La falacia quizá más peligrosa de cuantas hoy circulan por ahí
La cosa es que Shackel detectó que mucha gente hoy defiende sus ideas (a menudo, inconsistentes ideas) justo del mismo modo que nuestros antepasados defendían sus motas castrales. Es un procedimiento que gusta en especial a los posmodernos, a ciertas feministas y a algunos teóricos “de género”.