Sánchez se niega a revelar los nombres de los 50 'ciudadanos' invitados a La Moncloa
Presidencia rechaza dar la lista de invitados alegando que había «menores de edad y personas pertenecientes a colectivos vulnerables»
El Gobierno de Pedro Sánchez se niega a facilitar la identidad de los 50 ciudadanos que acompañaron al presidente el pasado mes de septiembre, cuando tuvo lugar la apertura del curso político en Moncloa. Tras aquel acto, THE OBJECTIVE solicitó los nombres de los acompañantes, pero el Ministerio de la Presidencia los ha denegado arguyendo que «si la información solicitada contuviera datos personales que revelen la ideología, afiliación sindical, religión o creencias, el acceso únicamente se podrá autorizar en caso de que se contase con el consentimiento expreso y por escrito del afectado (artículo 15 de la Ley 19/2013)».
Aquel encuentro se vendió como un acto de transparencia en el que los ciudadanos serían los protagonistas, «exponiendo sus inquietudes y propuestas» al jefe del Ejecutivo. Sin embargo, días después trascendió que entre aquellos españoles anónimos se encontraban militantes y cargos socialistas. Por ejemplo, la teniente de alcalde de Rubí (Barcelona), Marta García, el jefe de gabinete de este Ayuntamiento, Cristóbal Avilés, o el ex candidato a secretario general del PSOE en Madrid, Eduardo Ranz.
Es por eso que este medio reclamó a la Secretaría del Ministerio que dirige Félix Bolaños, a través del portal de Transparencia, el acceso al listado de invitados. Una demanda que ha sido denegada porque «implica el acceso a información de carácter personal» acerca de los asistentes al complejo, entre los que se encontrarían «menores de edad y personas pertenecientes a colectivos vulnerables».
«Este órgano considera que debe prevalecer el derecho de protección de datos de carácter personal, ya que no se aprecia la existencia de un interés público, de acuerdo con la finalidad de la Ley, en la divulgación de la información sobre la identidad de las personas que participaron en el acto y los detalles requeridos sobre su eventual correspondencia dirigida al Presidente del Gobierno lo suficientemente relevante como para que prevalezca sobre el derecho a la intimidad y a la protección de datos, en tanto que tal información no contribuiría determinantemente a aumentar la transparencia y rendición de cuentas de las instituciones públicas», zanja la resolución de Transparencia ante la petición de THE OBJECTIVE.
El Gobierno da así carpetazo a la posibilidad de indagar sobre aquel polémico acto, donde intervinieron cinco personas con cuestiones que vinieron como anillo al dedo a Pedro Sánchez para desplegar su agenda política. Almudena, una empleada del hogar de Tormelloso, reclamó el subsidio del paro para su sector. Instantes después, el presidente anunció que lo concedería. Naiara, estudiante de Bachillerato en Rivas Vaciamadrid, expresó su preocupación por el cambio climático e instó a hacer una apuesta segura por las energías renovables, tal y como se predica desde Moncloa. Nadie preguntó, por ejemplo, por la inflación o las cifras del paro juvenil, cuando somos el segundo país con la tasa más elevada de toda la Unión Europea (tras Grecia).
Sánchez y la ‘ciudadanía’
Aquel acto fue, de hecho, el principio del fin en la apuesta de Pedro Sánchez por rodearse de la ciudadanía. Cabe recordar que el pasado mes de agosto, la ejecutiva del PSOE aprobó una campaña titulada El Gobierno de la gente con el objetivo de llegar a «todos los rincones de España» para explicar las acciones llevadas a cabo por el ala socialista del Ejecutivo. El plan era la celebración de 30 actos que recordasen a la gira que Sánchez puso en marcha en 2017 tras haber sido defenestrado. Pero este hubo de cambiar sobre la marcha. ¿El motivo? Que su gira «con la gente» solo conseguía titulares sobre los abucheos y silbidos al líder socialista.
Esta gira tuvo como primera parada el barrio de Pino Montano (Sevilla), a comienzos de septiembre, cuando fue recibido con hostilidad por los lugareños. Una primera toma de contacto que presagiaba lo que ocurriría de manera recurrente. «Menos mal que estamos los socialistas gobernando en esta legislatura», presumió el presidente en un intento en balde de obviar las críticas de los ciudadanos. Y es que la pancarta que rezaba «que te vote Txapote» es la imagen más recordada de aquel acto.
El segundo encuentro llegó unas semanas más tarde en Toledo, donde volvieron a escucharse gritos de «¡Gobierno, dimisión!». Ante esta situación, ya en octubre, el equipo de Sánchez decidió cambiar su estrategia y correr un tupido velo sobre aquella campaña. El mismo que corre ahora sobre el acto propagandístico en La Moncloa negando la lista de invitados a THE OBJECTIVE.