Al detenerse, el camión de la basura resopla como un brontosaurio y, tras un lapso imperceptible, se desata un atronar de contenedores que deja la vida en suspenso durante veinte segundos. En verano, con las ventanas abiertas, parece una eternidad, y mis hijas chasquean la lengua sin convicción, como intentando, siempre en vano y a sabiendas de que lo será, poner sordina al estrépito. Una de esas noches, al poco de irse el camión, les hablé de cómo se recogía la basura cuando yo era niño. No había cuatro clases de contenedores: uno para restos orgánicos y otros para vidrio, plástico y papel. De hecho, ni siquiera había contenedores. Cómo, repusieron al unísono. ¿Y dónde se echaban las basuras? En la acera, respondí. Y como quiera que no salían de su asombro, entré en detalles.
Mientras tu preparas o compras comida que al final no te comes, otros con mucho menos de eso podrían sobrevivir dignamente, pero tampoco podemos criminalizarnos por esto, lo que debemos es reflexionar sobre lo que compramos y lo que consumimos, ya que el problema es un asunto cultural.
Cuando era pequeña y no quería terminarme el plato de comida mi madre, e imagino que todas, me repetía una y mil veces ‘hay millones de niños que se mueren de hambre y que apreciarían mejor los alimentos que tu puedes disfrutar’.
Aunque no lo parezca, en esta fotografía brilla el sol. Sobre de la cabeza de ese niño, sobre toda la basura que le da de comer, e incluso sobre la droga que parece estar esnifando, se encuentra el sol.
No es casualidad que la suciedad destruya el ecosistema marino y nadie pague lo que merece y que al mismo tiempo desborde las calles
Esto del explorador estable es raro. Es como un condestable dado a dejar sus predios para ver mundo
No hay nada más sistemático que la destrucción del orden cívico. No otra cosa es el terrorismo en sus distintas modalidades
Convertir nuestras calles en estercoleros es un acto contra el resto de ciudadanos, que no son culpables de los recortes en esta época de botella medio vacía
Esos invisibles que mantienen nuestra ciudad más limpia de lo que nos podemos permitir se están jugando el puesto de trabajo y llegar a fin de mes para proteger los servicios públicos y a sus familias