Un oasis en Barcelona y el turismo hotelero en tiempos de Airbnb
El día es caluroso y soleado en Barcelona bajo una amenaza permanente de lluvia. A las puertas de este hotel, bajando de un coche recibido por un botones, la fachada no despierta admiración, pero sí una sensación de perfecta simetría: el ancho de las puertas de recepción equivale al ancho de dos ventanas de habitación, sumado al respectivo espacio que las separa, y cada centímetro parece calculado con precisión.