«Merkel no ha sido más que una anécdota, una muy civilizada, discreta e ilustrada anécdota, dentro de un drama histórico, el de Europa»
La atención a los que huyen de la guerra e intentan entrar en Europa para salvar su vida debería ser una de las prioridades políticas de todas las administraciones públicas. Y así lo reclama cada manifestación que durante los últimos días se ha convocado a lo largo y ancho del continente, con especial fuerza en Barcelona. Se exige un cambio en la política de acogida: más cuotas, mejor trato. Welcome Refugees. Son reclamos legítimos y esperanzadores que yo comparto y defiendo. Hay un deber moral que no se puede eludir, y no hay un “wonderful and beautiful wall” que pare a personas que no tienen nada que perder.
Se ha puesto estupenda la señora Merkel, y en un encuentro con periodistas, la canciller alemana lamentó el arresto de Deniz Yücel, corresponsal del Die Welt en Turquía, acusado de “propaganda terrorista”. La Merkel dijo que es una decisión “incomprensible”, que espera que sea tratado de manera justa y que espera que el Gobierno de Erdogan permita que el Consulado alemán le puedan ayudar.
Seguro que Ángela Merkel se acordó una vez más en Colonia de la primera vez, cuando sí tenía un mar de dudas, allí en Hamburgo en el primer congreso después de la unificación de Alemania.
Espionaje amigo, la Merkel también anda encrespada (han echado a patadas al jefe de la CIA en la embajada de Berlín) porque Obama alcahueteó su móvil. Nada, por filtrar un par de detalles a Washington. Peanuts. No sé.
Los griegos se manifiestan contra Angela Merkel. Cuya visita anunciada se toma como ocasión para que muchos griegos vuelvan a lamenten su propia suerte. Como idóneo momento para exponer sus cuitas y lamentos, sin aceptar, eso no, la más mínima responsabilidad propia en la ruina de su patria.
Alemania no puede cubrir las demandas sociales de los europeos, como Europa no puede hacerlo con los expectativas de otros continentes. El modelo social europeo está en plena poda.
En Berlín ha sido recibido por una canciller Angela Merkel que le ha dicho que es escéptica sobre el ingreso de Turquía en la UE. Podía haberle dicho, sin faltar a la verdad, que hoy es totalmente imposible.
La diferencia es que la fractura de Merkel cicatrizará en unas semanas y la de la Monarquía amenaza con enquistarse.