El CGPJ, abocado a elegir a sus candidatos al TC con las nuevas reglas de Sánchez
El sector conservador volverá a proponer dos nombres el martes, pero los progresistas tienen una línea roja: Jose Manuel Bandrés
Los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) mantienen desde hace meses un intenso tira y afloja. En este particular juego de la cuerda cada sector atribuye al contrario la responsabilidad de los fiascos a la hora de nombrar a los dos magistrados que les corresponde en el Tribunal Constitucional. Uno de cada signo. Los conservadores han forzado otro pleno del órgano el martes, donde propondrán dos nuevos candidatos. Sospechan que sus colegas progresistas van a dilatar el proceso hasta que Pedro Sánchez rebaje las mayorías necesarias para garantizarse así la elección de su apuesta, José Manuel Bandrés.
El mandato del CGPJ lleva cuatro años caducado. La intención del Gobierno de rebajar el delito de sedición, aprobado este jueves de manera definitiva en el Senado, llevó al PP a suspender las negociaciones para la renovación de sus vocales en octubre. Una decisión que dinamitó también la sustitución de los cuatro magistrados del Constitucional que agotaron su mandato en junio.
El Ejecutivo ya ha decidido sus dos candidatos, el exministro de Justicia Juan Carlos Campo y la que fuese directora general del Ministerio de Presidencia Laura Díez. Para ocupar su plaza en el tribunal de garantías necesitan que el CGPJ elija a su par, ya que la Constitución establece que este se renueva por tercios, esto es, de cuatro en cuatro.
Las mayorías del CGPJ
Sánchez ha intentado renovarlos por todos los medios. Incluso ha creado normas ad hoc para ello. El último intento ha sido introducir dos enmiendas en la reforma del Código Penal, un procedimiento inusual que el Constitucional ha detenido a petición del PP al considerar que vulneraba los derechos de la minoría parlamentaria.
Una de esas enmiendas buscaba modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial para rebajar las mayorías necesarias en el CGPJ a la hora de elegir a sus candidatos en el tribunal de garantías. En la actualidad se requieren tres quintos, lo que supone 11 de los 18 votos en liza. Con los cambios sería suficiente una mayoría simple, por lo que saldrían elegidos los dos aspirantes más votados.
La fórmula beneficiaría a la minoría progresista en el órgano de gobierno de los jueces. Sus representantes denuncian que el sector conservador lleva meses bloqueando los nombramientos y que solo se ha puesto las pilas al conocer las intenciones del Gobierno para rebajar las mayorías necesarias. Su objetivo, insisten, es evitar que el candidato que eligieron en noviembre, José Manuel Bandrés, promocione. Lo ven demasiado cercano al nacionalismo catalán.
La maniobra del Constitucional no ha socavado la moral del Gobierno, que presentará una nueva proposición de ley con sus socios parlamentarios para concluir el camino iniciado: cambiar la mayoría que necesita el CGPJ para nombrar los dos candidatos que le corresponde en el tribunal de garantías. Ahora son los conservadores quienes critican la parsimonia de sus colegas progresistas. No tienen prisas porque saben que dentro de poco se modificarán los requisitos.
Dos nuevas propuestas
La pelota está ahora en el tejado de los vocales que llegaron al CGPJ a propuesta del PP. Se han apresurado a agilizar los nombramientos del Constitucional convocando dos plenos extraordinarias con solo una semana de diferencia. En el primer cónclave, celebrado el pasado martes, propusieron a los magistrados del Tribunal Supremo César Tolosa y Pablo Lucas, este último de tendencia progresista, no en vano este sector lo incluyó en una relación de nueve nombres en septiembre.
Ambos aspirantes obtuvieron 10 votos. Con un apoyo más, la propuesta habría salido adelante. Los progresistas se plantaron porque han marcado como línea roja la elección de Bandrés. No es negociable, por lo que piden a los conservadores que pongan el nombre de su candidato sobre la mesa para alcanzar un consenso. Su respuesta es una candidatura conjunta: un magistrado progresista, otro conservador.
Para la reunión de la próxima semana mantienen la candidatura de Tolosa, su hombre de confianza. A Pablo Lucas lo sustituyen por María Luisa Segoviano, que también estuvo en la selección inicial de los progresistas. El objetivo de los conservadores es que algún vocal cambie de bando. Les basta un voto para sacar adelante su propuesta.
Si esa estrategia no funciona insistirán, como hace una semana, en apartar de la votación a Clara Martínez de Careaga por ser la esposa de Cándido Conde-Pumpido, uno de los favoritos para presidir el Constitucional tras su renovación. Su abstención propiciaría la elección de los dos candidatos que proponen los conservadores. La vocal progresista volverá a revolverse contra esa petición. El martes pasado llegó incluso a acusar a sus colegas de estar incurriendo en «coacciones».