THE OBJECTIVE
Félix de Azúa

La puerta del infierno

«Como el sátrapa venezolano, el nuestro es el único Gobierno de Europa que tiene connivencias con Hamás, con Irán y con la Rusia de Putin»

Opinión
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La puerta del infierno

Ilustración de Alejandra Svriz.

Es posible que quienes hemos estado dando alaridos durante meses advirtiendo sobre los peligros del Gobierno sanchista nos hayamos quedado cortos.

No se puede predecir cuándo saltará todo por los aires, pero hay que ser muy pánfilo para no percatarse de que estamos sentados sobre un barril de nitroglicerina. Me juzgarán alarmista, adepto al caos, pesimista compulsivo, pero yo diría que nos vamos acercando a la tercera guerra mundial con paso sigiloso y acelerado.

Por supuesto, yo también espero íntimamente y me digo una y otra vez que no es posible, que estoy viendo las cosas por su lado más abismal, pero supongo que todas las guerras comienzan igual, en la más absoluta ignorancia o indiferencia.

Vuelvo al principio. Hasta ahora sabíamos que los sanchistas nos quieren llevar a la destrucción del país, de la constitución, del poder judicial, de la convivencia, de la igualdad ante la ley, en fin, que proyectan un país de ricos más ricos y pobres más pobres, una aspiración realmente socialista. Sin embargo, ahora, además, el Gobierno que nos representa en Europa ha dado otro paso hacia el modelo de Maduro. Como el sátrapa venezolano, el nuestro es el único gobierno de Europa que tiene connivencias con Hamás, con Irán y con la Rusia de Putin.

Los empleados del sanchismo dicen que la política exterior la dicta Sánchez (y añaden al pobre ministro de exteriores, como si existiera), pero lo cierto es que una vicepresidenta y medio gobierno ha mostrado su simpatía por Hamás, por Irán y por Putin.

«Bruselas tiene otro país semejante al nuestro, la Hungría de los amigos de Putin, al que vigilar»

Este es un asunto grave que va más allá de las contorsiones de Sánchez para que le acepten los supremacistas catalanes y los comunistas de Sumar. Es una cuestión que nos atañe en tanto que miembros pretendidamente europeos. ¿Cómo van a confiar en un país que está en los antípodas del mundo civilizado? ¿Aceptaría la comunidad europea a Maduro o a Ortega? ¿Colaboraría con sus servicios secretos?

Entiendo que nuestros socios no digan nada. La burocracia de Bruselas es un mastodonte incontrolable y tiene otro país semejante al nuestro, la Hungría de los amigos de Putin, al que vigilar. De modo que actúan con silencio y buenos modos. No obstante, la procesión va por dentro y las conversaciones que tienen franceses, alemanes, italianos y nórdicos sobre medidas a adoptar o participación militar y de inteligencia entre los miembros, nunca serán públicas, pero imagino lo que dicen de nosotros.

Es asombroso que estemos resbalando hacia un mundo externo a Europa precisamente en un momento en el que es posible una tercera guerra mundial. ¿Será nuestra tradicional autarquía? ¿Nuestra insignificancia?

La posibilidad de explosión es, para mí, muy evidente. Todo ha comenzado con una provocación de Irán (que es Hamás) para que no se establecieran relaciones entre Arabia Saudí e Israel. Estamos hablando de unas sociedades tribales que no se han movido del siglo XI, cuyos gobiernos son teocráticos y están en manos de sacerdotes.

Siempre me acuerdo de aquellas declaraciones de Carrero Blanco en las que afirmaba que, para evitar el pecado mortal de miles de personas comidas por el sexo, era preferible la hecatombe nuclear. Es lógico. Él creía que los muertos buenos iban al cielo. Pues exactamente igual sucede con Irán y los terroristas islámicos. Prefieren la destrucción y el suicidio, con billete para el paraíso de Alá, a la pervivencia en el pecado. Y eso, evidentemente, atrae mucho a la España del sanchismo.

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