THE OBJECTIVE
Alejandro Molina

¿Morimos y fracasamos multifactorialmente?

«Los jueces como colectivo no gozan de bula como los maestros o los sanitarios. Están incumpliendo la ley por machismo. Una sola causa, un solo factor»

Opinión
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¿Morimos y fracasamos multifactorialmente?

Erich Gordon

Amortizada la pandemia como hecho noticioso de primera plana, menudea últimamente una suerte de reportajes cuyo título arquetípico vendría a ser algo así como: «¿De qué se mueren los españoles?». Se analiza el brutal pico de mortalidad que sobre la estadísticamente esperada está sufriendo España, siempre en el primer puesto para lo nefandum. A estas crónicas, una vez leídas, uno les cambiaría el título por otro más certero: «¿Por qué se mueren TANTO los españoles?». Y es que, a la cabeza de las causas de muerte no está la covid, sino, como siempre, las enfermedades cardiovasculares y, luego, el inevitable cáncer. Por supuesto no son pocos todavía los casos de muertos con covid, pero no de covid.

A la hora de explicar la etiología de tan siniestra anomalía, en todos estos reportajes se recurre por los sabios y responsables de la salud a las consabidas «razones multifactoriales» o «causas complejas», y con ello queda concluido el expediente de ser el país de casi toda la OCDE donde más gente se muere sin estar previsto que se muera. Así, al aventurar las causas que integrarían esos multifactores, te colocan desde la contaminación al cambio climático pasando por el tabaquismo, el consumo de alcohol, la automedicación o incluso en la desidia o negligencia del paciente. Lo que jamás se barajará como uno más de esos multifactores en España es el eventualmente mal o mejorable desempeño del colectivo integrado por esos miles de santos laicos llamados «los sanitarios»; también llamados en alegre sinécdoque «la sanidad pública», que es como se les identifica entre los profesionales de las disciplinas hermanas de la medicina, que, como todo el mundo sabe, no son la biología ni la química, sino la cinematografía, el teatro y el periodismo de radiotelevisión. Ramo distinto es el de la sanidad privada, que, como se sabe también de antiguo, viene emparentada con los fondos buitre y su sede social: la Estrella de la Muerte.

«España tiene una mortalidad superior a la esperada por razones de las que se excluye la influencia de los encargados de evitarlo»

Pero no hace falta imputarle ningún mal arte ni culpabilidad al sanitario para, por pura lógica, esperar que su desempeño no se excluya por definición del fenómeno multifactorial. ¿Se muere mucho la gente? Pues digo yo que algo tendrá que ver en ello siquiera como otro multifactor la labor de los que han de reconocer, diagnosticar y prescribir los remedios a los españoles que se mueren por encima de sus posibilidades. Hasta cuando se estrella un avión se echa mano del factor humano, la posible distracción o negligencia del piloto, hasta que aparece la caja negra. Pues no, España tiene una mortalidad significativamente superior a la esperada por razones de las que se excluye ab initio la influencia de los encargados de evitarlo.

Sólo se me ocurre otro ramo, igualmente funcionarizado y, por tanto, tan politizado y socialmente idealizado, que goce de idéntica bula en el análisis y fiscalización social de su desempeño vistos sus pésimos resultados: los maestros en la educación; de la educación pública, por supuesto. Según la OCDE los niños españoles arrojan unos resultados en el informe PISA que no los colocan precisamente entre los genios llamados a hacer avanzar a la Humanidad en las próximas décadas. Y no hablo de hacer derivadas parciales con un ábaco chino; es que no son especialmente brillantes en el reto de leerse un texto escrito y comprenderlo. Oh, gran problema, globalización, mundo competitivo y en ese plan; analicemos las causas: ¡ya está! ¡Razones multifactoriales! Pero vaya, ni una de esas razones o factores se referirá jamás a que la ausencia o deficiencia de conocimientos y aptitudes de nuestros escolares pudiera guardar alguna relación con la competencia de los encargados de transmitírselos.

Hasta aquí pudiera pensarse que quien esto firma estuviera tan ideologizado al escribirlo como el guionista premiado en los Goya por un drama sobre diversidad psicomotriz de una persona LGTBIQ+ en un contexto de trasfondo social migratorio, y que lo de invocar en los casos citados el «fenómeno multifactorial» para explicar el fracaso dejando fuera a sus protagonistas es sólo una forma de epistemología, un método de abordaje del conocimiento de los complejos problemas del mundo moderno.

Pero qué va. Porque, a ver: ¿cuál es la causa que anida tras las rebajas de penas a delincuentes sexuales por la aprobación de la ley del solo sí es sí? ¿Algún fenómeno multifactorial? Pues no señor: tiene declarado la ministra que parió la ley que la causa y su culpa radican exclusivamente en los jueces (así como colectivo, que no gozan de bula, como los maestros o los sanitarios), que están incumpliendo la ley por machismo. Una sola causa, un solo factor. ¿Pudiera ser que la ley necesite algún ajuste fino en su defectuosa penología? Ni hablar, bulos, la ley está bien hecha, gruñe la ministra espantando el fenómeno multifactorial.

«¿Qué razones multifactoriales explicarían que haya hombres que agredan o quiten la vida a sus parejas?»

Item más: ¿qué razones multifactoriales explicarían que haya hombres que agredan o quiten la vida a sus parejas o incluso a sus hijos comunes? ¿Quizá concurran en esa forma extrema de criminalidad factores complejos como una episódica dificultad laboral, una estrechez económica ahogada en el consumo ansiolítico de alcohol que explique -no justifique- ocasionalmente el fenómeno? Quite, déjese de complejidades factoriales -dice el conglomerado mediático-gubernamental- que ya se le ve a usted asomar el «negacionismo». Aquí lo que hay es un único factor: la hegemonía estructural del patriarcado que disfrutan los hombres, que quieren conservarla violentamente agrediendo a la mujer por el solo el hecho de serlo.

Vaya. ¿Y cuando una mujer agrede a su pareja o incluso quita la vida a sus hijos comunes? Hombre, es que me habla Ud. de un caso claro de suicidio altruista ampliado -pondera el conglomerado-, y ahí concurren necesariamente una multiplicidad de causas complejas toda vez que se trata de un fenómeno multifactorial…

Y así pasa la vida, de factor en factor, según quien nos explique por qué morimos y por qué fracasamos.

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