Ni puedo ni me apetece disimular mis simpatías por Manuel Valls. El ex primer ministro francés figura entre el nutrido –pero no enorme– grupo de personas que han batallado por los valores de la ciudadanía democrática en Cataluña. Es decir, las personas que, pudiendo haberse puesto de perfil y dedicado a sus asuntos, han tomado la palabra para defender los derechos políticos de todos los españoles en esa comunidad. Personas, en fin, que han consagrado una parte sustancial de su tiempo, energía y prestigio, al ideal de una solidaridad ciudadana capaz de trascender lazos etnolingüísticos para formar una comunidad basada en los valores republicanos de la libertad, la igualdad y la fraternidad.