Blusa ceñida con mangas de farol, falda o vestido de lunares hasta los pies, pañuelo en la cabeza (y asomando dos claveles), pelo recogido con un moño y mantón de Manila que realza y hace más vistoso el atuendo de la chulapa. Para ellos (y por qué no, también para ellas): chaleco o chaquetilla corta estrecha con clavel en la solapa, pantalón oscuro y ajustado, gorra negra o con pequeños cuadros, botines y pañuelo blanco al cuello. El traje regional es imprescindible cuando hablamos de San Isidro, de la fiesta castiza en la pradera y de las raíces de Madrid. Sin embargo, cada vez son menos quienes lo lucen durante estos días y la tradición se va desdibujando entre la lluvia que habitualmente acompaña al 15 de mayo.