Los caprichos del orden
Si el nuevo curso político ha de comenzar porque el anterior haya acabado, sólo invito a una reflexión. Si no estamos dispuestos a renunciar íntimamente a nuestros caprichos, no juguemos con el orden que nos permite tenerlos. Guardemos nuestra, locura, en fin, para todos los lugares que queramos excepto para el hemiciclo. Todos.