THE OBJECTIVE
Román Cendoya

Votar derogar el sanchismo

«Pedro Sánchez ha dividido España en dos bloques. Él es el que ha convertido las elecciones del domingo en un plebiscito entre el sanchismo y su derogación»

Opinión
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Votar derogar el sanchismo

Ilustración de Arancha Tendillo.

El próximo domingo, a pesar de ser el 23 de julio, no es un típico domingo de verano. Gracias a Pedro Sánchez el próximo domingo es muy especial porque todos tenemos una obligación ciudadana inexcusable: votar. Este domingo usted puede hacer lo que hace en un domingo habitual, pero sumando al plan votar para derogar el sanchismo. Toda una alegría. Una satisfacción que ha tardado demasiado en llegar. Pedro Sánchez Castejón convocó las elecciones este próximo domingo, confiando en que muchos ciudadanos no fueran a votar. Si él no quiere que se vote, es evidente que hay que hacer todo lo contrario. No votar supone convertirse en cómplice de la mentira, la falsedad y la maldad. O sea, ser cómplice del sanchismo.

Un domingo de verano —en ola de calor— es un día con riesgo de sufrir una insolación, padecer quemaduras en la piel, la picadura de cualquier insecto, un esguince… toda una serie de episodios que se curan y duran infinitamente menos que cuatro años más de sanchismo.

Pedro Sánchez Castejón, le guste a él o no, es un peligro para España y los españoles. Su megalomanía narcisista psicopática es una grave realidad mental que afecta a su conducta y decisiones. España no puede seguir padeciendo su desgobierno Frankenstein. Toda una cama redonda de intereses contrapuestos. La continuidad de Sánchez y su banda es inasumible para España. El precio que exigen sus imprescindibles apoyos radicales ha subido. Así lo han anunciado Gabriel Rufián, como portavoz de ERC, y Oskar Matute García de Jalón, de EH Bildu. En estos cuatro años de despropósitos el apoyo a Sánchez costó, entre otras atrocidades, el indulto de los golpistas, la eliminación del delito de sedición o como dijo Otegi: «Presos por presupuestos». Así se acercaron a Euskadi y se excarcelaron presos de ETA. Ellos quieren que Sánchez continúe porque saben que todo lo que se les ocurra se lo concederán. Por eso, el domingo antes que afrontar cualquier otro plan, hay que ir a votar.

«Sánchez no es sólo un problema para España, es toda una fábrica de problemas»

El sanchismo —mentiras, maldades y manipulaciones— no puede seguir residiendo en Moncloa. No puede tener en sus manos un día más el Boletín Oficial del Estado. No debe seguir ocupando la Fiscalía y los poderes del Estado destrozando la imprescindible y democrática separación de estos. Pedro Sánchez no es sólo un problema para España, es toda una fábrica de problemas. Cualquier cosa que toque se convierte en un problema para España y para los españoles: Marruecos, el CIS, las autovías, la deuda …

Las encuestas marcan una tendencia. Sólo los votos las convierten en realidad. Desalojar el sanchismo es una tarea colectiva que sólo se puede hacer el domingo. De nada valen los miles de mensajes, memes, tiktoks o hilos de twitter si el domingo no se va a votar por echar a Sánchez.

Ya no hay tiempo para más fakes y bulos sobre porcentajes y escaños. A Sánchez se le echa desde la lista más votada. No desde el tercer o cuarto puesto. Todos los votos ayudan pero la opción del ganador es la más eficaz. Lo que no es opción es pensar que ya está hecho y el domingo no acudir a votar.

Hemos sufrido la campaña más larga de la historia. Comenzó en enero para las elecciones municipales y Pedro Sánchez decidió que durara hasta mañana cuando por fin se cierre. Todos estamos cansados. Los políticos, los ciudadanos y los periodistas. Se ha dicho y se han dicho de todo. Con aciertos y errores. Con certezas y mentiras. Todo este padecimiento tendrá sentido si el domingo se acude a votar para derogar el sanchismo.

Pedro Sánchez ha dividido España en dos bloques. Aunque parezca lo contrario nada tienen que ver con la ideología porque él no la tiene. Sánchez sólo es su poder. Él es el que ha convertido las elecciones en un plebiscito entre el sanchismo y su derogación. Dos opciones, conmigo o contra mí. Todo o nada. Y eso se decide votando el domingo.

«Como mensaje, Sánchez ha sido lo que es: mentira, vacío, maldad y descalificación»

Nadie se atreve, con razón, a decirle a Sánchez que su campaña está siendo un estrepitoso fracaso en su megalómana narcisista dualidad. Como mensaje, Sánchez ha sido lo que es: nada, mentira, vacío, maldad, manipulación y descalificación. Como medio, un espectáculo lamentable de ira, soberbia, violencia y prepotencia.

Un indicio de que el sanchismo está a punto de ser derogado es que para intentar salvarlo ha salido en su rescate lo peor del zapaterismo. Desde el Zapatero más cursi, ridículo y charlatán universal infinito hasta los casposos titiriteros de la ceja. Qué viejuno suena todo. El sanchismo integrado y potenciado sólo se puede exterminar votando el domingo masivamente. Con el voto, además de rechazar a Sánchez, se puede repudiar a Zapatero. Un voto con doble valor.

El domingo votar no debe entenderse como una obligación sino como un compromiso. Pocas veces el voto puede representar tanto. Este domingo votar por derogar el sanchismo es transformar el presente y abrir la puerta al futuro. No lo deje para última hora. Nada hay más importante.

Eso sí, el vencedor del plebiscito recibirá un mandato inaplazable e inexcusable. Derogar para siempre todo, absolutamente todo lo que ha supuesto y hecho Pedro Sánchez Castejón, solo o en compañía de otros.

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