La oposición venezolana se manifiesta contra el "fraude" de la convocatoria constituyente

Cientos de venezolanos han salido a la calle este miércoles para protestar contra la convocatoria del presidente Nicolás Maduro de una Asamblea Constituyente, una estrategia que la oposición considera un «fraude» para esquivar las elecciones y afianzarse en el poder. A pesar de que la violencia ligada a las protestas ha dejado ya 31 muertos en un mes, miles de manifestantes se concentran en la neurálgica autopista Francisco Fajardo, en Caracas, para comenzar la marcha. Allí, militares de la Guardia Nacional y policías, apoyados por vehículos antimonites blindados, han bloqueado el paso con una lluvia de gases, chorros de agua y perdigones de goma.

“Todas las dictaduras caen. Esta pantomima que quiere convocar no puede quitarnos nuestra mayor fortaleza: el pueblo en la calle”, ha declarado Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, único poder del Estado controlado por la oposición.

Acosado tras un mes de protestas opositoras que exigen la celebración de unas nuevas elecciones generales, Maduro convocó el pasado lunes una Asamblea Nacional Constituyente «popular» donde 500 asambleístas serían elegidos por sectores sociales y municipalidades. De hecho, el presidente ha acudido hoy a la sede del Consejo Nacional Electoral para entregar el decreto de convocatoria, acompañado de miles de seguidores que ya lo esperaban.

«Es un fraude madurista», ha asegurado el líder opositor Henrique Capriles. «Como no pueden ganar elecciones, quieren imponer el modelo electoral cubano para perpetuarse en el poder».

Los representantes de Argentina, Chile y Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos (OEA) denunciaron el martes que una Asamblea Constituyente madurista agravaría la crisis. Brasil, por su parte, no dudó en calificar la iniciativa como “golpe” y Luis Almagro, secretario general de la organización, la describió como “fraudulenta”.

Ninguna de las marchas realizadas por la oposición desde el 1 de abril ha logrado llegar al centro de Caracas, donde están los poderes públicos. Una vez allí se les bloquea el paso y se les dispersa con bombas lacrimógenas. Las protestas tienen lugar, además, en medio de una seria crisis económica que ha terminado por socavar la popularidad de Maduro, cuya gestión rechaza, según sondeos privados, más del 70% de venezolanos.