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Los ministros y la medicina de Sánchez

Los ministros y la medicina de Sánchez

No hay semana sin escándalo que ponga en la picota a un ministro de Sánchez. Desde Maxim esto es un sin vivir. Que si un currículo, un master, un plagio, una conversación antigua, un maricón, una nenaza, unos menoreros…. La cosa está que arde, pero es que los ministros de Sánchez están probando la medicina que suministra su presidente, el campeón en exigir a los demás aquello que él no cumple. Sánchez y sus socios pusieron el listón muy alto y ahora sus ministros no llegan y andan apurados. El último Pedro Duque, el astronauta silencioso, que las pasó canutas en una comparecencia bochornosa en la que dio hasta lástima. A él le han sacado un asunto de elusión de impuestos, utilizar una sociedad para evitar pagos a Hacienda, una conducta de la Que Pedro Sánchez dijo que era incompatible con estar en la política.

La cháchara federal

La cháchara federal

España es un país donde algunas ideas políticas están francamente devaluadas. Esa devaluación se produce generalmente porque la inteligencia patria las ha utilizado con fines distintos para las que fueron pensadas. Sin embargo, en otras ocasiones, la praxis histórica ha dejado un mal sabor de boca, como es el caso del republicanismo y el federalismo. Déjenme que me centre en el segundo concepto, en estos tiempos de turbulencias territoriales.

En el corredor de la muerte

En el corredor de la muerte

El otro día me ventilé de una sentada el nuevo libro de Nacho Carretero, que tiene por título En el corredor de la muerte y que ha sido editado por Espasa. Se trata de otro éxito (me atrevo a augurarlo) del reportero que ya colocó su anterior investigación, Fariña, en los estantes de media España. Una vez más Nacho ha encontrado el tema, el tono y los argumentos para tratar un episodio de lo más conflictivo: el español Pablo Ibar fue condenado a muerte en Florida tras ser acusado de triple asesinato, pese a que las pruebas no resultaron nada concluyentes y pese a que el juicio estuvo plagado de irregularidades. Por suerte, se revisó la condena y ahora Ibar afronta un nuevo juicio que dará comienzo en octubre y al que todos los lectores de este libro estaremos enganchados como el que se enfrenta a una especie de epílogo para la obra.

El tiempo grande

El tiempo grande

Me temo que tengo un pie dentro y otro fuera de la actualidad. Y casi diría que eso es lo que hay que tener. Como columnista debo mantenerme informado, cosa que hago con gusto: me lo paso pipa en el estrépito, en la trituración eléctrica de la jornada. Pero cuando todo es actualidad me ahogo. Hacen falta fugas, accesos al tiempo grande. Y para eso –además de la contemplación, el sueño, el erotismo, los paseos, la embriaguez o la amistad catacumbística– están las artes: la literatura, la música, el cine, la pintura.

Con 84 diputados

Con 84 diputados

En la entrevista televisiva del domingo pasado, quedó claro que el Presidente Pedro Sánchez quería escudarse ante la espada interruptora de Ana Pastor con un argumento defensivo: gobierna con el apoyo seguro de 84 diputados. Esos 84 y ni uno más. Lo repitió en varias ocasiones para que el frame quedase bien claro: gobierna en minoría y gobierna negociando no con uno sino con cuatro partidos. Dicha cifra menguada –“Ana, 84 diputados” – fue el comodín que Pedro Sánchez puso una y otra vez sobra la mesa, en esa sala impoluta presidida por un Antoni Tàpies informal, para justificar lo que la periodista Pastor denunciaba como rectificaciones y que, al fin, chequeados los 100 primeros días mediante el programa antiplagio de la acción política –la hemeroteca maldita–, no sería otra cosa que una variante del “donde dije digo, digo Diego”.

Contra la filosofía

Contra la filosofía

Raro es el día en que alguien no se lamenta por la desaparición de la Filosofía. Se coge alguna noticia bochornosa sobre educación –también puede ser de otra cosa– y luego se exclama: «¡Y quieren quitar la Filosofía de los institutos!».

Tu máster dice de ti

Tu máster dice de ti

A la vista está que, sólo por la denominación de los másteres que están en cuestión en este curso politico, la Universidad patria va cuesta abajo y sin frenos. A títulos rimbombantes se añade una escasa cualidad intelectual, y unas autoridades académicas que no parece que vayan a ser bendecidas con un Nobel.

De la equidistancia

De la equidistancia

Una viñeta que se ha compartido bastante en redes sociales presenta a dos grupos de manifestantes enfrentados. A un lado, encapuchados al estilo del Ku Klux Klan muestran una pancarta: “Queremos matar a los negros”. Al otro, personas de aspecto corriente y gesto malhumorado exhiben otra: “Queremos derechos civiles”. Mediando en la disputa aparece un tercero, bienintencionado, para pedir que ambos grupos lleguen a un entendimiento.

La democracia vacía

La democracia vacía

Viajé en un Blablacar con alguien que me dijo que no había votado nunca y que pensaba que “cuanta más gente vota, peor es el resultado.” Era alguien formado, viajado, con intereses cosmopolitas. Yo le respondí con algunos clichés que he interiorizado: que la democracia no está hecha para que salga el mejor resultado, sino para que simplemente todos tengamos voz y participemos; le dije la frase de Churchill que realmente no es de Churchill: “la democracia es el peor sistema de gobierno a excepción de todos los demás.” Pero me sentí en cierto modo impotente. Algo tan obvio me resultaba difícil de explicar de manera breve y convincente. Él aceptó que era un mal menor, y yo acepté que el votante racional obviamente no existe. Pero no supe explicar por qué creo en la democracia sin usar abstracciones o metáforas (quizá porque no soy alguien especialmente persuasivo).

Ficción contra Trump

Ficción contra Trump

Una próspera abogada demócrata está en su casa frente al televisor viendo la toma de posesión como presidente de Estados Unidos de Donald Trump. No puede soportarlo y apaga la tele. Como si no verlo fuera a convertirlo en mentira. Así empieza The good fight, de Michelle y Robert King, spin-off de The good wife, protagonizada por Diane Lockhart, la abogada que ve cómo su mundo se tambalea, cómo una estafa millonaria se lleva por delante sus ahorros (y con ellos su plan de jubilación en Europa) y cómo se ve obligada a seguir trabajando. El mundo se ha vuelto loco es una de las frases que más repite a lo largo de la serie. Lockhart se debate entre entregarse también a la locura o tratar de mantenerse estable, al menos en su parcela. Me he enganchado este verano a la serie –desde Juzgado de guardia, que veía de pequeña con mi hermano y mi madre por las noches, me gustan las series de abogados–. Mi madre, mi hermana y yo la llamamos “la serie de las abogadas” porque los personajes mejor construidos y que llevan la carga narrativa son mujeres (y abogadas).

Las colillas

Las colillas

La humanidad estival tiene -me incluyo- algo de plaga veterotestamentaria. Nos precipitamos sobre las playas con unánime ferocidad, agolpándonos en las orillas, como si quisiéramos regresar a los orígenes. Se sigue de aquí un ejercicio de convivencia democrática que apenas conoce divisiones ideológicas o de clase: todos, o casi, bajo el sol. Hay, sin embargo, una minoría que se comporta como mayoría: los fumadores. Basta escarbar un poco en la arena para encontrarse, en su obstinada fealdad, con las colillas; en todas partes y a cualquier hora. Son el testimonio de un vicio privado al que no se conocen virtudes públicas. Y quizá sea hora de preguntarse por qué las playas han de convertirse cada verano en planta de residuos de la industria tabaquera.

En defensa de las notas al pie

En defensa de las notas al pie

Hace unos días leía en el periódico un ataque, como de pasada, a las notas a pie de página con el ostentoso título de “La novela acude al rescate de la Historia de España”. El artículo recogía la opinión de un novelista que consideraba que los trabajos de los académicos tienen “más pies de página que texto”. Lo destacaba como si las notas fueran algo de origen diabólico. No es una opinión minoritaria. Ni mucho menos. Las embestidas contra los pies de páginas son constantes, aunque estos hayan salvado la civilización en unas cuantas ocasiones. Anthony Grafton en su ensayo Los orígenes trágicos de la erudición. Breve tratado sobre la nota al pie de página (Fondo de Cultura Económica) lo explica de una manera sencilla. Las notas son, como los retretes, guardianas de la discreción. Él no lo escribió así, pero nunca mostrarás el retrete a tus invitados en un recorrido por tu casa. Sin embargo, al final, todos tendemos a visitarlo.

De Draghi y las liras guardadas debajo del colchón

De Draghi y las liras guardadas debajo del colchón

Hace dos semanas fallé a El Subjetivo en la entrega de mi texto (esa es la periodicidad con la que escribo). La razón: una mujer que se escabulló del control de seguridad en el aeropuerto de Munich provocó el cierre del mismo durante cuatro horas y la cancelación de 300 vuelos y retención de cerca de 50.000 pasajeros y sus respectivas maletas. Entre ellos, mi familia y yo. Aquello fue el caos. Mayúsculo, teniendo que empezaban las vacaciones de verano en el land de Baviera (en Alemania los länder se turnan el comienzo de las mismas para dosificar el mogollón que provoca el éxodo vacacional en los medios de transporte del país). Y una muestra de nuestra vulnerabilidad en esta reciente época de inseguridad y paranoia terrorista que vive Occidente. Mi colaboración se quedó sin enviar atrapada en el ordenador que cargaba mientras hacía la cola interminable del servicio de atención al cliente de Lufthansa. El episodio convirtió nuestro prometedor viaje a Turquía en una auténtica pesadilla.

Maeztu: la cicuta y el olvido

Maeztu: la cicuta y el olvido

El pasado día 4, Julio Merino publicó un artículo en Diario Córdoba titulado “Por la Memoria Histórica” del que quiero hacerme eco. Lamentaba, con sobrada razón, el sesgo ideológico de unos ciudadanos cordobeses que pretenden cambiar de nombre al colegio Ramiro de Maeztu por considerar que este vasco fue “uno de los escasos intelectuales de nivel con los que contó el franquismo y sustento intelectual e ideológico de los golpistas”.

Entrevista con La Manada

Entrevista con La Manada

Un miembro de la llamada Manada tendrá que declarar este domingo ante el juez para dar cuenta del presunto robo de unas gafas de sol y por embestir, también presuntamente, a dos vigilantes de seguridad cuando huía en coche. Es algo relativamente sorprendente. Desde que salieron en libertad, los chicos parecen haber recuperado con un desparpajo un tanto sorprendente lo que parecía ser su vida normal. Quienes con gran alboroto descubrieron que eso incluía salir de fiesta no parecen muy sorprendidos de descubrir que eso incluya robar gafas de sol y darse a la fuga. Tal capacidad de invertir lo común me reafirma en la idea de que estos tipos merecen una entrevista.

El retorno de la Inquisición

El retorno de la Inquisición

El fanatismo oculta, bajo el manto de la asimilación cultural, la mancha étnica: la sangre como un supuesto criterio de ortodoxia. Así, es el hombre en su totalidad quien peca y se condena, y no sólo sus ideas o sus pensamientos. En el pasado lo biológico -esa evidencia de la carne- actuaba como signo de la herejía. Todavía hoy lo hace. Pensemos en la brujería que constituía una perversión propia de las mujeres o en el racismo, antes y después de Hitler. En un mundo monocolor, pequeños matices culturales sustentan la sospecha étnica: «Judaizar –dirá José Jiménez Lozano refiriéndose a la época de la Inquisición– es guisar con aceite en vez de con manteca, matar las aves sangrándolas y enterrar la sangre, pasar la uña por el filo del cuchillo para comprobar que no tiene mella, pero también dejar candiles encendidos por la noche, sobre todo los viernes, mudarse de camisa ese día o ponerse ropas mejores que las de diario en sábado, echar sal en el candil, que la chimenea no humee las mañanas ni las tardes del sábado, incluso en invierno. […] Pero signo de no ser de la casta cristiana será también poseer un cierto oficio útil o sentir desasosiego intelectual, practicar la medicina o andar con libros…».  

“¿Qué es un clásico? Un clásico es oír a Bach por primera vez”

“¿Qué es un clásico? Un clásico es oír a Bach por primera vez”

Recuerdo el día en el que me refugié del invierno escocés leyendo a Coetzee. Recuerdo las medias de algodón, el edredón macizo, la sospecha del gélido piso de madera que evitaría por horas largas y letárgicas. Era fin de semana. En mis manos tenía Stranger Shores, una colección de ensayos de Coetzee que mi amigo Ibsen Martínez me regaló cuando era todavía yo muy joven para leerlo. Lo cogí esa mañana casi sin querer. Completamente desprevenido.

Casado, erre que erre

Casado, erre que erre

Pablo Casado está empeñado, erre que erre, en conseguir la unidad de su partido. Ahora, finalizado el proceso de primarias y el congreso extraordinario. Antes, la búsqueda de la unidad brilló por su ausencia.

Talión mediático

Talión mediático

Hace ya tiempo un líder de Podemos debatía en televisión con un periodista. En un momento dado, lo llama “reaccionario”, a lo que el periodista contesta: “Reaccionario lo serás tú”. El primero, entonces, se enfada muchísimo y exige que no le falten al respeto. O sea, que el político sí puede insultar al periodista, pero este no puede replicar ni como el patio del colegio: “El que lo dice lo es”.

Un verano inglés

Un verano inglés

La alergia a los viajes estivales y las vacaciones masificadas me lleva a buscar el ocio de agosto sin salir de casa. Desconectando del lodazal político, me mudo al Oxford de mediados de los sesenta del pasado siglo. Estética sixties, arquitectura medieval, cielos plomizos, cálidas veladas de pub entre pintas y denso y aromático humo de pipas. Como no puede ser de otra manera, en un contexto de ficción inglesa, la apacible y civilizada ciudad universitaria esconde un submundo de crímenes perversos, delitos de pasión y ambición, tramas inextricables de corrupción política con hampones malvados y sin escrúpulos.

El amigo americano

El amigo americano

Acabo de terminar de traducir una novela del escritor y periodista norteamericano Dominick Dunne para Libros del Asteroide. Era algo que quería probar y Luis Solano me dio la oportunidad de hacerlo. Supongo que he caído en todos los errores de principiante y que, si lo hiciera de nuevo, no sudaría la tinta que he sudado para poner el punto final. Habré leído la novela 20 veces (o más) y los personajes y lugares me son tan familiares como si fueran parte de mi pasado. Por la noche las frases y los nombres volaban en mi cabeza como fuegos artificiales hasta caer dormido. Philip Quennell, Pauline Mendelson, Flo March, la cafetería Viceroy en el Strip de Sunset Boulevard…

Paradoja del camorrista

Paradoja del camorrista

Casi todas las familias contienen algún miembro problemático que, por el solo hecho de serlo, recibe un trato diferenciado. Hace menos, pero obtiene más; sus faltas se juzgan con menor severidad; sus demandas gozan de prioridad. Son, en una palabra, receptáculos de atención preferente. Y es que jamás se cansan: nunca dejan de expresar sus demandas, acompañándolas de una gestualidad exagerada o de la amenaza de romper la baraja. Ignorarlos es imposible.

No temer decir la verdad

No temer decir la verdad

Hace unos días desayunábamos con la noticia de que Felipe González, a través de su Fundación, ponía a disposición pública más de 3.0oo documentos personales. Por inusual, esta apertura es una magnífica noticia para los investigadores de aquel período esencial para comprender la historia reciente española. A partir de ahora, podremos acceder a esta interesante fuente desde cualquier dispositivo digital con una simple conexión a internet. Sin embargo, también se han escuchado críticas fundadas que no pueden pasar desapercibidas. Por ejemplo, la asociación de Archiveros Españoles en la Función Pública (AEFP) calificó de irregularidad legal la custodia privada de documentos que se generaron en el ejercicio de su actividad como presidente del Gobierno. Con razón, la AEFP señalaba que se estaba incumpliendo la Ley del Patrimonio Histórico Español que, paradójicamente, fue aprobada por el propio González.

La piel de los héroes

La piel de los héroes

A mi amiga Carlota le diagnosticaron cáncer de mama hace unas semanas, con treinta y un años. Comienza su particular camino a través de la enfermedad, del que no me cabe duda que saldrá reforzada y feliz. Por desgracia, me he enterado de la historia por esa arma cargada de nostalgia que son las redes sociales, y ni siquiera por ese medio tan impersonal he tenido el arrojo para animarla en su travesía. Pero más allá de este detalle intrascendente, lo que más me gusta de las fotos que deja que observemos es que afronta este camino consciente del punto en que se encuentra. Este detalle sí es trascendente, diría que es incluso vital: el desconocimiento implica miedo, y es evidente, lo sé porque los años me han enseñado a detectárselo, que ella observa con valentía el futuro que le ha tocado lidiar.

RTVE es de todos cuando es de los míos

RTVE es de todos cuando es de los míos

Además de por algunas leyes que pusieron a España a la cabeza de la igualdad y los derechos sociales, como el matrimonio homosexual, por lo que iba a ser recordado el gobierno de José Luis Rodríguez era por dejar una RTVE neutral y profesional que garantizase la independencia y la calidad de sus contenidos, en los informativos, en la programación y en todo lo que depende de la corporación, que incluye la radio y la televisión públicas, pero también la orquesta, como recordaba la violonchelista María José Vivó en un texto de Rosario G. Gómez en El País.

Todos los amigos del presidente

Todos los amigos del presidente

Un político que llega a la presidencia sin pasar por las urnas… esto ya lo inventó Netflix. “La democracia está sobrevalorada”, decía. Sólo que Frank Underwood no es norteamericano sino de Tetuán, al menos en el remake español. El mandato de Pedro Sánchez es una serie que ha pasado del capítulo piloto y anda tratando de firmar desesperadamente la segunda temporada 

Escasa prevención policial ante las sectas

Escasa prevención policial ante las sectas

El caso de Patricia Aguilar, la joven alicantina encontrada en Perú año y medio después de desaparecer de su domicilio en Elche en enero de 2017, tras ser captada por la secta que dirige el gurú Félix Steven Manrique, coloca en el escaparate un drama más frecuente de lo que parece. Jóvenes que son captados por sectas de diferente signo y nacionalidad, muchas de ellas dirigidas por psicópatas que pretenden esencialmente disponer a su antojo sexualmente de sus víctimas, y la impotencia de los padres que pierden a sus hijos en muchos casos para siempre.

Política y periodismo, mucho mejor en verano

Política y periodismo, mucho mejor en verano

Vivimos en un espacio mediático hipertrofiado por la información política. No sobre políticas, sino alrededor de detalles nimios y zafios, carentes de toda relevancia real que impiden la política. Lo estamos viendo con las primarias del Partido Popular que se votan hoy, y que muchos en televisión y diarios narran con la épica y el sentido trascendental de la crisis de los misiles de Cuba, y otros con el detallismo de un libro de Antony Beevor sobre la estrategia militar de los aliados en el Día D. Menudencias a las que, sin embargo, acudimos ansiosos para poder participar en la última tangana digital en Twitter o de un grupo de Whatsapp. Cuando todo indigna o interesa, nada indigna o interesa. Porque una indignación o un interés real no dura cinco minutos o una semana, que es lo que tardan en desaparecer nuestras polémicas cotidianas.

La sucesión, la guerra y el cuento de la bruja

La sucesión, la guerra y el cuento de la bruja

Algunos se estarán planteando si no era mejor el dedazo, el cuaderno azul de Aznar un poco como el de Santa Claus. El jefe, moribundo o ya podrido como un rey con escrófulas, dejaba el partido en manos principescas, seguras, que continuaban la pinacoteca, la mitología y la mentira de la casa igual que la cocinera. Pero Rajoy se ha ido a su pisito de particular, ha vuelto a su trabajo pareciendo un autobusero, y ha dejado al PP no en un proceso refrescante de renovación, sino en una guerra sin fronteras, de indios contra indios. La guerra no era el plan, sin embargo.

Demonios familiares

Demonios familiares

Pocos demonios son tan familiares como los demonios de la otredad: porque con los otros tenemos que convivir. Salta a la vista, sin embargo, que las sociedades europeas viven estos meses la reaparición de un tipo particular de otredad, representada no por quienes viven entre nosotros, sino por quienes aspiran a hacerlo en busca de una vida mejor. Es una otredad imaginaria, desmentida sin ambages por antropólogos y genetistas, que sin embargo produce efectos políticos reales. Porque no son ficticios los mecanismos psicobiológicos que saturan afectivamente nuestra percepción del otro: la historia de la xenofobia se ha escrito sobre los renglones torcidos de un rasgo evolutivo que nos empuja a colaborar con los miembros de nuestro grupo y competir con sus presuntos enemigos. De esa disposición atávica se aprovechan los actores políticos que agitan el fantasma de la islamofobia o alertan contra la contaminación cultural de las viejas tradiciones nacionales: en Italia, Estados Unidos, Hungría, Cataluña. De modo que si queremos evitar que la crisis migratoria se lleve por delante el proyecto europeo, el realismo es el primer mandamiento: ninguna apelación lírica a la coexistencia fraterna logrará persuadir a quienes aplauden la idea de elaborar un censo para gitanos.

Una fe que justifica

Una fe que justifica

Se habla de la envidia y se habla del resentimiento como de dos instintos primarios de la vida política. Miedo y odio, envidia y resentimiento son capas que se superponen la una a la otra. O la una por debajo de la otra, como el poder y la voluntad de poder. El ensayista alemán de origen iraní Navid Kermani escribió lo siguiente al respecto: «Envidia, aunque envidia quizás sea demasiado general y hoy día, en estos años, sería más preciso hablar de resentimiento que de aquella animadversión que reside en la envidia, aunque no sólo en la envidia, sino en la rivalidad y en los prejuicios, en el temor y en el sentimiento de inferioridad, es decir, que de forma inevitable llega al inconsciente».

La utopía como psicosis

La utopía como psicosis

Es quizás el suceso más curioso de nuestros tiempos que las sociedades más prósperas de la historia de la humanidad sean también las más insatisfechas. Tanta paz, tanta riqueza y comodidad, tanta cultura gratuita a la mano y tanta educación universal nos ha valido de tan poco… El reino dual de la ciencia y el mercado, imperante desde la posguerra, nos ha dado señalados adelantos materiales e intelectuales; arribos que, ante la dejadez de Europa y Norteamérica, parecen más bien desvíos. Si por dinero y epistemología pudiera tener significado la vida ya deberíamos haber llegado a la utopía, o al menos tenerla cerca. Pero mientras más andamos, más se nos aleja.

La victoria de Salvini y la de Sánchez

La victoria de Salvini y la de Sánchez

La felicitación por la decisión del presidente del Gobierno Pedro Sánchez de acoger al buque Aquarius, que transporta 629 inmigrantes procedentes de Libia, ha sido generalizada. El primero en felicitarse ha sido el propio Gobierno. Es lo que tiene empezar los fuegos artificiales por una gran traca en el nombramiento de los ministros, que mantener el asombro no resulta sencillo. Sánchez está pensando en acudir a Valencia a recibir al buque, como quien inaugura un teatro o un pantano. Se han sumado, en cascada, los medios de comunicación y multitud de ciudadanos que sufren con la situación de los migrantes. Por otro lado, Quim Torra es un hombre sin principios, como muestra el hecho de que está dispuesto a acallar su volcánico racismo con tal de acaparar él, y el Gobierno regional de Cataluña, los titulares por cada uno de los tripulantes del Aquarius.

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