El Polisario reprueba a Albares por alertar de atentados en Tinduf para disuadir a los viajeros
La web de Exteriores desaconseja viajar a los campamentos de refugiados saharauis en Argelia
Nuevo choque entre los saharauis y el Gobierno. El Frente Polisario ha tildado de «reprochable e inoportuna» la advertencia del Ministerio de Asuntos Exteriores, que desaconseja viajar a los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia) por riesgo de atentados. Su delegado en España, Abdulah Arabi, considera que la indicación del departamento de José Manuel Albares forma parte de una estrategia para disuadir a los españoles que apoyan a su pueblo y busca «seguir obstaculizando el efectivo ejercicio del pueblo del Sáhara Occidental a su libre autodeterminación e independencia».
En su última actualización, realizada el pasado 27 de enero, la web de Exteriores desaconseja viajar a la zona porque «el consiguiente incremento de la actividad de los grupos terroristas en la región afectan a la situación de seguridad en la zona en la que se encuentran los campamentos saharauis de Tinduf». Además, recomienda que todos los viajeros españoles cuya presencia no sea imprescindible abandonen el lugar en cuanto sea posible.
Arabi reprueba en un comunicado al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE la posición del departamento que lidera Albares, al que afea que recurra a la lacra del terrorismo, «uno de los mayores restos que enfrentan los países de la región y a los que la Unión Africana dedica numerosos esfuerzos». No es la primera vez que el Gobierno recurre a este argumento para solicitar a sus ciudadanos que no viajen a Tinduf. A finales de 2019, un grupo de 300 españoles se trasladó a los campos de refugiados pese a que Exteriores alertó de riesgo de atentado.
La web de Albares
El Polisario denuncia que la recomendación se produce apenas dos semanas antes de que se celebre la XXIV edición del Sahara Marathon, el mayor evento deportivo de carácter internacional que se celebra en los campos de refugiados, donde viven alrededor de 200.000 saharauis desde los años setenta. Arabi insiste en que su pueblo siempre ha garantizado la seguridad de todas las personas que han viajado a Tinduf, por lo que reprocha la advertencia de Albares, que considera «absolutamente inoportuna y descontextualizada».
«Es una estrategia para seguir obstaculizando el efectivo ejercicio del pueblo del Sáhara Occidental a su libre determinación e independencia. Cabe reconocer la predisposición y compromiso de todas las personas y entidades que han trasladado a esta representación su firme intención de trasladarse al territorio a pesar de las recomendaciones», subraya la nota. El Frente Polisario suspendió relaciones con el Gobierno en marzo de 2022, tras el giro histórico con la posición de la antigua colonia. También lo hizo Argelia, que normalizar relaciones a finales del año pasado tras un año y medio de crisis.
Ambas decisiones llegaron después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitara al rey Mohamed VI en Rabat. Semanas antes le había enviado una carta calificando su propuesta de autonomía sobre el Sáhara como la «más seria, realista y creíble». Las autoridades alauí hicieron pública el 18 de marzo la misiva favorable al plan, planteado ante Naciones Unidas en 2007. De esa manera, nuestro país abandonaba su postura tradicional para alienarse con las tesis de Marruecos.
El movimiento saharaui en España invitó en abril de 2022 a Sánchez a visitar los campamentos de Tinduf para conocer «de primera mano» como viven los refugiados del Sáhara. La petición ha sido realizada a través de una carta enviada y se produjo un día después de que el presidente del Gobierno visitara Ucrania. Sin embargo, el dirigente socialista nunca contestó la misiva.
La misión de Naciones Unidas
El Sáhara Occidental fue colonia española entre 1885 y 1975. Su proceso de descolonización se interrumpió cuando España abandonó la zona tras la Marcha Verde organizada por Marruecos y conforme a lo dispuesto en los Acuerdos de Madrid, que las organizaciones internacionales no admiten como válidos. El país alauí ocupa gran parte del Sáhara, que es uno de los 17 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas.
En 1991, tras el alto el fuego con Marruecos, el organismo internacional creó la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). Tres décadas después, el proceso democrático no se ha producido aún y, en los últimos años, países como Francia, EEUU, Alemania y ahora España se han alineado con Marruecos, para desesperación del pueblo saharaui. El Frente Polisario denunció este giro recordando que nuestro país «tiene responsabilidades» sobre el territorio, del que continúa siendo potencia administradora.
El cambio de posición de España se hizo efectivo tras meses de tensión con Marruecos, que se irritó por desconocer la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño para tratarse de covid-19. Este hecho motivó que el país alauí hiciera la vista gorda en las fronteras, lo que desencadenó una avalancha migratoria en Ceuta, días antes de que Mohamed VI retirara a su embajadora en Madrid, que regresó en marzo de 2022, tras 10 meses ausente.