«En el mundo real, la maternidad no es un estigma. La antimaternidad radical solo existe en las fantasías anti-sesentayochistas de conservadores atrapados en los años setenta. La izquierda de hoy no es antinatalista»
«El feminismo debería ser un ámbito lleno de matices, contradicciones y ambivalencias porque se mueve en la compleja intersección de la naturaleza y de la cultura»
«Las dinámicas polarizadoras e identitarias nos invitan a la adhesión acrítica y a la corrección moral y de las conductas ajenas, se busca estipular ámbitos de la vida privada mediante códigos de conveniencia social o moral»
«Ser un cheerleader papista no es lo mismo que ser un intelectual cristiano, aunque sepa dar a sus tres hurras la apariencia de un pensamiento»
«Para nosotros, Estados Unidos es país poco o nada extranjero. Estoy tentado de decir que a veces se diría menos extranjero que nuestro propio país. Somos como nacionales sin pasaporte»
«Parece ser que la libertad de autoconstruirse sólo va en una dirección en cada época y que ahora va hacia ese horizonte de significado vacío al que siguen llamando la izquierda»
«En la sociedad uniformada por el mercado, las tribus urbanas son residuos, conatos desesperados por destacarse, igual que las euforias nacionalistas son una reacción al globalismo»
«Quizá fuera un engorro ir a la oficina cada día, pero puede que fuera un engorro que deparaba y detonaba otros alicientes que también generan identidad y sentido: teletrabajar rompe muchos relatos cotidianos que pueden ser importantes»
El perdón es el gran tema de nuestro tiempo, aunque en la mayoría de los casos aparezca como una sutil sombra de las grandes polémicas que nos enfrentan. Y es que hablar de perdón es hacerlo también de identidad, de memoria o de justicia. Por su esencia y por sus múltiples aristas, nunca podemos referirnos en abstracto al acto del perdón.