THE OBJECTIVE
Inaki Arteta Orbea

Chico majo

Está forrado y logró el éxito muy joven con lo cual ya le miramos un poco recelosos. Que si es un fantasma, un creído, un soberbio, que a las reuniones va en camiseta y chanclas…

Opinión
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Está forrado y logró el éxito muy joven con lo cual ya le miramos un poco recelosos. Que si es un fantasma, un creído, un soberbio, que a las reuniones va en camiseta y chanclas…

Está forrado y logró el éxito muy joven con lo cual ya le miramos un poco recelosos. Que si es un fantasma, un creído, un soberbio, que a las reuniones va en camiseta y chanclas…

Ahora se pone traje, al menos para visitar a presidentes de gobierno, y propone a los jóvenes, en realidad a todo el mundo, ¡leer! Ni más ni menos. Tiene que venir Mark a señalarnos el camino a la librería del barrio (o la otra, la del ordenador) y animarnos a leer. O a comprar, no  sé. Va este joven y nos dice por sorpresa que como él va a leer un libro cada quince días, que nos animemos a imitarle, que leer ser bueno. 

Si esto significa que se va a poner a vender libros para multiplicar su inmensa fortuna con otro invento, pues al menos es una buena campaña que de paso estimula una inmejorable acción. 

Pero de cualquier forma no se puede negar que es una propuesta innovadora. Que en estos tiempos, alguien tan popular, tan joven, tenga este tipo de ideas se hace raro. Frente al riego por aspersión de tanta zafiedad y risa tonta al que nos exponemos con tanto gurú mediático como protagonista, no podemos dejar de aplaudirle. Que los jóvenes escuchen de alguien considerado cool, que leer está tan bien que hay que hacerlo por costumbre y a buen ritmo debería ser motivo de contagio. Que la imagen de este carismático chico sirva para fomentar la lectura es una campaña que ninguna institución del mundo podría pagar. Sorpresas da la vida. Lo mismo cae el muro de Berlín, que Mark, díscolo estudiante en su época, nos da ejemplo para que leamos.

Aunque se forre vendiendo libros, incitar a la gente a ponerse frente a un libro, ejercer ese apostolado a favor de la cultura es inaudito y revolucionario. Y se puede llegar muy lejos y muy bien si leyendo más, nos conocemos más y mejor, si dejamos que nuestra mente haga espacio para otros mundos, para otros pensamientos, para otras aventuras, si gracias a eso descubrimos que lo que nos imaginamos como un mundo mejor también depende de nosotros. Chico majo, este Mark.

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