The Objective
Economía

El drama de Marisa: compra un hotel a Hacienda, pero el exdueño lo sigue explotando

El antiguo propietario del establecimiento se niega a marcharse y lo explota sin abonar ni un euro

El drama de Marisa: compra un hotel a Hacienda, pero el exdueño lo sigue explotando

El Hotel de Jeréz | THE OBJECTIVE

La situación que vive Marisa desde hace ya cuatro años ha pasado de ser un sueño a una auténtica pesadilla. Tras comprar hace unos años el Casino Jerezano, en Jerez de la Frontera, y transformarlo en el Hotel Casa Palacio María Luisa, esta empresaria de larga trayectoria decidió ampliar el negocio. «Me interesé por el hotel de al lado y me informaron que Hacienda lo tenía embargado», explica Marisa en conversación con THE OBJECTIVE. La idea de esta hostelera pasaba por ampliar su Hotel Casa Palacio con el establecimiento aledaño.

Al conocer su estado, se dirigió a la Hacienda de Málaga para comunicar su interés. Manuel Pozo, jefe de tributos de Málaga, puso en marcha una primera subasta. «En este momento yo no sabía ni el nombre del embargado». A lo largo de varios años, E.F.-el dueño entonces de este establecimiento embargado-, «logró echar para atrás dos subastas con artimañas de todo tipo (dudosa moralidad)», asegura la afectada.

Sin embargo, no pudo impedir que finalmente en noviembre de 2021 «se realizara una tercera subasta vía internet en la que se me adjudicaron las 32 fincas que componen el hotel, sus jardines, un trozo pequeño y alargado pegado a mi hotel y finalmente, también un edificio de 2000 m² que linda con todo esto que llamamos  “centro comercial” porque así lo pone encima del edificio», explica en conversación con este diario. Todas estas fincas se le adjudicaron, según la empresaria, con unas cargas de hipoteca y de IBI que el antiguo dueño había dejado de pagar desde 2003.

Comienza la pesadilla

Tras materializarse la operación de compra de este hotel embargado por Hacienda en 2021, la afectada paga y registra las propiedades. «En ese momento, E. F. saca un contrato de alquiler, a todas luces inventado y simulado, por supuesto, hecho para que le beneficiara al máximo, donde incluye las 32 fincas y un plazo de caducidad del contrato del año 2034 con una cantidad de alquiler irrisoria», explica. Este contrato está firmado entre Sherry, Mirador -sociedad propietaria del inmueble anteriormente a la subasta pública- y Sfera hoteles -la sociedad explotadora del hotel previa a la subasta- con fecha anterior a la compra. Ambas sociedades pertenecen, según la afectada, a E.F. de las que es administrador único.

Desde entonces, el antiguo propietario se niega a irse. «Mi abogada me informa de que la única solución a esta ocupación para un ciudadano decente es denunciarlo y pasar por los juzgados. Así lo hice y llevo más de tres años donde se han realizado dos juicios con sentencias a mi favor y estoy en estos momentos esperando la sentencia de la audiencia Provincial», lamenta Marisa, a la que se le ha dado la razón tanto en Primera como en Segunda Instancia.

Dilatando el proceso

E.F. se vale de mil estrategias procesales para provocar suspensiones tanto de la Audiencia Previa como de la Vista del Juicio y asimismo lo recurre todo a fin de demorar todo lo posible la resolución definitiva del procedimiento y que sea desalojado de una vez, según la afectada. Ya hay una sentencia que ordena el inmediato lanzamiento que de momento no ha podido ser ejecutada a pesar de que «no ha abonado un céntimo de ese supuesto contrato de alquiler en el que se ampara para mantenerse ilegítimamente en la posesión».

Es más, el Recurso de Apelación se resolvió teniendo por no interpuesto tal recurso al no pagar cantidad alguna y el Recurso de Casación que ha planteado ya le han pedido acreditar el pago (que no ha realizado), explica Marisa. Entre tanto, «no para de recurrir cualquier diligencia de trámite a fin de ganar tiempo y mantenerse en la ilegítima posesión», añade. Este diario se ha puesto en contacto con E.F. para conocer su versión y asegura que «la empresa defiende lo que entiende que está en su derecho y sobre todo garantizar la continuidad de la plantilla que lleva más de 20 años».

Hotel lleno en Semana Santa

En este punto, cabe destacar que el presunto ocupante ilegal de esta propiedad sigue explotando dicho hotel sin pagar, según la afectada, ni un euro del supuesto contrato de alquiler. De hecho, tal y como ha podido saber este diario, el establecimiento tiene una buena ocupación durante esta Semana Santa. «Cuando se va al hotel, los pagos figuran en un datáfono de otra empresa. Esto es supuesta desviación de los beneficios de la explotación, hechos que han podido constatar, pues se han realizado pagos por terceros con tal finalidad, lo que supondría además un presunto delito de insolvencia punible», añade.

«La sentencia de instancia estima íntegramente la demanda y considera que los contratos que él alega para estar en los 32 inmuebles que componen el hotel son simulados. Condena al inmediato desalojo y a una indemnización importante consistente en el valor real de una renta de un contrato de esos inmuebles». El problema es que el presunto okupa de este hotel «va recurriendo siempre, poniéndose malo, retrasando todo. Demorando, demorando, demorando». En apelación, el recurso no le ha sido admitido al no cumplir con el requisito de procedibilidad de pago de la renta del contrato que el propio E.F. esgrime como título posesorio, según explica la afectada.

A la espera

En este punto y tras cuatro años de dinero perdido, esta afectada se encuentra absolutamente desesperada. «Lo que es indignante es como estos “individuos” abusan de la ley y se aprovechan de la lentitud del sistema judicial para extorsionar y sacar dinero», lamenta Marisa. «En mi caso, el antiguo dueño se inventa un contrato de alquiler ya sentenciado como simulado claramente para quedarse allí explotando el hotel sin pagar nada (plan A) o sacarme dinero para que se vaya (plan B)», añade, desesperada. 

En este momento, tiene pedida la ejecución provisional de la sentencia en el juzgado de instancia y acordada respecto a la condena dineraria, «pero como es insolvente y tiene bienes con mil embargos, mis posibilidades de cobros son nulas». Con respecto al desalojo, cuya ejecución provisional también se solicitó, el juez lo inadmitió por no ser firme la sentencia en primera instancia. «E.F. sabe que no va a ganar ningún juicio, pero también sabe que recurriendo y recurriendo puede vivir así entre cinco y siete años… o más», supone la propietaria de este hotel.  

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D