
14 películas no porno donde los actores realmente tuvieron sexo
Hay directores que han querido mostrar la sexualidad sin caretas y por ello han incluido escenas de sexo real en sus producciones
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Nick Jonas y Priyanka Chopra se comprometen
Pablo Aranda presenta su nuevo libro ‘La distancia’ un viaje entre géneros literario recorridos con mucha elegancia narrativa.
Gala Dalí, una mujer compleja que no siempre encajó en el mundo en el que le tocó vivir; una mujer que rompió esquemas para encontrar un lugar propio.
Los escritores recibimos con cierta regularidad esta pregunta: “¿Cuánto hay de realidad en lo que escribes?”. Tanto lo he analizado, desde todos los puntos de vista, que se ha convertido en mi obsesión. Ya saben, los escritores, dicen, tienen una obsesión y en realidad, todas sus novelas van del mismo asunto. La mía es esa. ¿Qué hay de verdad aquí? Pero en contra de lo que la mayoría de la gente opina, no me refiero a qué hay de verdad en mis ficciones, sino a todo lo contrario. Lo que yo me pregunto es qué hay de verdad en mi realidad.
La semana pasada presenté un libro que hablaba de las veces que vamos rápido en la vida, que es siempre. El libro en cuestión, Por carreteras secundarias, de Alfonso Armada, era el diario de un par de veranos en los que Armada salió a recorrer esa España deshabitada a la que solo se accede a través de carreteras secundarias.
Hace algunos años leí Mi Enemigo Mortal, la tremenda novelita de Willa Cather, esa gran desconocida de la literatura norteamericana, quizás demasiado injustamente eclipsada por Faulkner. Las apenas ochenta páginas del relato, narrado a través de los ojos de una joven del mismo pueblo que los protagonistas, describen la historia de amor entre Myra Driscoll y Oswald Henshawe.
J. D. Salinger tenía 30 años “pelados, acababa de salir de la veintena” cuando conoció a Jean Miller en la piscina de un hotel de Daytona Beach. Estaba leyendo ‘Cumbres borrascosas’ y un hombre vino a decirme: “¿Cómo está Heathcliff? ¿Cómo está Heathcliff?” —dice Miller en ‘Salinger’, la biografía que firman David Shields y Shane Salerno—. Me lo dijo no sé cuantas veces. […] Por fin me volví hacia él y le dije: “Heathcliff tiene problemas”.
Tus amigos pueden darte consejos basados en su experiencia: en muchos casos son valiosos, pero en otros todo lo contrario. Por eso, saber que la ciencia y la filosofía tienen algo que decir y que demuestran un alto grado de éxito sirve como esperanza. Estas recomendaciones están reunidos en un informe que se llama –como la canción de The Turtles– Happy Together: Using the Science of Positive Psychology to Build Love That Lasts (‘Felices juntos: empleando la ciencia de la psicología positiva para construir un amor duradero’, en castellano).
Para abrazarse bien hay que encontrar el hueco en el cuerpo del otro y en el propio. Para abrazarse bien hay que conseguir que esos huecos, esas cavidades, se acoplen, se encuentren.
Dijo Lord Beaconsfield que “la madurez es una lucha y la vejez un lamento” pero yo no puedo estar más en desacuerdo, porque al menos la mía (madurez, todavía) se dibuja más bien con los tonos de la ternura y el asentimiento. Tengo poquitas ganas de luchar.
La nueva tendencia en Instagram: pedir matrimonio con un aguacate
El resfriado es la enfermedad leve más extendida en el mundo y por desgracia, no es solo cosa de humanos. Los perros también pueden verse afectados y la sintomatología es bastante similar: tos, fiebre, estornudos, pérdida de apetito, cansancio extremo, secreciones oculares, dificultades respiratorias, etc. Con los cuidados adecuados, en pocos días el perro se recupera completamente, pero si no recibe atención veterinaria a tiempo, las complicaciones pueden ser muy graves, llegando incluso a poner su vida en riesgo.
Del recuerdo de que “ningún hombre es una isla” se puede cocinar una olla narrativa de amor y desamor
La relación entre perros y humanos es especial. Hay estudios científicos, como el desarrollado por el departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu, en Japón, que aseguran que la conexión es, biológicamente hablando, tan fuerte como la que hay entre padres e hijos. Puede parecer una exageración, pero no lo es. La clave está en la oxitocina. Una hormona que potencia las relaciones sociales, reduce los efectos del estrés y se relaciona con sentimientos como la empatía, la compasión y, por supuesto, el amor.
Yo era, lector, de los que pedían permiso. Con el paso de los años, y aminorado ya el sentimiento de ridículo que aún me suscitan no pocos episodios de mi torpe adolescencia –mas por amor se puede hacer el ridículo– crece en mi ánimo la sospecha de haber perdido, por timidez, más de un beso, o lo que es peor y más grotesco, de haberlo perdido por la vanidad, propia del pedante, de pensar que al amor se llega a través de las palabras.
Harto de esperar a los novios, el cura de una pequeña parroquia del sureste de Inglaterra
“Ya no será / ya no / no viviremos juntos / no criaré a tu hijo / no coseré tu ropa / no te tendré en la noche / no te besaré al irme / nunca sabrás quién fui / por qué me amaron otros”. Pienso a menudo en este poema de Idea Vilariño. Se lo escribió a Onetti, como casi todos. Para él y por sus gracias los años más prolíficos y fatales de su literatura, tan loca por ese hombre raro -con un ojo mirando a Cuenca y otro a Teruel- que hasta le dolían las costillas y a veces los nudillos de las manos. Yo no lo sé, pero lo supongo. “No volveré a tocarte. / No te veré morir”.
Karl Kreile y Bodo Mende se han convertido en los primeros homosexuales en casarse en Berlín. Se han mostrado orgullosos de que las parejas gays y lesbianas dejen de ser “uniones de segunda clase” en Alemania.
Kit Harington y Rose Leslie anunciaron su compromiso esta semana. La pareja se conoció interpretando a Jon Snow e Ygritte en Juego de tronos. No son los únicos. ¿Conoces otras?
Tinder, la popular aplicación para conocer a gente, se ha convertido en la más descargada de la tienda digital de Apple, por delante de Netflix, Pandora o el videojuego “Clash Royale”.
Todo el mundo se muestra vulnerable cuando su relación vive una crisis, también cuando la relación acaba definitivamente. Y cuando esto ocurre, no suele deberse a una causa repentina, sino a una grieta que ha ido creciendo con el tiempo. En cualquier caso, la ciencia trata de resolver la pregunta de qué hace a las personas esforzarse por mantener las relaciones en los malos tiempos y qué les impulsa a decidir que es el momento de terminarla.
La frigidez no es un pecado, pero sí una lástima. Ayer salí de ver La seducción, de Sofia Coppola, cargando con una anorgasmia militante -en mi barrio se dice revenía’- y corrí al Burger King a meterme entre pecho y espalda una vulgar pero sincera tendercrisp que me devolviese a la tierra, que me conectase de nuevo con la carne, la saliva y la culpa, con la lascivia del queso americano y la grosera humanidad de dos labios abriéndose. La parte de la vida que me interesa suele alojarse al otro lado de la boca que se desprende, que se ensancha como una flor carnívora llena de fascinaciones, admiración, estupor o apetitos. La película fue como el antónimo: más o menos un rictus.
Tinder pide a los usuarios que dejen de publicar fotos con tigres
Se cumplen 200 años del nacimiento de Jane Austen. Strauss dijo que quizás un joven podría considerar que Dostoievski es el mejor novelista, pero que en la madurez debería cederle el trono a Austen. Es muy probable que tenga razón.
No nos damos cuenta, pero nuestros ojos nos traicionan. En cuanto comenzamos a fijar nuestra mirada en otra persona, comenzamos a dar información valiosa. Ya sea en la intensidad de la mirada o en qué partes del cuerpo lo hacemos, la otra persona puede descubrir cuáles son nuestras intenciones, si la observamos como amigo o como pareja, si la vemos como un amor romántico o como un amor fugaz.
A Josh Avsec y Michelle Arendas les ha salido muy barato su match en Tinder. Estos dos jóvenes estadounidenses comenzaron a hablar por la red social a finales de 2014 y han tardado tres años en conocerse, y lo han hecho en un plató de televisión en horario de máxima audiencia. Porque su historia no es la de una pareja de Tinder cualquiera.
«Vengo a encontrar el amor», dice. Y continúa, voz ilusionada: «Que sea bueno en la cocina y que le guste hacer deporte y salir de paseo y ya que estamos tez morena y ojos azul piscina». Lo dice una concursante del famoso programa First Dates, timoneado por el hombre de la ceja: Carlos Sobera. Se sabe: está de moda el amor a la carta. Voy al supermercado del amor hambriento de compañía y elijo producto —persona, sus ingredientes— que menos me vaya a indigestar. A menor número de incompatibilidades, más posibilidad de dicha. Más duradera la relación y por tanto más remota la ruptura. Menos platos levitando. La lógica del amor a la carta cree que el amor, si se elige como el traje para la boda, resultará menos estafa. No obstante, la cifra de rupturas en Occidente, y su velocidad, contradice estas matemáticas. Todo el mundo elige, y sin embargo nunca antes las relaciones sentimentales fueron tan vidriosas.
Algunas de las preguntas más habituales entre los usuarios en Tinder son: ¿Es demasiado publicar seis fotos –el máximo permitido- en mi perfil? ¿Me hace eso parecer desesperado? Y si subo solo dos, ¿creerán que son mis únicas cartas, las únicas en las que salgo bien?
Porque, de acuerdo con esta investigación, todos buscamos en nuestras citas a personas que siguen los patrones que conforman lo que solemos denominar como nuestro tipo ideal, esa persona que consigue colmar nuestras aspiraciones. Por fugaces que sean. A veces sin darnos cuenta, a veces a conciencia.
Con el nivel 4 de alerta, Interior ha desplegado a unos 2.000 agentes, entre Policía Nacional y Policía Municipal