Cómo hacer la crema de pistacho
Es ideal para untar sobre tostadas, como relleno para bizcochos, a modo de sirope o para acompañar una salsa salada
La crema de pistacho se ha convertido en un producto similar a la crema de chocolate o cacahuete cuyo consumo a pesar de su origen italiano, cada vez comienza a estar más extendido en la cocina española, sobre todo en el caso de la gastronomía moderna. Es una delicia versátil que se puede incorporar a recetas de todo tipo para mejorar su sabor, desde postres hasta platos salados para crear combinaciones originales. Además de su delicioso sabor, como el pistacho es un fruto seco cargado de nutrientes y beneficios para la salud, esta crema de pistacho casera es mucho más sana que la clásica crema de chocolate o cacahuete que venden en los supermercados.
La crema de pistacho es una receta sencilla y rápida que te permitirá disfrutar de todo el sabor y los beneficios de este maravilloso fruto seco. Como para preparar esta crema son necesarios pocos ingredientes, si estás siguiendo algún tipo de dieta alimenticia puedes sustituir las materias primas originales por otras menos calóricas. Por lo que puedes cocinar una crema deliciosa que enriquecerá tanto tus postres como tus platos salados, aportándoles un toque diferente. Además, al prepararla en casa, puedes controlar la calidad de los ingredientes y ajustarla a tu gusto personal.
Receta de la crema de pistacho
1. Ingredientes de la crema de pistacho
Para preparar una crema de pistacho casera, necesitarás los siguientes ingredientes básicos: 200 gramos de pistachos pelados, 100 gramos de azúcar, dos o tres cucharadas de aceite de oliva, una cucharadita esencia de vainilla (imprescindible para dar un toque extra de sabor), agua para ajustar la textura y aportarle consistencia y una pizca de sal para realzar el sabor del pistacho.
A la hora de comprar los ingredientes, ten en cuenta las siguientes recomendaciones para que la receta quede aún mejor. Utiliza pistachos naturales, sin sal y sin tostar. Esto permitirá controlar mejor el sabor final de la crema. En cuanto al azúcar puedes optar por el azúcar blanco o emplear azúcar moreno, aunque si te estás cuidando alternativas más saludables como la stevia o el eritritol. El aceite ayuda a conseguir una textura suave y cremosa, pero si no te gustan los sabores intensos, puede utilizar aceite de coco o girasol. El hecho de añadir agua es opcional, ya que solo se hace si deseas ajustar la consistencia.
2. Proceso de elaboración de la crema de pistacho
El primer paso para comenzar con la preparación de la crema de pistachos casera consiste en pelar los 200 gramos de pistachos. Aunque se pueden comprar ya pelados, lo ideal es pelarlos tú mismo para asegurarte de que están frescos, sino correrá el riesgo de que estén secos o rancios. A continuación, hay que escaldarlos en agua hirviendo durante un par de minutos para así poder quitar con mayor facilidad la piel marrón que los recubre. Cuando los saques del agua hirviendo, sumerge los pistachos en un recipiente con agua muy fría. Así, podrás quitar la piel marrón de los pistachos frotándolos con las manos.
Una vez pelados y habiendo quitado la piel marrón que los recubre, coloca los pistachos en el vaso de la batidora y tritúralos hasta que su apariencia sea parecida a la de la harina. Es importante detener la batidora de vez en cuando para evitar que los pistachos se sobrecalienten y se vuelvan aceitosos.
Cuando los pistachos estén bien triturados, hay que añadir el aceite y el azúcar. Continúa triturando hasta obtener una mezcla homogénea. Entonces se agregan también la esencia de vainilla y la pizca de sal. La textura final debe ser suave y cremosa. Si la crema está demasiado espesa, puedes añadir una pequeña cantidad de agua, cucharada a cucharada, hasta alcanzar la consistencia deseada. Una vez lista, guarda la crema de pistacho en un frasco de vidrio hermético y consérvala en el refrigerador. Así se mantendrá fresca durante aproximadamente una semana.
Ten en cuenta que dependiendo del uso que le vayas a dar a la crema de pistacho, tendrás que ajustar su textura y consistencia. La textura la pondremos a nuestro gusto gracias la cantidad de agua que pongamos a la crema de pistachos. Si la vas a utilizar como relleno para pasteles o en postres, una textura más espesa puede ser ideal. En cambio, si la quieres para untar en tostadas o como salsa para acompañar a tus platos salados, es posible que prefieras una crema más fluida.
3. Innovaciones en la receta de la crema de pistacho
La crema de pistacho es extremadamente versátil y en su receta se pueden incluir modificaciones que no van a alterar su aspecto ni sabor final. Algunas ideas para darle un toque diferente incluyen: derretir chocolate blanco e incorporarlo a la crema de pistacho puede darle un toque dulce.
Hacer la crema con leche en polvo si vas a emplearla como acompañamiento de un plato salado es indispensable para que esta crema de pistacho sea más densa y rica. También se puede rallar un poco de piel de limón o de naranja en la crema de pistacho si la vas acompañar con postres de verano. En la versión más saludable, la crema de pistacho lleva aceite de coco. En cambio, si vas a hacer una crema de pistacho para niños utiliza para dar un sabor a la crema, mantequilla.
Cómo tomarla
La crema de pistacho puede ser utilizada de múltiples maneras en la cocina: para untar sobre tostadas, galletas o incluso en crêpes. Como relleno para bizcochos, macarons o tartaletas. También puedes tomarla a modo de sirope, poniendo unas cucharadas sobre tu helado favorito. O crear salsas saladas, mezclándolas con un poco de queso crema o yogur, que puede convertirse en una salsa única para acompañar carnes o verduras.
Beneficios del pistacho
El pistacho es un fruto seco que contiene una importante fuente de nutrientes. Y es que, los pistachos contienen una alta cantidad de antioxidantes, que ayudan a combatir el daño celular y el envejecimiento. Este fruto seco es una excelente fuente de fibra, lo que favorece la digestión y contribuye a la salud intestinal. También es una fuente de proteína vegetal de alta calidad, perfecta para aquellos que siguen una dieta vegana o vegetariana. Aportan ácidos grasos monoinsaturados, que son beneficiosos para la salud cardiovascular. Y son ricos en vitaminas del grupo B, vitamina E, magnesio, y potasio, nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo.