«El truco de Fellini es este: llevar al espectador al borde de la muerte por aburrimiento para, de pronto, llenar el encuadre con una imagen poética»
De un tiempo a esta parte, observo con asombro cómo poco a poco el autor se va imponiendo a la obra. Me explico. El arte es un concepto cuyo valor se sitúa muy por encima de cualquier individuo, de cualquier nombre propio.
En Un final made in Hollywood, Woody Allen interpreta a un veterano director de cine tan necesitado de encargos que opta por terminar una película pese a haberse quedado ciego a mitad de rodaje, valiéndose de la ayuda de un intérprete chino. Inevitablemente, el resultado es un desastre, pero tras el estreno llegan esperanzadoras noticias de Europa: ¡a la crítica francesa le ha encantado!
Ayer, 24 de febrero de 2014, falleció a los 69 años el actor, guionista y director cinematográfico Harold Ramis a causa de una vasculitis inflamatoria autoinmune. Algunos recordarán a este cineasta de Chicago por sus divertidas interpretaciones en «Los cazafantasmas»
Además de «Solas», «La soledad» o «En solitario», numerosas películas recientes han afrontado de mil maneras el aislamiento de tanta gente en la supuestamente hipercomunicada sociedad actual.
Me siento a ver la gala de los Goya ilusionada, como cada año, dispuesta a ver en directo la fiesta del cine español. Y me levanto a las tres horas, como cada año, decepcionada.