Díaz se abrió a incluir a Montero en sus listas, pero Podemos exige más: «No quieren acuerdo»
En Podemos afirman que las negociaciones con Díaz están paradas desde enero, aunque circula la tesis del «farol» de la dirección ‘morada’ para torpedear a Sumar
«Llevamos desde enero sin negociar». El mensaje lo trasladan miembros destacados de la dirección de Podemos para defender una idea: la confluencia del partido morado en el macrocontenedor de Sumar y bajo el liderazgo de Yolanda Díaz todavía no está clara ni segura. En ese tipo de procesos, y ante la posibilidad de que todo fracase, es esencial trasladar a la opinión pública que los que no quieren el acuerdo son aquellos que se sientan al otro lado de la mesa. Eso es exactamente lo que, según colaboradores de Díaz y hasta exdirigentes de Podemos, está haciendo la cúpula morada. Ramón Espinar, por ejemplo, lo sentenció en un frase el pasado martes: «No quieren acuerdo».
Espinar, exdirigente destacado de Podemos en Madrid y uno de los más fieles pablistas hasta el choque en 2019 que le costó una purga, ofrece más detalles sobre el supuesto diálogo entre los morados y la política gallega. «Cada paso que Yolanda Díaz da hacia el acuerdo no lo acerca, sino que sirve de palanca para una exigencia nueva», escribió. Espinar apunta a una táctica oculta de Podemos, dirigida a dinamitarlo todo, pero dejando a Díaz el papel de incendiaria. Se trata de una lectura compartida por otras fuentes de la formación consultadas por este diario, aunque a veces con matices.
Todos coinciden en que el objetivo de Podemos es consolidar el papel y la figura de Irene Montero. La número dos del partido que cogobierna con el PSOE quiso convertirse en número dos de la lista de Yolanda Díaz en las próximas generales por Madrid. Pero esa exigencia, que adelantó en exclusiva este diario, y que se hizo palpable cuando Pablo Iglesias acusó a Díaz de estar traicionando a Podemos, ha quedado desplazada.
«La dirección de Podemos no quiere el acuerdo»
Las fuentes de Podemos consultadas, aunque no alineadas con el discurso oficialista, sostienen que Díaz dejó entender que la petición de Montero era viable. En el partido morado circula la tesis de que Yolanda Díaz cedió a esa exigencia de la cúpula de la formación, aunque quiso mantener un perfil autonomista para evitar que los demás aliados (sobre todo los errejonistas) se descolgaran de la ecuación. Pero se añade que Podemos, después de recibir el sí de la política gallega, empezó a pedir más cuotas de poder.
Díaz busca el equilibrio en el filo del alambre, pero Podemos se encontraría debajo de la estructura, intentando hacerla caer. Esta es, por lo menos, la tesis que esgrimen varios sectores del partido morado que observan de cerca los movimientos de su dirección. «La dirección de Podemos no quiere el acuerdo: quieren competir y ser el partido y el podcast que lideren la oposición a Feijóo y Abascal», escribió por ejemplo Espinar en la segunda parte de reflexión del pasado martes.
Pero ¿se trata de un pulso que Podemos llevará hasta el final o forma parte de una táctica de corto plazo para atar a Yolanda Díaz? A la hora de responder esta pregunta, las fuentes consultadas se dividen en dos. Hay quienes creen, en línea con las palabras de Espinar, que la sangre ha llegado al río y que Iglesias y Montero están dispuestos a todo con tal de dinamitar a Yolanda Díaz (una tesis, por cierto, compartida por altos cargos socialistas del gobierno de Sánchez). Y quienes, en cambio, apuestan por el «farol».
«Van de farol. Saben que Irene no cae bien al electorado y que no pueden presentarse solos, pero también que a Yolanda le tiemblan las piernas», argumentan desde este segundo sector de Podemos. Asimismo, añaden: «Han conseguido el dos de Irene y ahora van a por más».
Miedo a aparecer con un «traidor»
El planteamiento que defiende este sector es que la dirección de Podemos considera que Díaz está débil y chantajeable. Es decir, que los morados pueden seguir exigiendo, dejando a ella la decisión sobre el futuro: romper la negociación, y por lo tanto ser tachada de «traidora», o aceptar todas las peticiones de Irene Montero.
En esa guerra política, que mucho tiene que ver con el relato (algo habitual en ese espacio político), quedará por ver cuáles serán los próximos movimientos. Podemos pidió a Díaz anunciar su candidatura a las generales antes del 28-M. Y la política gallega acabó notificando que así será. Pero ahora Montero y Belarra exigen que se cierre un pacto de «coalición» antes de esa fecha. Algo que, sin embargo, aliados como Errejón y Alberto Garzón ya han descartado públicamente.
Iglesias y Montero creen conocer bien a Díaz, y juegan a un chicken game en el que es esencial correr rápido y tener agallas. Sostienen que Díaz carece de ambas cualidades, pero solo el tiempo lo dirá. A comienzos de abril, se espera que Díaz haga su anuncio. Pero mientras tanto, los morados se han adelantado y han fijado para el sábado 1 de abril su Consejo Ciudadano Estatal. Agallas y pie en el acelerador, dos cualidades de las que Iglesias siempre ha presumido.