmente decide pedir un segundo sillón en el consejo de administración de la operadora. Fuentes bursátiles y de compañías cotizadas consultadas por THE OBJECTIVE indican que este movimiento no solo podría vulnerar el Código de buen gobierno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sino que además enviaría una clara señal de injerencia gubernamental, algo duramente penalizado en el mercado y que podría perjudicar la cotización de la compañía.

El pasado viernes, el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá, volvió a avivar los rumores sobre la solicitud de otro miembro en el consejo de administración de Telefónica indicando que «lo estudiaremos en su momento», en respuesta a un periodista durante un acto público. Una frase cuidadosamente ambigua que no confirma nada, pero que deja todas las opciones abiertas.

Telefónica nombró hace un semana a Carlos Ocaña como nuevo consejero en representación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el organismo encargado por el Gobierno para hacerse cargo de la participación del Estado. Lo hizo tras la petición del Ejecutivo al superar el 7% de participación, levemente por encima del límite legal para solicitar un representante.

Carlos Ocaña

Una semana después, el Estado ya tiene el 9% de Telefónica y está solo a un punto de completar su objetivo, lo que -según el diario ABC– dará argumentos para pedir un segundo representante. Si Telefónica tuviese dos sillones en el consejo su representación real se elevaría hasta los tres consejeros, ya que Javier de Paz (consejero otro externo) es un socialista convencido que no oculta su cercanía con el actual Gobierno de coalición. Telefónica tiene 15 sillones en su consejo.

El problema es que este movimiento sería una bomba de relojería para la gobernanza de la cotizada, una sociedad que en los últimos años lleva realizando importantes esfuerzos para cumplir con el Código de buen gobierno de la CNMV. Hasta antes de la entrada de Carlos Ocaña, Telefónica tenía 10 consejeros independientes (que no responden a ningún accionista) y seis consejeras, además de tener reducido al mínimo la representación de dominicales, con lo que cumplía al pie de la letra todas las normas de gobernanza.

Sin embargo, la entrada del representante de la SEPI redujo la representación femenina al 33% (por debajo del 40% que impone la ley de paridad), los independientes se redujeron a nueve y los dominicales y ejecutivos se elevaron a seis. Una distribución que se continuará desequilibrando si es que el Gobierno nombra a un segundo consejero. En el caso de la paridad, en Telefónica se han mostrado sorprendidos porque el Estado ha vulnerado su propia ley, una norma que por lo demás se podría prorrogar a junio de 2025, según el reciente acuerdo parlamentario entre PSOE y Podemos.

Código de la CNMV

El Código de buen gobierno de las sociedades cotizadas de la CNMV -actualizado en junio de 2020- señala en su principio 11 que «el consejo de administración (de una cotizada) tendrá una composición equilibrada, con una amplia mayoría de consejeros no ejecutivos y una adecuada proporción entre consejeros dominicales e independientes, representando estos últimos, con carácter general, al menos la mitad de los consejeros».

En el caso de Telefónica, si es que la SEPI nombra un segundo consejero en su representación (que necesariamente debe ser dominical) tendría que producirse la salida de un independiente ya que es complejo -aunque no totalmente descartable- que Criteria Caixa o BBVA renuncien a su representante y a su vicepresidencia con un 5% en el capital cada uno.

Esto supondría que los independientes se quedarían en ocho, al filo se las recomendaciones de la CNMV y con el riesgo de que este equilibrio se rompa cuando STC se decida a enviar su solicitud para subir hasta el 9,9% y pida un sillón en el consejo. Un representante de Saudi Telecom también debería ser necesariamente dominical y no parece que ninguno de los actuales máximos accionistas quieran ceder su puesto por lo que también tendría que sustituir a un independiente.

Influencia en Telefónica

Sin embargo, la recomendación que quedaría más en riesgo sería la que se refiere a una «influencia desproporcionada en relación a su participación en el capital». «De acuerdo con el principio de proporcionalidad entre participación accionarial y representación en el consejo de administración, la relación entre consejeros dominicales y consejeros independientes debe reflejar la relación entre el porcentaje de capital representado en el consejo de administración por los consejeros dominicales y el resto del capital. Este principio proporcional no es, sin embargo, una regla matemática exacta, sino una regla aproximada cuyo objetivo es asegurar que los consejeros independientes tengan un peso suficiente en el consejo de administración y que ningún accionista significativo ejerza una influencia desproporcionada en relación a su participación en el capital», dice la norma.

La SEPI quiere tener un 10% del capital de Telefónica (actualmente tiene 9%) por lo que las fuentes consultadas indican que -atendiendo a los principios de gobernanza- parece desproporcionado que un solo accionista tenga dos de los siete consejeros dominicales que en teoría están disponibles en la operadora. Esto sin contar con que Javier de Paz también responde a los intereses del Ejecutivo. Por otro lado, Criteria y Caixabank suman un 7,5%, por lo que la diferencia entre uno o dos consejeros no debería ser un 2,5% del capital, dicen los consultados.

El Código de buen gobierno de la CNMV es un conjunto de directrices que persiguen unificar las buenas prácticas de gobernanza de las sociedades cotizadas y dar pautas para que las compañías cumplan con estos estándares internacionales. Persiguen dar credibilidad y generar confianza en las sociedades y aunque sus normas son de cumplimiento voluntario, el mercado suele penalizar a las que no cumplen de manera consistente sus recomendaciones.

SEPI y Telefónica

De esta manera, en el mercado no sería bien recibida la entrada de un segundo consejero de la SEPI en Telefónica ya que se consideraría un claro movimiento de intento de control político de una cotizada. Una pérdida de confianza que podría saldarse con la penalización en su cotización, una marcha bursátil que se ha caracterizado por la irregularidad y por no reflejar el verdadero potencial de la compañía.

Hace dos años Indra vivió una situación similar al forzar la salida de los consejeros rebeldes que entorpecían los planes del Estado y del presidente Marc Murtra, cercano al Gobierno. En medio de una investigación de la CNMV que se saldó sin penalizaciones, la compañía tuvo que modificar completamente su consejo, dar entrada a independientes y posteriormente nombró a un CEO (José Vicente de los Mozos) con amplios poderes ejecutivos para restaurar la confianza del mercado.

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