De esta forma es la primera vez que se demuestra que el almidón tiene un sabor propio. Para su estudio, el equipo de Juyun Lin dio a los voluntarios diferentes tipos de disoluciones que contenían glúcidos. “Los asiáticos decían que sabía a arroz, mientras que los caucásicos lo describían como similar al pan o a la pasta. Es como comer harina”, precisa. Para que este sabor se considere oficialmente como primario, debe responder a una lista de criterios. Debe ser reconocible, tener sus propios receptores para ser identificado por la lengua y provocar un tipo de respuesta fisiológica útil.