La culpa la tiene ese aire de fin de fiesta, esa premonición de que están a punto de encender las luces. No es algo que ocurra solo en discotecas o en verbenas de pueblo. También cada etapa de la vida tiene sus propias prisas, y esos minutos basura en los que siempre, al menos para mí, ocurre lo mejor.
La otrora tierna y dulce Hannah Montana ha vuelto a liarla. A pesar de actuar mucho más recatada que en otras ocasiones, Miley Cyrus se encendió y fumó un porro sobre el escenario