Dos libros, dos exposiciones
«Hay límites a lo que la conciencia puede soportar. Llega un momento en que su plasticidad y su capacidad de encajar se quiebran»
«Hay límites a lo que la conciencia puede soportar. Llega un momento en que su plasticidad y su capacidad de encajar se quiebran»
En su nuevo libro, Odell reflexiona sobre las raíces sociales y materiales que sustentan la idea de que el tiempo es dinero
THE OBJECTIVE publica un anticipo de ‘Comunismo’ (Los Libros de la Catarata) de Antonio Elorza, a la venta el lunes
«Los independentistas siguen defendiendo los mismos principios que llevaron al levantamiento en 2017. Complacerlos con más concesiones es una insensatez»
«Cómodamente se encolumnan detrás de toda la lista de ideas ‘buenistas’ mientras dicen estar disputando una lucha contra un enemigo que ya no existe»
Incluso en 2023, cuando la palabra del año fue «crispación», un 64% de los españoles nos definimos como moderados
«El almirante de 1973 no compartía ya la vehemencia del alférez provisional de 1937 y 1946, pero mantenía invariable su oposición a toda transición democrática»
Ernesto Araújo denuncia que Lula da Silva está resituando a Brasil «en el eje totalitario del mundo»
«Cuando el cuerpo de creyentes está formado es casi imposible deshacerlo. Luego viene el reparto de poderes, cuando ya ha ocupado la maquinaria del Estado»
«La libre concurrencia sigue siendo, con todos sus problemas, el mejor motor de crecimiento económico», sostiene el catedrático de historia
«Que Benjamin, atormentado crítico que dedicó parte de sus estudios a especular influya tanto en nuestra izquierda, como que no suena muy creíble»
El análisis histórico de las diferentes guerras europeas permite escudriñar el posible futuro del enquistado conflicto en el este de Europa
«Nos encontramos en un régimen donde el presidente controla los tres poderes, un sistema que ha ido deslizándose desde el presidencialismo al caudillismo»
«Si Yolanda Díaz intenta dar forma a un nuevo proyecto de izquierdas no basta con escapar al maniqueísmo de Podemos. Deberá superar las trampas neosoviéticas»
«Donde funciona el mercado, se crea más empleo, se reduce la pobreza y mejora el bienestar general. Todo lo contrario a lo que sucede en los países comunistas»
«Le ha llamado a su espacio Sumar, lo que no deja de tener mérito tratándose de integrar un conjunto vacío referido a un partido que ni siquiera existe»
«¿Por qué no admitir la autopercepción como criterio al momento de definir la raza/etnia, la edad y hasta incluso la nacionalidad?»
«Se nos presentaron como ‘feministas’ mientras daban pellizcos en el culo a una meretriz. Eso sí: pagado con dinero público. Es difícil que quepa más hipocresía»
«Vivimos entre el uso de productos racionales (las tecnologías, la democracia) y la subjetividad de las sensaciones de un sujeto desconocido para sí mismo»
«La nueva verdad absoluta exige renunciar a la libertad de pensamiento, de comercio, de empresa. La economía de mercado ha de ser domesticada»
«Una ONG que atienda a las personas de un sector que parece no existir, a quienes padecen las consecuencias de la inmigración, pero no se han movido de su casa»
«En el ambiente –especialmente entre los jóvenes– flota la sospecha de que el mundo, tal como lo conocemos, está llegando a su fin»
«Se ha extendido la idea de que para comprender el marxismo hay que leer Solzhenitsyn, pero no: hay que leer a Dickens»
Para entender la fe de una persona no hay que mirar a su Dios, sino a su mundo, pues mundo es aquello que nos entregan nuestros dioses a cambio de la fe que depositamos en ellos
Hace unos años, cuando la vida se me puso de repente cuesta arriba, decidí complacer a los míos y busqué un psiquiatra al que pudiera adoptar. Tras algún intento fallido, di finalmente con una persona buena y caótica sin apenas pacientes, que parecía alegrarse de verme. El psicoanálisis tiene todos mis respetos por haber sido una mina de oro para los novelistas. ¿Qué más se le puede pedir? Cuentan que al recibir en su casa al Profesor Schultz, un célebre psiquiatra alemán, Freud le preguntó: “¿Cree usted sinceramente en su capacidad para curar a un paciente?”. “¡De ninguna manera!”, respondió Schultz. “En este caso, nos entenderemos”, le dijo Freud.
Karl Marx dedicó su vida a criticar el capitalismo gracias a los fondos de su amigo y colega Friedrich Engels; fondos que salían de sus empresas, epítome del capitalismo de Manchester. Marx denunció la explotación de los trabajadores, pero nunca pagó nada a la doncella que trabajaba en su casa, Helen Demuth. Tuvo un hijo con ella, pero nunca lo reconoció porque podría mermar su aura de revolucionario.
El número de este mes de Letras Libres, la excelente revista cultural que en España dirige Daniel Gascón, viene dedicado a la vida y el legado de Karl Marx, de quien se celebra el segundo centenario de su nacimiento. He comprado la revista, pero he puesto cuidado en no leerla, sobre todo porque no quiero que la lectura de especialistas que saben más que yo me chafen –al menos por ahora– la opinión que hace tiempo me hice del personaje: Karl Marx me cae mal.
Escribe Foucault en Microfísica del poder (“Curso del 14 de enero de 1976”): “No considerar el poder como un fenómeno de dominación masiva y homogénea de un individuo sobre los otros, de un grupo sobre los otros, de una clase sobre las otras; sino tener bien presente que el poder, si no se lo contempla desde demasiado lejos, no es algo dividido entre los que lo poseen, los que lo detentan exclusivamente y los que no lo tiene o lo soportan”. Si el lector o lectora arruga el gesto, y más en un día como hoy, Foucault prosigue, explicando cuál es para él la naturaleza del poder: “El poder tiene que ser analizado como algo que circula o, más bien, como algo que no funciona sino en cadena. No está nunca localizado aquí o allí, no está nunca en las manos de algunos, no es un atributo como la riqueza o un bien. El poder funciona, se ejercita a través de una organización reticular. Y en sus redes no sólo circulan los individuos, sino que además están siempre en situación de sufrir o ejercitar ese poder, no son nunca el blanco inerte o consintiente del poder ni son siempre los elementos de conexión. En otro términos, el poder transita transversalmente, no está quieto en los individuos”.
En El joven Marx, la nueva película de Raoul Peck (I am your negro), unos jóvenes Marx y Engels intentan revitalizar el movimiento anarquista y socialista y hacerlo más científico y materialista. Es una película lamentable, llena de clichés, que consigue convertir a cualquier espectador medianamente leído en un defensor del neoliberalismo.
Todas las grandes civilizaciones tuvieron su dios del comercio. Osiris enseñó a los egipcios a comprar y vender, mientras Tot protegía su navegación. Melkart hacía este trabajo para los fenicios, hijos del trueque y del cabotaje. En el caso de los griegos, era Hermes, el dios pillo, quien protegía el comercio; Mercurio para los romanos.
«Las ideas de Ernesto siempre eran fantasiosas». Juan Marín Guevara escribe sobre su hermano desde la distancia del tiempo. Cuarenta y siete años fue lo que tardó en atreverse a enfrentarse a sus fantasmas y visitar el lugar en el que fue ejecutado en una «aldea perdida» de Bolivia, donde quería hacer triunfar una revolución como la cubana que se expandiera por el resto de Latinoamérica. Pero el destino de Ernesto Che Guevara era caer fusilado el 9 de octubre de 1967. «Dicen que murió dignamente y que sus últimas palabras fueron: ‘Póngase sereno y apunte bien. Va a matar a un hombre'». Juan Martín narra la vida del guerrillero en Mi hermano el Che (Alianza), coescrito con la periodista francesa Armelle Vincent.
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